Capítulo 53

2.6K 231 35
                                    


Después de muchos reclamos por parte de Chaeyoung y, múltiples disculpas por parte de Tzuyu, su abogada nuevamente tomó el mando de la situación. Tzuyu instó a los detectives a que se fueran. Le repitió a Chaeyoung que se mantuviera en contacto con ella y que no respondiera más preguntas sin estar ella presente, le recomendó que descansara y, después, también se marchó.

Chaeyoung cerró los ojos, pero el descanso huía de ella. Aunque tenía el cuerpo destrozado y estaba agotada, su mente no se apagaba.

El día anterior, tanto Benedic como ella habían sido trasladados en helicóptero al Centro Medico Asan, donde los habían operado a ambos.

Tenía algunas reminiscencias vagas de haber realizado el preoperatorio y algunos recuerdos nublados por los fármacos de la sala de reanimación. Esta mañana, se había despertado en la habitación privada del hospital, apenas veinticuatro horas después de haber visto el cráneo de Namjoon partido por la mitad con el filo cortante de una pala.

Chou Tzuyu su -nuevamente- abogada defensora, se había presentado pocos minutos antes de la llegada de los detectives. Escasamente había tenido tiempo de disculparse y decirle a Chaeyoung que, en cuanto se había enterado de lo ocurrido en Seosan, no dudo en presentarse, esperando que aceptara que la representara nuevamente.

Por supuesto no había tiempo para formalismos, así que acepto.

Chaeyoung se sentía aliviada de haber terminado con el interrogatorio.

Aunque por otra parte, se había quedado todavía más exhausta. Le dolía todo el cuerpo por culpa de la pelea contra Namjoon. Le ardía el hombro. Pero su mente estaba inquieta porque pensaba en Mina, su Mina.

Como viuda de Jackson, volvería a estar en el punto de mira mientras la policía y los medios de comunicación rebuscaran entre los despojos legales que habían dejado Chaeyoung, Benedic y Namjoon. Sería inevitable que la especulación girase en torno a ella. Lo único en lo que podía confiar Chaeyoung era en que surgiera alguna historia todavía más importante que aquélla, para que los desbancara como noticia estrella de las noticias vespertinas.

Pero mientras tanto, ¿qué tanto golpeaba el temporal a Mina? ¿Estaba bien? Más allá de lo evidente, ¿había sufrido mucho con la pérdida del bebé?

Chaeyoung se culpaba a sí misma por cualquier sufrimiento que tuviera que padecer su amada. Las cosas habrían sido distintas, se podría haber evitado que a ella se le rompiera el corazón de semejante forma, si no hubieran pasado esa última tarde juntas. Si Chaeyoung no le hubiera impedido que se marchase, como se disponía a hacer, ¿habría podido evitarse todo lo que ocurrió a partir de entonces?

Pero —y ahora había llegado el momento de la sinceridad brutal—, si tuviera que repetirlo todo, ¿de verdad habría dejado que se fuera? ¿O, aprovechando la vacilación de Mina, se habría acercado a ella y habría cerrado la puerta tal como había hecho? Al recapacitar sobre lo ocurrido se preguntaba: ¿la habría dejado marchar? Aun sabiendo todo lo que sabía ahora, ¿lo habría hecho?

Cerró los ojos y dejó que su mente flotara hasta aquella tarde, hasta la profunda decepción que había sentido cuando Mina le había dicho que iba a marcharse para no volver. Chaeyoung no había intentado convencerla de lo contrario.

¿Cómo podía hacerlo? No tenía derecho, Mina no le debía nada. Se había visto obligada a quedarse allí plantada, impotente, observando cómo Mina abría la puerta y decía:

—Según las circunstancias, ésta podría ser la última vez que nos veamos.

—Podría ser.

Jugando Sucio |MiChaeng| [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora