Capítulo 37

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Mina se tapó la boca con la mano, porque tenía miedo de vomitar delante de los dos detectives.

—¿Está bien? —preguntó Namjoon.

Ella negó con la cabeza, se puso de pie y salió corriendo de la biblioteca. A duras penas consiguió llegar al cuarto de baño para vomitar en el inodoro.

Como no había comido nada desde la cena de la noche anterior, no tenía mucho que vaciar. Pero el sabor de la bilis era amargo y continuó sintiendo arcadas durante unos minutos. Cuando los espasmos cesaron por fin, tenía la ropa empapada en sudor. Le pitaban los oídos, le temblaban las extremidades y toda ella sentía convulsiones incontrolables.

Se cubrió la cara con ambas manos. Desde el momento en que había visto a los agentes de policía en el finger del aeropuerto, había sabido que lo que estaban a punto de contarle era catastrófico y que, fuera lo que fuese, tenía que ver con Son Chaeyoung. Esa apabullante intuición acababa de confirmarse, y no estaba segura de poder sobrevivir a algo así. Saber que había matado a Jackson podía suponer la muerte de ella misma, la muerte del niño que llevaba dentro.

Pero ahora no podía pensar en el niño o, de lo contrario, se pondría histérica de verdad.

—¿Mina? —Dahyun llamó a la puerta con los nudillos—. ¿Mina?

—Un momento.

Se limpió la boca y se echó agua fría por toda la cara, que tenía tan pálida como la tiza. Se pasó los dedos por el pelo, y después, obligándose a recuperar la compostura, abrió la puerta del cuarto de baño.

Ahí estaba Dahyun, con Namjoon justo detrás de ella. La expresión del agente mostraba más curiosidad que preocupación. Dahyun le dijo:

—Voy a llevarte al piso de arriba para meterte en la cama.

—No. Ya estoy mejor. Pero por favor, ¿podrías traerme una Coca-Cola, un Sprite o algo con gas?

A Dahyun no le gustaba nada abandonarla, pero fue a buscar el refresco. Mina pasó esquivando a Namjoon y él la siguió de vuelta a la biblioteca. Sintió escalofríos cuando sus prendas húmedas entraron en contacto con el aire acondicionado. Se abrigó con un chal antes de regresar al sofá que había dejado libre con tanta rapidez.

El otro detective no había abandonado su puesto de vigilancia, ni siquiera se había movido, por lo que Mina podía percibir. Los tres permanecieron en silencio hasta que Dahyun le llevó la bebida solicitada.

—Llámame si me necesitas —dijo. A continuación dirigió una mirada funesta a Namjoon y apretó el brazo de Mina con fuerza para darle ánimos.

—Gracias, Dahyun. Por favor, cierra las puertas al salir.

Mina bebió un sorbo del refresco, con la esperanza de que le asentara el estómago y no le entraran ganas de expulsarlo al instante.

Una vez más, Namjoon empezó sin preámbulos.

—¿La conocía antes de que fuera a la cárcel?

Mina negó con la cabeza.

—¿Supo de ella después de que la soltaran?

Mina asintió.

—¿Cómo se conocieron? ¿Dónde?

—En esta habitación. —Ella se dio cuenta de que la respuesta lo había sorprendido—. Jackson tenía interés en conocerla. Había oído en las noticias que la iban a liberar. Le escribió y le pidió que se reuniera con él aquí.

Jugando Sucio |MiChaeng| [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora