Epilogo

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No puedo ver una salida. Se despliega mi curso de pensamiento.

Mi imaginación se antepone a mi mismo ¿Donde está la respuesta?

...

Las palabras claras que parecen no tener ningún obstáculo.

No consiguen tocar mi núcleo.

La superficie de las cosas y su reverso son consecutivos.

Si los combinas, son un solo rompecabezas.

.o.

Cuando el tiempo avanza ¿Qué es lo que puedes hacer? Solo correr con todas tus fuerzas para evitar que te atrape y tratar de no tropezar con las piedras que puedas llegar a encontrar en tu camino y que solo sean las culpables de que te causen más dolor que el que puedas cargar en tus hombros en ese momento. ¿Qué pasa cuando tropiezas? Solo cierras los ojos ante el miedo que puedas llegar a tener por lo que te atrape, para no hundirte más en esa oscuridad que todo ese tiempo habías querido escapar. Pero ¿Qué pasaría cuando en ese momento, encuentras una mano que te ayude a levantarte? Solo la tomas sin dudar porque sabes de quien se puede tratar. Al momento de alzar el rostro, solo puedes sonreír al ver aquellos ojos, al ver aquella sonrisa y volver a sentir aquella calidez que es capaz de iluminar todo color gris que puedas encontrar en tu camino.

Fue de esta manera en la que se sentía Yusaku a partir de ese momento en el que decidió quedarse en Den como desde un principio se deseo. Aquella felicidad volvía a su rostro para olvidar todo lo que simplemente se quedo en el pasado. Aquel dolor que era sustituido por hermosos y bellos momentos que solo provocaban aquella alegría en su rostro y que todos fueran capaces de apreciarla, saber que en el momento que ella sonrió, es porque ella regreso una vez más a su lado y que esta vez, estaba dispuesta a no irse nunca más a menos de que les contara los motivos de ello aunque ahora estaban más que seguros que nada malo podría pasar, ya no había maldad, ya no había nada a lo que podrían temer y estaban completamente seguros de ello. Olvidar aquel temor que invadía su corazón con solo tomar de la mano a Ryoken, el verlo sonreír cada día y pasar ese tiempo a su lado. Tiempo que realmente ya necesitaban recuperar. Tiempo que a partir de ese momento, se encargarían de volver a empezar.

Ai, que se había encargado de atrapar a las personas malas cuando trataban de huir, recibieron una merecida mordida que solo provoco que los hiciera llorar mientras que el can, estaba completamente feliz porque sabía que iba a recibir un premio por ello. Y así fue, en ese momento que ambos jóvenes regresaron y visitaron el local de Shoichi. El perro abandono a su dueña para irse detrás de ese jugoso filete que le estaba ofreciendo. La chica no dudo en rodar los ojos divertida, por ese día, lo dejaría ser, después se vengaría. O eso hubiera deseado planear porque fue distraída en el momento que Ryoken la abrazo por los hombros, después de colocarle su saco en sus hombros y besar su mejilla sorpresivamente. Provoco que la chica abriera los ojos sorprendida al mismo tiempo que sus mejillas se pintaban de un adorable rojo que fue imposible de ocultar en el momento que todos sus amigos empezaron a comentar de ello.

--Bueno, es mi prometida al final en cuentas ¿No? --Aquello fue lo que sorprendió aun más a los presentes.-- Puedo besarla, puedo tomarla de la mano y podemos pensar en este momento, cuantos años vamos a dejar pasar para casarnos

--Sabes --Takeru sonrió con coquetería.-- Puedes hacer algo más aparte de eso con tu prometida y creo que lo sabes muy bien ¿No es así Kogami-kun?

No volveré a perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora