16

695 101 7
                                    

He sobrevivido al tercer día sin saber nada de kyungsoo.

No he hablado con nadie en estos días,ni siquiera con Jennie sintiéndome incapaz de tener una conversación banal con alguien.

Me quedo mirando mi teléfono unos minutos releyendo los mensajes que habíamos compartido y la grieta en mi pecho se ensancha. No lo busque quiero que tenga su espacio, conociendolo ahora debe estar pasando por una crisis existencial por haber engañado a esa mujer. Tal vez este molesto por que apagué su celular, tal vez realmente no le importa. No lo sé. Me duele demasiado pensar en eso. Observo los mensajes una vez más para luego levantarme de la cama.

Tenía media hora para vestirme.

Me llegó una invitación para la exposición de Won Sik en una galería de arte quien fue un gran amigo mío en la secundaria, lo iba a rechazar como lo hice con todo lo demás pero terminé aceptando por qué distraerme con eso me hará bien.

Me cuesta comer. Consigo tragar una taza de yogur y era lo único más o menos decente que había comido desde el domingo. Sin embargo mi cuerpo está acostumbrado a las dietas extremas es por eso que sobrevivo gracias a la cafeína como en mis mejores años, pero me provoca mucha ansiedad.

Agarro mis llaves, me pongo un saco gris, la bufanda y me dirijo a la puerta. Era la primera vez que salía en tres días el aire frío de invierno me golpea en la cara haciéndome sentir un poco más vivo.

Evito usar mi auto por qué no tengo ganas de conducir, por lo que tomar un taxi es mejor en estos momentos.

Medía hora después estoy en un depósito; paredes de ladrillos, pisos de madera oscura, techos blancos. Es espacioso y moderno hay bastantes personas deambulando por la galería bebiendo vino y admirando las pinturas.

—Buenas tardes bienvenido a la exposición de Ravi—me da la bienvenida una mujer joven vestida de negro, muy elegante, con el pelo castaño corto. Me mira de manera prolongada más de lo necesario. Sonríe y me entrega un folleto.

—¡Kim Jongin hombre es un gusto verte!—Won sik se acerca apresúradamente a través de un grupo de personas. Algunos se giran al escuchar mi nombre y creo que ese fue el motivo por el cual decidió gritarlo poniendo énfasis en el.

—¿Cómo has estado?—abre los brazos y me estrecha en un abrazo. Estoy feliz de que ver a mi amigo realizado y feliz.

—No mejor que tú estrella—dice apartándose un poco y me observa con una gran sonrisa—estoy encantado de que hayas venido pensé que no lo harías.

Damos un paseo por la galería viendo algunas de sus obras, él me explica con detalle lo que sintió al crearlas y que lo llevó a hacerlo. Era interesante verlo de su perspectiva. Había algunas pinturas con colores vivos,también algunas en blanco y negro, muchos son paisajes que poseen una belleza etérea.

Hay una pintura del lago de Como dibujado desde un ángulo que atrapa la imagen de los pueblos encantadores a su alrededor y unas nubes rosadas producto del atardecer se ven reflejadas en la quietud del agua, toqué el lienzo con mis dedos recordando la vez que estuve ahí, recuerdo que mi primer pensamiento fue que quería llevar a kyungsoo para que lo conozca y recorrer los pintorescos pueblos de Italia juntos.

Ya entrada la tarde salgo de la galería y aspiro el aire profundamente, me siento más relajado después de escuchar las anécdotas de Ravi y revivir los viejos tiempos. Aunque no basta para llenar el vacío en mi pecho, fue agradable.

Camino buscando un taxi con la cabeza gacha mirando mis pies, cuando inesperadamente choco contra alguien.

—Lo siento..

—No discúlpame tu a mi yo iba distraído con el móvil—levantó la vista rápidamente al reconocer esa voz y lo primero que me fijo es en la bata de hospital que lleva el chico bajo un saco grueso, luego de ver su rostro me quedo tan sorprendió como él.

