—Alastor. Sirve a la mesa dos.
Indicó Husk de forma atareada mientras llenaba su gran bandeja de plata con una cantidad calculada de copas de vino. Se apartó de la barra y se dirigió directo a las mesas que debía servir, mientras que su amigo abría un par de botellas de licor casero para servir a su mesa destinada.
La noche estaba avanzando con normalidad y el horario era el más concurrido. Era algo común que estuviera repleto luego de presenciar ese gran espectáculo y que el resto de las mujeres estuvieran ofreciendo servicios en cada mesa.
Volvió a la barra cuando terminó de servir el licor. En realidad, se notaba que era un producto de calidad al solo percibir el aroma, pero esa clase de alcohol no podía circular fácilmente, solo en bares que estaban bajo la protección de ciertos grupos que dominaban la ciudad desde la clandestinidad. Alastor no pensó mucho más en eso, no era su asunto el saber en qué estaba metido Husk como para tener el permiso de vender esa mercancía.
Estaba limpiando la mesada de madera de la barra, su amigo volvió y comenzó a lavar algunas copas desde atrás. Se mantenían concentrados en su labor como fue habitual en toda la noche, nada parecía extraño. Hasta que escucharon que un nuevo cliente tomó asiento, aprovechando que el lugar estaba desocupado y no había nadie más rodeando la barra.
Alastor levantó la mirada. Sintió esa clase de pulsación que sacudía su pecho cuando la adrenalina comenzaba a aumentar en su anatomía.
El rubio de cabellos rebeldes encendió un cigarro y se lo llevó a los labios, se cruzó de piernas luciendo sus medias de red y sus tacones altos que brillaban gloriosamente. Sus ojos claros se enfocaron en Husk, pasando por alto al castaño que estaba más cerca y que simplemente se le quedó mirando con los ojos bien abiertos. Llamaba la atención, era inevitable.
El joven sacudió un poco sus mechones de cabello oscuros y apartó con sus delgados dedos el cigarro de sus labios, cubiertos de un labial rojo carmín. Exhaló una gran cantidad de humo gris, se cruzó de brazos sobre la barra y cuando Husk giró para enfrentarlo y percatarse de su presencia, el rubio sonrió de forma sugerente y sensual.
—Hola, gatito.
Alastor lo escuchó hablar por primera vez. Esa voz era suave... Su piel era tan tersa como la de una chica y sus rasgos eran muy delicados, tanto así que comenzó a dudar de si en verdad era una mujer o no. Tenía tanta piel expuesta a pesar de que llevaba un fino tapado de pieles rosas sobre su espalda, pero eso no quitaba que la piel de sus hombros estuviera descubierta.
Se veían tan suaves y sus huesos marcados se veían tan bellos y frágiles. Pero había algo más. Por supuesto que parecía un homosexual desviado, la cúspide de la depravación. Sin embargo, dejó de razonar o pensar siquiera en que era una prostituta o alguien que simplemente estaba mal de la cabeza. Más allá de esos labios rojos que estaban jodiendo su razonamiento, existía algo en esos ojos azules que lo estaba sumergiendo en un mundo que nunca había conocido.
Su cuerpo, su voz, su apariencia femenina y sus ojos claros y cristalinos que resaltaban debido a ese maquillaje oscuro y desastroso... Las pupilas de Alastor se encendieron, porque siempre había pensado que su objetivo primordial eran las mujeres, pero ese sujeto solo apareció y le rompió el mundo en menos de cinco minutos.
—¿Whisky?
Cuestionó Husk de mala gana, conocía demasiado bien a ese hombre y no quería interactuar mucho. El joven ablandó un poco su sonrisa hacia el bartender y trató de lucir amable.
—Por favor.
Observó como Husk se alejaba para ir a buscar una botella del mejor whisky que tenían. Y claro, era hora de prestarle atención a ese hombre que lo estaba mirando sin disimular y no parecía entender el concepto de la discreción. Estaba muy acostumbrado a que todos se horrorizaran por su apariencia, la gente conservadora era de manual. El motivo de esa mirada podría ser por dos cosas, porque le generaba asco ver a un hombre básicamente travestido o porque quería que se la chupara. Ladeó un poco su rostro hacia el castaño, volviendo a llevar el cigarro a sus labios.
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Born to Die [ RadioDust ]
FanfictionCaminando por las calles de la ciudad, ¿Esto es por error o decisión? Me siento tan solo, ¿Puedes hacerme sentir como en casa si te digo que eres mío? No me hagas sentir triste, no me hagas llorar. A veces el amor no es suficiente y el camino se tor...