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—¡jongin!—dije una vez rompimos el beso acariciando su hermoso rostro, lo miro un poco aturdido intentando discernir si se trataba de una alucinación o realmente estaba aquí. Él me mira con los ojos muy abiertos, enrojecidos, la cara pálida y demacrada por la falta de sueño, y yo solo quiero besar su rostro para eliminar todo rastro de cansancio, pero me detengo por que no sé como actuar delante de él después de tantas cosas que pasaron entre nosotros.

 —si estoy aquí—dice en voz baja con el atisbo de una sonrisa por que al parecer puede ver la confusión en mis ojos—¿como estas?—pregunta con voz suave y ojos brillantes, trago saliva.

—si te dijera que estoy bien mentiría—digo intentando reprimir mi llanto.

—Yo estoy igual—murmura y se inclina hacia mí nuevamente—de hecho si te dijera que estoy bien seria la mentira más grande que diría en mi vida.

Dice en un intento de broma con una pequeña sonrisa triste, trato de sonreírle de vuelta solo para que de esa forma su sonrisa sea genuina, pero toma mi mano llevandosela lentamente a la boca besándome con ternura robándose mi aliento—te extrañe—añade, entrelazando nuestros dedos y puedo ver como sus ojos cansados se llenan de lágrimas y lo único que quiero es protegerlo por que nunca lo había visto de esta forma y me parte el alma saber que fui yo el causante de todo esto.

Me odio a mi mismo por haberle roto el corazón.

—Jongin quiero que hablemos—digo suspirando intentando inútilmente de controlar mis emociones.

—No—tira de mi mano con fuerza y de un momento a otro estoy siendo abrazado por él. Me rodea con sus brazos y hunde su nariz en mi cuello respirando profundamente—no quiero hacerlo—dice en un susurro.

La lluvia comienza golpear el parabrisa. Yo quiero zafarme un poco de él para poder mirarlo a los ojos, necesitaba que me vea a los ojos y que sepa que realmente lo siento, pero me envuelve aún más con sus brazos, me aprieta contra su cuerpo y puedo sentir todo mi cuerpo tenso relajarse por que es ahí donde quiero estar.

Logro zafarme un poco y apoyo mi frente contra la suya mientras unas lágrimas se deslizan por mi rostro, ese es mi hogar en sus brazos y por unos segundos me permito fantasear con que todo irá bien. Pero Jongin se aparta y lo que tardo en acomodarme en el asiento del conductor, incluso antes de que lo logre del todo él habla rompiendo algo dentro de mi.

—me tengo que ir—murmura sorbiendo por la nariz.

—¿Que?—digo rápidamente aturdido y asustado—¡No!

—Vuelvo a europa toma esto como una despedida—dice en modo de explicación como si eso bastara para calmar a mi corazón que esta latiendo tan deprisa que me duele.

Cuándo abre la puerta toda la sangre deja mi cabeza, por unos segundos se me nubla la vista pero recobro la compostura rápidamente para evitar que se vaya tomándolo del brazo con fuerza, creo que demasiada por que se da vuelta y me mira con una expresión entre sorprendido y ofuscado.

Pero no puedo hablar y simplemente me quedo así por unos segundos, en silencio mirando la decisión en su rostro, las lágrimas caen sin que pueda hacer nada para evitarlo por que estoy destrozandome por dentro.

—Quédate—digo y el niega con la cabeza sin apartar la mirada—por favor hablemos.

—No quiero hablar—me dice nuevamente a media voz—no hay nada de qué hablar—toma mi mano y me mira a los ojos, mis lágrimas siguen cayendo—entiendo que viniste a darme la mano y a decirme adiós eso es lo único que quiero de ti.

Ahora es mi turno de negar, me sorprendo demasiado al escuchar creo que una de las frases que nunca me hubiera esperado de él y las lágrimas se intensifican cuando se suelta de mi agarre.

Un Nuevo Comienzo Suena Bien.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora