—Qué a gusto se está aquí fuera.
Al oír su voz, Mina dio un respingo y se volteó repentinamente.
—Ay, detective. Hola.
Namjoon se había acercado a ella con sigilo a propósito, porque quería obtener una reacción sincera de ella, no una que hubiera podido ensayar. Subió los peldaños y se reunió con ella en la glorieta.
—Ya no se ven muchos como éste.
Fingió admirar el entramado de marquetería del techo circular del cenador.
—La abuela de Jackson mandó que lo construyeran antes incluso de terminar la casa. Jackson me dijo que quería un lugar en el que poder sentarse a contemplar los cisnes. Siempre han tenido cisnes en el lago.
La estructura cubierta se hallaba en un promontorio que daba a un lago, donde un par de cisnes como los de las películas se deslizaban por la superficie especular del agua. «Cagan dinero», pensó Namjoon con desprecio. Si él tuviera tanto dinero como ellos, se lo gastaría en algo mejor que cenadores y cisnes.
—¿Le importa?
Señaló una de las sillas de mimbre que había libres. Ella negó con la cabeza y él tomó asiento. Mina llevaba puestas las gafas de sol, así que no pudo verle los ojos ni asegurar si había estado llorando o no. Supuso que sí, porque retorcía un pañuelo de papel empapado entre los dedos. «¿Lágrimas de pena o de culpa?», se preguntó Namjoon. En el fondo, no le importaba. A menos que se hubiera aliado con Chaeyoung para matar a su marido.
Vaya, esa historia sí que tendría tela de donde cortar, ¿eh? Aparecería en la revista People; el periódico Chosun se recrearía en ella. Harían una película muy taquillera sobre el crimen. Incluso tal vez le dieran un papel pequeño, o puede que los productores le pidieran consejo como asesor técnico o que lo pusieran en los créditos.
Pero primero tenía que demostrarlo.
—Aquí está más tranquila que dentro de la casa. —comentó él mientras se apoyaba contra el cojín de la silla, de estampado floral.
La asistente de la señora Myoui había recibido el refuerzo de la secretaria del señor Wang, una mujer llamada Fei no sé qué, que vacilaba entre llorar como una niña y dar órdenes como una generala. Junto con la señora Yubin, el ama de llaves, se habían encargado de atender el teléfono, buscar el mejor sitio para las coronas de flores y la cestas de frutas que la gente mandaba a camionadas, limpiar toda la casa después de los registros de los numerosos policías que habían pasado allí la noche anterior, y hacer listas.
Hacían listas interminables.
Un homicidio generaba muchísimo ajetreo para todos salvo para el cadáver.
—Necesitaba un poco de aire fresco —dijo Mina—. Y apartarme del teléfono.
—¿Quién ha llamado?
Tras los cristales opacos, Namjoon supuso que le estaba dedicando una de esas miradas altivas y condescendientes.
—Pues gente que quiere darme el pésame.
—¿Alguien que yo conozca?
—Se refiere a Son Chaeyoung, ¿verdad?
Él sonrió como si quisiera decirle: «Qué bien me conoce».
—Tengo la obligación de asegurarme. ¿Ha intentado contactar con usted?
—No. No lo hará.
—¿Está segura?
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Jugando Sucio |MiChaeng| [G!P]
Misterio / SuspensoUna noticia que llega hasta los medios internacionales, una mujer -sí, por una extraña mutación, tenía aparato reproductor masculino, pero ante los ojos de la sociedad seguía siendo mujer- logra ir contra las reglas y, después de largos juicios y de...