X X X I V.

49 3 0
                                    

--¿Alguien sabe dónde está Yusaku?

Fue la pregunta del día en el momento que Kogami Ryoken entro al pequeño local de comida de Kusanagi Shoichi y donde la mayoría de sus amigos se encontraba reunidos para ayudar a este segundo en lo que Yusa estaba en recuperación aunque Miyu solo se encontraba ahí por mera curiosidad, incluyendo se podía encontrar a Kenshirou Sorinozuka que se quedo en Den bajo la tutela de Takagi Suzaki, ahora que no tenía a familiares quien pudiera cuidarlo, Suzaki tomo la decisión de criar de ese muchacho revoltoso y orgulloso que al final, es hijo de alguien quien considero su amigo, no podía dejar desamparado al muchacho cuando necesitaba demasiado la ayuda de demás personas aunque de vez en cuando chocaba con Spectre pero al final se trataban como buenos amigos que siempre han sido, aun les faltaría mucho tiempo para poder convivir y aprender del otro.

Pero a palabras del hijo de Hiro, prefería nunca saber de su padre, solo quería vivir al lado de sus amigos, solo quería ser alguien y olvidar aquellos problemas que causo aunque no fuera su culpa exactamente.

Habían pasado dos meses desde que toda aquella pesadilla por fin termino, donde prefirieron nunca saber sobre Rei y Hiro, no querían saber que ellos al fin estaban recibiendo su merecido por los tantos años de prisión que iban a estar condenados, solo les deseaban lo mejor, era lo único que podían hacer por ellos dos. Poco a poco, empezaban a olvidar aquella furia, aquel temor que se guardo en sus corazones, ahora era reemplazado como debió ser desde un principio.

Una vez que todo aquello concluyo, fue cuando Takeru al fin fue a visitar a sus padres y aunque se soltó a llorar no pudo evitar agradecer por todo lo que hicieron por él para mantenerlo a salvo la mano que se poso en su hombro, fue lo que le hizo levantar la mirada para encontrarse con la mirada amable de su abuelo que no dudo en abrazar y pedir perdón por todas las tonterías que ha causado. Su abuelo, orgulloso de que al fin Takeru decidiera hacer lo correcto, lo atrajo a sus brazos y lloraron, realmente lo hicieron.

Donde Miyu pudo comprender aquel miedo que sus padres siempre cargaban, pudo verlos sonreír por primera vez, después de su accidente e incluso, soltaron alguna que otra, pequeña risita por los comentarios que hacia la joven. Al final, solo la abrazaron para pedirle perdón al ser demasiado duros con la joven. Ella comprendió todo y su amable corazón les perdono, una nueva vida empezaría a partir de ese momento junto con sus padres.

Donde Spectre no paraba de sonreír al momento de ver a su padre que iba por él a la escuela, justo cuando lo hacía cuando era un niño y aunque le pedía que dejara de hacerlo, en lo más profundo de su ser le pedía seguir haciéndolo. Convivir con su padre después de aquellos horribles momentos que vivió su padre. Porque también le alegraba ver a ese hombre que seguía siendo un tanto tímido y despistado pero que al final, era aquella familia la que siempre necesito y que ahora está de regreso, realmente pedía que estuviera a su lado para siempre, como debió ser desde un principio.

Jin y Shoichi, al comprender todo lo que paso a sus padres como de la manera en que los protegieron, pudieron sentirse más tranquilos. Las acciones de Yusa y Kengo, siempre habían sido para protegerlos, no podían culparlos porque es justo lo que se hace cuando la familia está en peligro. Donde ambos hermanos pudieron sonreír y hablar respecto a ello y al final, volvieron abrir aquel altar dedicado a sus padres y rezar por ellos como desde hace tiempo no lo hacían.

Aoi había conocido a Emma, la hermana menor de Kengo e inmediatamente, se hicieron buenas amigas al tener en común a sus hermanos un tanto sobre protectores que tenían. Incluso, cuando Shoichi conoció a Emma, este no pudo evitar quemarse un poco al ver a la mujer entrar a su local, aunque provoco una pequeña risa de ella pero fue lo más lindo que escucho el hermano mayor de Jin. Eso a Kengo solo le causo malestar, era su hermana menor que con duras y penas, pudo aceptar su madre, la cual, una vez que pudo contarle toda la verdad sobre lo que había pasado con aquellos padres de esos muchachos, no pudo evitar entristecerse y regañar a su único hijo por no haberle dicho desde un principio. Al final, la mujer cuando salió al fin del hospital, aún si la posibilidad de moverse. Decidió ir a la playa y dejar ir un pequeño plato de plata junto con una vela encendida que se mantenía sobre este objeto. Les deseaba un buen camino a todas aquellas amables personas que conoció en su momento.

No volveré a perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora