Born to Die [ RadioDust ]

Capítulo 27: Mundo cruel

El cuerpo de Charlotte fue amarrado con rudeza contra la silla en dónde estaba sentada, sus piernas y brazos estaban inmovilizados y su mirada se mantenía baja, precavida y alerta. Su rostro estaba sucio por sus recientes heridas, su sangre seca manchaba su piel pálida, su cabello rubio y sus ropas oscuras. Estaba desecha y era un desastre, pero ella accedió a ese trato cuando se rindió ante los miembros de la familia Cacciatore. Aquel galpón vacío y abandonado era su prisión.

La mujer se estremeció y se sacudió con nerviosismo cuando una afilada navaja se posó sobre parte de su pómulo sano. Alastor permaneció arrodillado ante ella a una distancia muy corta, sus respiraciones chocaban y podían sentir el calor de sus pieles. Charlie no cruzó una mirada directa con ese hombre, le corrió el rostro con disgusto y rechazo. Sin embargo, el moreno sonrió altanero en respuesta.

Marcó una sonrisa grande, enérgica, soberanamente enferma. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que saboreó la sangre de una mujer. El recuerdo de la sensación de destrozar la carne suave de sus víctimas femeninas entre sus dientes provocó que se le hiciera agua a la boca. Deslizó velozmente la navaja por su mejilla y la cortó, Charlotte entrecerró sus ojos con algo de dolor y solo pudo temblar afectada ante su indefenso estado. No imaginaba que ese sujeto fuera esa clase de psicópata, pero al parecer era un sádico que disfrutaba de ejercer la tortura en mujeres como ella. Su respiración agitada y su euforia eran señales de que gozaba del sometimiento de víctimas acorraladas y sin escapatoria.

Apartados de la escena a algunos cuantos metros, Niss y Anthony estaban hablando desde hace varios minutos. El rostro del rubio estaba recubierto de vendas en sus zonas gravemente heridas, también logró que asistieran a Alastor. Pudo explicar la delicada situación ante su hermano y estaban decidiendo el destino de la rubia, la cual ahora conocían con el nombre de Charlotte. Ella era una sicaria que había trabajado para la familia De Simone por años y que encontró su verdadero lugar en la organización cuando Vagatha ascendió al cargo de jefa de su familia.

—Podemos usarla a conveniencia, obtener información.

Niss se volvió bastante analítico, era algo común. Asesinarla tan rápido no serviría de nada y debían sacarle provecho. Era una conexión directa hacia Vagatha y era una debilidad cercana, ellos sabían que esa rubia era importante para la despiadada mujer. Ambos hermanos se miraron entre sí, de alguna forma pensaban en lo mismo... Podían saciar su odio y rencor si acababan con su vida. Vengar la muerte de su hermana y rendir cuentas. Un ojo por ojo y diente por diente.

—Su gente asesinó a Molly.

Murmuró su hermano menor con el mismo dolor que cargaba su alma desde el momento que se fue. Niss le desvió la mirada con la misma clase de angustia y pesar. Aunque ellos dos eran opuestos y no se toleraban, compartían su estima por Molly y por su recuerdo. El mayor parecía tan duro y frío por fuera, pero no era así del todo. Él también quería vengar su muerte y hacer que los Pentious y los De Simone pagaran con sangre cada una de las terribles acciones que habían cometido contra su familia.

Alastor dejó que el brillo intenso de sus ojos rojos lo cegaran por unos momentos. Lamió con descaro la navaja que portaba la sangre caliente de Charlotte, se deleitó con el exquisito sabor metálico y sonrió como un total desquiciado ante la mujer que se limitaba a observarlo con una expresión estoica.

—Podría formar un banquete con tu carne.

Si tuviera que catalogar esa clase de anatomía tan delgada constituída de piel tersa y blanda, Alastor no dudaría en clasificarla como su tipo ideal. Esas hembras eran fáciles de desmembrar y sus huesos solían ser menos trabajosos de romper. Ese tipo de mujeres poseían anatomías tan frágiles, partirla a la mitad y separar a cada lado sus costillas y órganos le resultaba un juego o un experimento del cual podría disfrutar horas enteras. Era una joya de entretenimiento puro.