X.

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¿Para qué era que había querido crecer?

Oh si, podía recordarlo.

Porque quería estar al lado de Ryoken.

Aquel niño de cabellos blancos como la nieve con curiosas mechitas purpuras que le daba mucha gracia cuando quería peinarlos y se sorprendía siempre de lo suave que eran que no podía sentir un poco de envidia. Quería ver siempre aquellos ojos celestes en los que siempre se perdía y siempre se encontraba en su propio mundo cuando este se quejaba de que parecía una boba mirándolo. Tomar aquella mano con la que se sentía segura en el momento que él la tomo mientras sonreía y le pedía que fueran amigos. Escuchar aquellas grandes carcajadas cuando suben a los columpios y tratan de llegar más alto que el otro. Ver aquella sonrisa con la que siempre la convence de hacer travesuras. Escucharlo gritar cuando era sorprendido. Escucharlo llorar cuando, sin querer, caía y se raspaba las rodillas. Dormir siempre a su lado como en todas aquellas siestas que siempre tomaban después de jugar un poco. Acariciar aquellas regordetas mejillas y tomar con aún más fuerza sus pequeñas manos para evitar que este se alejara. Darle pequeños besitos en la mejilla como también, sonreír cuando el realmente lo necesitaba.

Conocer a ese pequeño niño desde que solo eran unos infantes. Desde que gracias a que sus padres como los padres de Ryoken como el de los demás compañeros de juego, trabajaban juntos en aquella empresa que habían creado y eran muy buenos amigos. Creando quien sabe qué cosa porque en ese entonces no le interesaba, solo trabajando frente todas aquellas computadora, con todos aquellos dispositivos realmente desconocidos, mientras ellos siempre se quedaban juntos.

Para la pequeña Yusaku de ese entonces, su mundo significaba estar siempre al lado de Ryoken. No podía ver otro mundo, si no estaba a su lado. Su pequeño corazón se lo indicaba, sus mejillas calientes se lo confirmaban. Aquellos tiernos sentimientos que aparecieron a su tierna edad como los sueños que tenía siempre a su lado, era algo que quería hacer realidad.

¿Cómo descubrió que era algo más que cariño?

Porque en ese tiempo, no pudo evitar preguntarle a su madre sobre cosas que no entendía. Solo era una pequeña niña que no entendía aquello que ponía como loco su corazón.

--Eso es amor, mi vida --Fue lo que le comento con suave voz mientras acariciaba sus cabellos azules y le sonreía maternalmente.-- Querer estar al lago de la persona que uno quiere, aunque también puede ser cariño, también puede ser amistad, aunque tal vez, puede que olvides estos sentimientos y te enamores de alguien más en el futuro

--No quiero --Hizo un pequeño puchero mientras cruzaba sus manos.-- No quiero estar con otra persona más que con Ryoken, yo quiero a Ryoken

--¿Quieres mucho a Ryoken?

--Lo quiero de aquí a las estrellas --Sonrió la pequeña niña mientras señalaba el techo de su casa, en señal de que quería señalar las estrellas.-- Porque los ojos de Ryoken, se ven como si fueran millones y millones de estrellas, me gusta como brillan

--¿Te gustaría estar junto a él como papá y mamá?

--Hasta como la abuela --Soltó una pequeña risita infantil.

--Y así será cariño, así será

El beso que sintió en su pequeña frente, fue algo que tranquilizo su acelerado corazón. No pudo evitar abrazar a mamá y sentir como era cobijada por ella. Amaba tanto a mamá, amaba tanto a papá. Tal vez fue de aquella pequeña plática que tuvo con su madre, que días después, descubriera a sus padres hablar en secreto con el padre de Ryoken. No entendió de lo que hablaban pero pudo escuchar con claridad la palabra compromiso. ¿A que se deberá aquella palabra? No lo entendió en ese momento y solo fue algo que olvido.

No volveré a perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora