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Han cambiado muchas cosas entre nosotros desde ese día. Kyungsoo me permite estar a su lado y cuando me ve puedo ver qué está feliz.

Me cuenta sus problemas en el trabajo, yo le cuento cómo fue mi vida en el extranjero, intercambiamos anécdotas como recuperando el tiempo que perdimos. No lo veo los fines de semana lo dejo tranquilo por que no quiero abrumarlo aunque es muy difícil para mí mantenerme alejado por eso los lunes con frecuencia voy al hospital en las mañanas, solo lo veo trabajar en la computadora antes de que salga a su ronda, en ocasiones solo me quedo en silencio él hasta se olvida de que yo estoy ahí, me doy cuenta cuando mira repentinamente a mi dirección y sonríe.

Alquilé un piso a 4 kilómetros del hospital para estar más cerca de la ciudad me dije a mi mismo pero sabía que no era así solo quería estar más cerca de él. Ese piso sin embargo me gustaba más que el anterior, me reunía de vez en cuándo a cenar con Luhan aunque no hablábamos de kyungsoo pero él no era tonto, ya sabía que algo sucedía pero se mantenía al margen.

Todo pasó muy rápido; los meses parecían días, me sentía muy bien a su lado pero estaba ese miedo constante de que un día solo no vuelva y que yo no pueda buscarlo,  por qué al final del día no somos nada.

Nuestra primera discusión fue cuando él me dijo que quería quedarse conmigo pero se tenía que ir y le pregunté con demasiado recelo que si quería estar a mi lado por qué no la dejaba, recuerdo que de todas las palabras que utilizó el; "deja de actuar como un niño estúpido" y "no vuelvas a hablar de mi relación con ella nadie te dio ese derecho" dichas con demasiada brusquedad, me rompieron el corazón y él lo supo pero no hizo nada para remediarlo solo recogió su ropa que había quedado esparcida por toda la habitación y se marchó sin volverse siquiera.

Yo solo observaba todo desde un lado de la habitación, ignorando la sensación de hormigueo en mi columna vertebral.

Ignorando el profundo dolor en mi pecho por qué de repente nos vemos reducido a esto y que pase lo que pase, nunca tendré el derecho de pedirle que se quede.

Nos encontramos nuevamente una semana después, tragado mi orgullo lo llamé y pedí verlo, Kyungsoo apareció unas horas más tarde en la puerta de mi departamento con una botella de vino y una sonrisa tierna, lo que derivó a mis labios extendiendo mordiscos de amor por todo su cuello, empujándolo al interior de mi departamento y él maullando suavemente. Me detuve de gritar su nombre, ya era lo suficientemente doloroso escuchar a kyungsoo pronunciar mi nombre con desesperación como si me hubiese necesitado tanto como yo a él, mis dedos se arrastraban hacia su cintura logrando calmar a la voz en mi cabeza que me decía que realmente no era así.

Pero es difícil controlar mis emociones, desde nuestra pelea trato de no demostrarle que estoy profundamente dolido cuando estamos juntos y él solo se levanta y se va, no me dice el motivo pero yo sé que es por ella. Siempre es por ella. Tampoco le muestro cuánto me duele todas las veces que me rechaza por tener que estar a su lado. Siempre poniéndola primero.

De vez en cuándo en sus días libres, Kyungsoo preparaba la comida en mi casa y nos pasábamos la tarde juntos, teniendo sexo, otras veces solo hablando recostados en el sillón.

Nunca he hablado con nadie de mis problemas pero en ocasiones siento que es la única manera de desahogarme y no volverme loco. Cuando eso sucede busco a Jennie, ella es la única que me escucha y logra contagiarme un poco de su vitalidad. La vez que me aconsejo que lo deje ya que no va a cambiar nada entre kyungsoo y yo pensé que no debería dejar que sus palabras me afecten pero lo hicieron, me acosté mirando el techo de mi habitación preguntándome si realmente valdrá la pena quedarme a su lado y recibir tan poco. Cuándo lo veo a tumbado a mi lado en la cama boca abajo con la espalda desnuda, mirándome en silencio sé que si lo vale.

Un Nuevo Comienzo Suena Bien.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora