Fue después de unas horas, para que la droga que le había sido inyectada a Yusa pasara su efecto pero no el dolor de su pierna con forme pasaba el tiempo, era más intenso, tuvo que romper un poco de su falda y de su blusa para poder apretar la herida y evitar que saliera más sangre. Un torniquete con ambas prontas que apretó con mucha fuerza aunque le doliera más, tenía que hacer algo para seguir viviendo. Como pudo, se arrastro por el piso para poder llegar a una pared de ese cuarto y poder recargarse en el mismo, no pudo evitar quejarse en ese momento y ver su pierna lastimada. Tomo un pequeño respiro y lo saco en forma de quejido, fue justo en ese momento donde las ganas de llorar estaban por ganarle o eso hubiera querido al momento de ver a Kenshirou hecho bolita y manteniendo la puerta cerrada, desde el momento que se había ido el padre de este, solo cayó al piso como peso muerto, solo intento cubrirse sus oídos con fuerza y apretar sus dientes hasta sentir como rechinaban.
--Por favor Kenshirou --Eran la palabras que la chica había dicho en ese momento donde la droga seguía haciendo efecto y mirando a su amigo, este solo observo con atención como ella trataba de mantenerse despierta.-- No puedes caer en esto pero solo escucha a tu padre si quieres salir vivo de esto, puedes hacerlo, somos amigos ¿No es así? Solo hazlo
Fueron aquellas palabras que Kenshirou escucho de su amiga mientras le sonreía con tranquilidad pero era muy evidente el sudor que resbalaba por su rostro mientras hacía pequeños gestos de dolor, le sonreía como desde hace tiempo ella no lo hacía. Se acerco cuidadoso a ella, estuvo a punto de tocar su hombro pero fue ese momento en el que ella desvió su mirada al momento que ella menciono un nombre.
--Ryoken
Kenshirou solo retiro su mano y se alejo de ella inmediatamente sin siquiera mirar a la chica que solo le pedía que lo hiciera y que no se preocupara por ello. No entendía cómo es que ella podía decir esas palabras cuando las lágrimas estaban bajando de su rostro y era más notorio el miedo que la invadía y no se trataba de la droga o de la herida en su pierna. Ella realmente se estaba muriendo del miedo de ese lugar, de las personas que se pueden encontrar afuera como también, al saber que no era la persona que tanto quería que la tocara. No quería verla, no quería escucharla. No podía hacerlo, por más que amara a esa chica que se encontraba herida y trataba de hacerse la fuerte ante la gravedad de su herida, no podía hacerle algo como eso cuando era ella quien no lo amaba, cuando solo lo estaba haciendo porque habían sido obligados y no había sentimientos de por medio más que la amistad que no quería romper con ella. Escuchar el nombre de alguien más, fue lo que le hizo entrar en razón, fue lo que provoco que recordara que ella nunca seria suya por más que quisiera esforzarse, ella ya tenía alguien ocupando su corazón y lamentablemente, él no podía estar en ese lugar. Le había gustado Yusaku desde que eran unos niños, fue él, el primero amigo de ella, solo eran ellos dos, no había nadie más que viera aquellas sonrisas, que viera todos aquellos primeros momentos con los que vivió con él hasta que llego Kogami Ryoken y le pudo otorgar más sonrisas a esa niña de las que él le podía provocar. Siempre estuvo molesto de ello porque ahora, ya no podía tocar su pequeña mano y jugar como lo hacían desde hace mucho tiempo. Pero de alguna forma, sabía que la dejaba en buenas manos, siempre lo sintió de esa manera. Incluso, años después en los que ambos regresaron después de situaciones diferentes y ver como ella sonreía, era feliz con la persona que tanto amo. Solo podía desearle lo mejor.
--¿Estas bien, Kenshirou? --Hablo ella un poco cansa.-- No has hablado desde hace mucho tiempo ¿Sucede algo?
--¿Cómo pudiste pedirme que te hiciera algo como eso? --Fue lo que dijo con rudeza.-- ¿Y si después me odias por lo mismo? Ya no seriamos amigos por culpa de esta escena ¿Cómo mirarías a Kogami después?
--Sobrevivir, de esto se trata todo esto --Fue lo que dijo, quiso mover su pierna pero después fue una idea horrible, Kenshirou solo la miraba.-- Ryoken lo hubiera entendido, todo mundo lo hubiera entendido --Soltó una pequeña risita.-- Ahora, debemos encontrar una forma de sobrevivir en estas horas, ellos han mostrado sus colmillos y justo ahora, nosotros ya no tenemos mucho tiempo
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No volveré a perderte
FanfictionEl primer y único amor de la infancia nunca se olvida. Ellos eran dos niños muy unidos, cuando los ojos esmeraldas de ella y los ojos celestes de él se encontraban, era posible encontrar el gran amor que ellos dos sentían. O eso eran lo que creían...