Para Miyu, su día empezaba en el momento que su madre entraba por la puerta de su cuarto para despertarla, con aquellos toques en su puerta para indicarle que ella ya había llegado. Aunque siendo sincera, a la hora que ella entra, ella ya se encuentra despierta. Le gustaba ver el amanecer desde su ventana. No sabía el porqué pero tenía una bonita vista de Den desde su ventana. Podía sentir el aire fresco como también, era el momento en el que sus plantas empezaban abrir sus hojas para saludarla. Agradecía ese gesto de Spectre al darle aquellas flores que aunque su madre siempre se molestaba en darles su cuidado, ella se encargaba como podía gracias a las enfermeras que siempre iban a revisar el cómo estaba como para que le ayudara a la movilidad de sus piernas, aunque siendo sincera y después de aquel día, ya no tenía esperanzas de una vez más volver a mover sus piernas. Era ese "buenos días" que le gustaría escuchar siempre de él aunque a sus padres, no les gustara que él se acercara a ella pero era imposible que le quisieran negar algo cuando era gracias a él como de Aoi, que fuera visitada en la tarde y le dieran un poco de compañía hasta la hora en que se iban.
Era lo único que le pedía a sus padres y lo único que ellos respetaban. Aunque de alguna manera, mantenía en secreto que Yusa de vez en cuando la visitaba junto con Spectre o junto con Aoi. No sabía el porqué lo hacía pero había sido una petición de su amiga de la infancia. Sabía que ella ocultaba algo más pero tenía sus razones, una persona siempre tiene derecho a guardar sus secretos y si ese era su motivo, entonces no tenía porque hacer algo para presionarla. Desde que ella se fue, creyó que nunca encontraría a una amiga igual a ella, fue una fortuna, que la vida le pusiera a Aoi frente a ella. Esta vez, no iba a permitir que alguien le quitara su amiga.
En fin.
Así eran sus días desde el momento que paso ese accidente. Aún podía recordar en el momento que cerraba sus ojos y el chirrido de llantas se podía escuchar a la lejanía, podía jurar que el auto se encontraba más lejos por que al momento de que ella volteo, fue cuando el carro le golpeo sin siquiera detenerse, podía escuchar el grito de su madre, podía ver el rostro asustado de Aoi. Solo recuerda el fuerte golpe que sintió y solo vio oscuridad. No recuerda cuanto paso, se supone que debería estar muerta, se supone que aquel golpe la debió de matar pero no fue así. Podía escuchar los llantos de su madre, como su padre decía algo que no logro comprender. Como tanto Aoi como Spectre la visitaban y podía sentir el cómo tomaba su mano, tal vez como un consuelo. No podía moverse, no podía hacer nada más que escuchar, más que sentir. Fue en un día que ella abrió los ojos después de tanto estar dormida. Los abrió tan despacio que sentía, que se volverían a cerrar, la molesta luz blanca que le molestaba sus ojos, incluso el ruido de todas aquellas maquinas que le rodeaban. ¿Qué era lo que estaba pasando? No podía comprenderlo, hasta hace poco había estado sumida en la oscuridad pero en ese momento, todo estaba dando vueltas. Su cabeza incluso estaba dando vueltas. Quería mover su cuerpo pero sentía que algo no estaba bien.
Desde el momento que ella despertó, sintió que algo no estaba bien. Fue una sorpresa y casi un milagro, como la mayoría le habían mencionado, de que ella se encontrara despierta, de que ella pudiera recordar su nombre o de lo que paso en ese día. Sin embargo, aquel malestar siguió creciendo hasta que se dio cuenta de lo que pasaba. Sus piernas, había movido un poco los dedos de su mano, incluso se atrevía a mover un poco sus brazos aunque estos pesaban más de lo esperado pero eran sus piernas lo que más le dolía.
¿Qué había pasado con esos sueños que había tenido desde que era una pequeña niña? Quería ser una gran bailarina pero estando así. Ya no quería nada, ya no podía pedir nada. Dejo a un lado aquellos sueños. Por más que hiciera todas esas rehabilitaciones, era imposible que fuera a caminar una vez más. Estaba obligada a pasar el resto de su vida en esa cama. Las noches que ha llorado por eso, era algo imposible de cambiar, aquel pasado, ahora se había convertido en un presente y un futuro del que no seria para nada fácil salir de él.
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No volveré a perderte
FanfictionEl primer y único amor de la infancia nunca se olvida. Ellos eran dos niños muy unidos, cuando los ojos esmeraldas de ella y los ojos celestes de él se encontraban, era posible encontrar el gran amor que ellos dos sentían. O eso eran lo que creían...