—¿Jongin?—sonríe y se quita los auriculares antes de acercarse para darme un abrazo.

—¿¡Luhan!? ¿Que?...—digo con emoción mezclada con sorpresa—¿Cómo estas?—no esperaba encontrarme con él aquí, así.

Su padre es un hábil empresario dueño de la marca más importante de china, de la que yo fui modelo por dos años. Aparte de eso tenía una empresa de bienes raíces que lo convertía en uno de los empresarios más ricos de ese país. Conocí a Luhan quien es el heredero de esa fortuna en una de las fiesta organizada por la compañía de su padre. Un joven, hermoso, dulce y carismático que no encajaba con el perfil de su padre quien es un empresario frío y serio, él en cambio tenía un sentido del humor único y no era mucho de seguir las reglas de etiqueta.

Se metía en unos que otros problemas que su padre se encargaba de ocultar por qué no podía permitir que el heredero de una gran fortuna estuviera en escándalos. Tuvimos una buena relación todo el tiempo que yo estuve trabajando en China, el era mi único amigo en ese lugar, luego de que finalicé mi contrato y volví a europa, no lo volví a ver.

—No sabía que estabas en Corea ¿que haces aquí?—me pregunta el chico de melena rubia y brillante sin dejar de sonreír.

—Lo mismo te preguntó yo a ti... no sabía que tú estabas aquí y que eres.. ¿médico?

—Soy enfermero—dijo orgulloso.

—No puedo creer que tú padre te haya permitido venir a corea a ser un simple enfermero—digo incrédulo el rueda los ojos a la mención del señor Xiao.

La verdad nunca pensé qué el llegaría a hacerse cargo de la compañía, no tenía madera de empresario. Para serlo tenía que dejar de ser un malcriado revoltoso y convertirse en un estratega implacable y cabrón. Pero a pesar de eso no me hacía a la idea que su padre le haya permitido estar en un país diferente ejerciendo un trabajo como ése. Que no es malo pero si es muy bajo para alguien que iba a heredar una empresa millonaria.

—Bueno no es como si me hubiese dejado más bien..—suspiro haciendo una mueca—okay él me desheredo.

—¡¿Que?!—solté abriendo los ojos desmesuradamente, entre otras cosas divertido—Luhan tienes que decirme que demonios hiciste para que tú padre tome esa decisión.

—Es una larga historia y tengo que volver al trabajo.

—¿En qué hospital trabajas?

—En el hospital Asan que está aquí a algunas cuadras—dice señalando hacia adelante—salí por unas cosas.

—¿Asan?—Lo primero que se me vino a la mente es que en ese hospital trabaja Kyungsoo, mi corazón comenzó a latir con fuerza cuando me di cuenta de que estaba tan cerca de él—Estuve ahí hace algunos días.

—¡wooh! ¿Entonces eras tú?

—¿eh?

—Todo el hospital hablaba de un tipo que decía ser un modelo famoso creando disturbios en el área de emergencia yo iba de salida por eso no pude ver de quien se trataba —exclamó soltando una carcajada, me reí por lo cálido que se sentía hablar con él. Luhan es de esas pequeñas personas risueñas y alegres que siempre logran contagiar un poco de su vitalidad— ¡Pero nunca me hubiese imaginado que serías tú! 

—Bien dicen que el mundo es muy pequeño—dije esbozando una gran sonrisa.

—¿Quieres venir?

—¿eh?

—Entrego estos papeles y hablamos en la cafetería del hospital tengo medía hora libre.

Iría solo para hablar con Luhan a gusto no para encontrarme con kyungsoo ¿Entonces por qué estoy pensando en que lo voy a ver? Definitivamente no lo haría, si nos encontramos en los pasillos va a ser estrictamente una casualidad.

Aunque eso no evitó que mi corazón golpeará con fuerza en mi pecho por la emoción.

—Sí vamos.

Un Nuevo Comienzo Suena Bien.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora