A pesar de que vio la sangre en sus manos y los chorretones rojizos que le bajaban por las perneras del chándal, Chaeyoung no comprendió lo que pasaba hasta que la miró a los ojos y vio la angustia en ellos.
—Dios mío.
Como un lamento, Mina dijo:
—Mi hijo.
Chaeyoung se acercó, pero ella la apartó.
—Mina, tengo que llevarte al hospital.
—No se puede hacer nada.
—No lo sabes.
—Sí lo sé. —Sus ojos se llenaron de lágrimas—. Lo he perdido.
—No, no, lo arreglaremos. Podemos hacerlo. Vamos a hacerlo.
Mina miró a su alrededor, histérica.
—¿Dónde está el baño?
Chaeyoung se acercó a la puerta que había delante de Mina y metió la mano a tientas para encender la luz. Ella se coló pasando junto a Chaeyoung y cerró la puerta tras de sí.
—¿Mina?
—No entres.
Chaeyoung colocó ambas manos en el marco de la puerta y se inclinó sobre ella, dando golpes con la frente contra la madera. Nunca en su vida se había sentido tan inútil. Un aborto espontáneo. Había oído la expresión, sabía lo que significaba, pero nunca se había parado a pensar en que implicase tanta sangre, o que causase tanta desesperación.
Se sentía absurda, superflua e inútil. Las leyes de la naturaleza la habían paralizado.
Se quedó plantada junto a la puerta del cuarto de baño durante lo que le pareció una eternidad. Llamó varias veces, le preguntó qué tal estaba, insistió en si podía hacer algo. Mina respondió en murmullos monosilábicos que no le dieron ninguna pista.
Oyó la cadena varias veces. También oyó agua corriendo en el lavabo. Al final, oyó la ducha. Poco después de haber cerrado los grifos, Mina abrió la puerta. Iba envuelta en una toalla. Los ojos de Chaeyoung la repasaron, desde el cabello mojado hasta las puntas de los pies y de vuelta arriba otra vez, hasta detenerse en sus ojos, enrojecidos y llorosos.
—¿Es irremediable?
Mina asintió.
Chaeyoung asimiló la noticia, se maravilló ante la angustia que le provocaba. No por hecho de que Mina perdiera el bebé, sino porque después de mucho tiempo comenzaba a creer que algo verdaderamente le importaba.
—¿Te duele?
—Un poco. Como unos calambres menstruales muy fuertes.
—Ya —dijo Chaeyoung, como si tuviera idea de cómo dolían los calambres menstruales.
—Necesito algo que ponerme.
Chaeyoung miró por detrás de ella. El chándal estaba hecho un hatillo empapado en el suelo de la ducha.
—Algo encontraré.
—¿Crees que la señora Nayeon tendrá toallas femeninas?
¿Toallas femeninas? Su mente se quedó en blanco. Toallas femeninas. Vale. Si le hubiera pedido crema antiinflamatoria o algún remedio contra el picor podría haber contestado. ¿Pie de atleta? También sabía cómo aliviarlo. Pero nunca había pasado por la sección de higiene femenina del supermercado. Por lo menos, no a propósito. Nunca había comprado ningún producto para una novia, esposa o hija. Sus conocimientos sobre esos temas se limitaban a la caja de tampones que su madre guardaba debajo del lavabo. Sabía que servían para algo, pero nada más.
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Jugando Sucio |MiChaeng| [G!P]
Misterio / SuspensoUna noticia que llega hasta los medios internacionales, una mujer -sí, por una extraña mutación, tenía aparato reproductor masculino, pero ante los ojos de la sociedad seguía siendo mujer- logra ir contra las reglas y, después de largos juicios y de...