X X I.

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Desde el momento que aquella mujer de cabello azul seguía apareciendo constantemente en sus vidas, más tensa se podía llegar a encontrar Fujiki Yusaku, cosa que llamaba la atención de todo el mundo que la conocía, no podía dejar de estar alerta en el momento que veía a esa mujer, incluso en la escuela, era la única que acompañaba a Kenshirou, hasta ese momento, no pudo dejar de pensar sobre el padre del mismo joven ¿Algo mal debe estar pasando como para no presentarse? La chica no paraba de mirar a todos lados y en ese momento, todos pensaban que su amiga se había convertido en una paranoica, algo que de alguna manera, no podía dejar de preocuparlos pero no sabían cómo hablar con ella para que les dijera que era lo que le sucede. Hubiera tenido suficiente con que aquella mujer visitara seguido el local de Shoichi, razón por la cual, ni ella ni Kengo se alejaban de ese lugar solo para mantenerla vigilada y que solo provocaba que el hermano mayor de Jin, no pudiera comprender que era lo que estaba pasando y porque de un momento a otro, ambos habían subido sus defensas y no dejaban de mirar aquella mujer, aunque Yusa se había acostumbrado a trabajar como mesera en su pequeño local y era gracias a ella que tenia a más clientes pero ella no dejaba de mirar disimuladamente a esa mujer. ¿De qué se estaba perdiendo?

Claro, una vez que aquella mujer se marcho junto con Kenshirou y su padre, los cuales prometían que al día siguiente iban a regresar a comer, era el momento justo en que Yusa y Kengo podían relajarse, suspirar y hablar en voz baja mientras el otro asentía, él otro solo guardaba silencio. Era imposible que no sintiera curiosidad por lo que estaba pasando. Fue en una de esas veces en las que ellos se marchaban de su local, cuando decidió hacerles aquella pregunta. En el momento que les pregunto, ambos no pudieron mirarle con los ojos abiertos, después, se miraban al otro y con un pequeño gesto, le indicaron que iban hablar.

--Perdón Kusanagi-san, es solo que --Yusa dudaba en decirle, al final solo suspiraba y tomaba las ordenes de los demás clientes antes de que su turno terminara y se fuera con Kengo.-- En su momento te lo diré pero no te preocupes, tanto tú como Jin se encuentran bien, no hay nada de que temer

--¿Por qué temeríamos de alguien como esa mujer? --Preguntaba un tanto confundido Shoichi, Yusa estaba un poco más tensa por aquella pregunta.-- Ella no nos ha hecho algún daño ¿O sí?

--Tal vez sean suposiciones mías, tal vez solo sean eso pero nunca olvides que detrás de ello, se pueda encontrar una verdad que a nadie le gustara --Ella alzo los hombros un tanto desconfiada, suspiro un poco antes de dirigirle una sonrisa para tranquilizarlo.-- Pero por favor Kusanagi-san, confía en mí, se lo que hago, no permitiré que vuelva a pasar algo ahora que yo estoy aquí

Alzo las cejas un tanto confundido por aquellas palabras, sin embargo, no pudo preguntarle más porque fue cuando la chica empezó atender a las siguientes mesas y hablar un poco con Jin, veía a ambos jóvenes soltar pequeñas risitas mientras bromeaban sobre algunas otras cosas y después, solo seguían trabajando como si no hubiera pasado nada. En ese momento, solo miraba a Kengo, quien tenía una humeante taza de café en su mano mientras se encargaba de leer el periódico, como si no hubiera prestado atención a esas palabras, al final, fue Kengo quien suspiro mientras se estiraba un poco y miraba a Yusa.

--No tienes porque pensar en cosas malas --Fue lo que dijo.-- Solo haz lo que ella te pidió, nunca dejes de confiar en ella, al final en cuentas, será gracias a ella que podremos descubrir la verdad después de mucho tiempo

--¿Cuál verdad?

--La verdad sobre nuestras desgracias --Era lo único que le decía antes de levantarse a salir a fumar un poco.

Eran palabras que le había dicho la chica desde ese primer día que la mujer apareció con Kenshirou y su padre. ¿Tener un mal presagio? Creo que se podía convertir en realidad, aunque le decía que actuara normal cuando se encontraba esa mujer, no podía dejar de actuar un tanto nervioso, en el momento que la mujer le miraba, él solo actuaba como un propietario y cocinero normal aunque era imposible que aquella sonrisa se hiciera más nerviosa, agradecía que tener a Jin a su lado, le tranquilizara un poco pero también, empezaba a temer algo de lo que no sabría, en qué momento llegaría el golpe hacia la realidad. Ciertamente, no sabía quién era pero aquellas palabras que la chica le dirigió mientras lo que los ojos de la chica mostraba en ese momento era la evidente furia y tal vez un poco de miedo, prefería ya no decir o hacer nada, más que seguir con su vida como si no le hubiera contado nada de eso, aunque eso, prácticamente sería imposible. Lo que menos quería Shoichi, era arriesgar a Jin, no iba a permitir que algo así, le pase a él. No como les paso a sus padres de los cuales, aún puede seguir lamentándose por aquella tragedia, desde ese día que Jin y él estuvieron solos, donde su hermano no pudo sonreír por bastante tiempo, aún podía ver a su hermano, tener pesadillas que ahora, gracias a ella, es que se podía apreciar mejor. Incluso, teniendo a la chica Aoi Zaizen como esa amiga de aventuras en el momento que ambos se quedaron solos sin sus amigos importantes a su lado, él estaba un poco más tranquilo. Podía ser el mismo Jin que conoció pero aún, aún tenía aquellas inseguridades que solo realmente deseaba, que ninguna de ellas se hiciera realidad. Era capaz de arriesgarse por salva la vida de su joven hermano que aun estaba tratando de mejorar. No iba a permitir que alguien le quitara a su hermano, no como lo quisieron hacer en el pasado. Esta vez lo protegería. Era para ese motivo, que solo quería saber la verdad detrás de todas aquellas palabras, para poder comprende el pasado y pensar en una nueva forma de camino para su futuro.

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