Born to Die [ RadioDust ]

Capítulo 14: Pasión

Abrió la puerta del baño sin tocar. No acostumbraba a golpear antes, así que entró de forma impulsiva. Habían pasado meses de convivencia juntos y hasta ese momento nunca fue problema el invadir su privacidad o ser descaradamente entrometido en sus cosas.

Algo había cambiado.

—Hice...

Anthony ingresó sin saber lo que su compañero hacía adentro. No pensó, no estaba pensando, fue un reflejo. Y cuando abrió la puerta en totalidad, apretó los labios y se quedó con sus ojos bien abiertos ante la escena frente a él. Si, se petrificó al encontrarse a Alastor con el torso desnudo y apenas con sus pantalones oscuros puestos. Estaba saliendo de la ducha, no era algo anormal.

Tantas veces había querido meterse en su habitación para encontrarse con una vista así, pero Alastor era cuidadoso y ni siquiera le permitía entrar a ninguno de sus espacios privados. Al principio de la convivencia, se había mostrado tan molesto y harto de Anthony que había desarrollado una meticulosa rutina para no ser fastidiado en ese departamento y para que no se entrometiera en su intimidad. Fue claro y el rubio había tenido que aprender a respetarlo a la fuerza, el mayor odiaba ser invadido y mantenía limpio y pulcro su hogar todo lo que le era posible, todo con tal de preservar su obsesiva rutina y su paz mental.

Las cosas habían cambiado de una manera que ninguno de los dos podía explicar.

Se miraron a los ojos por al menos seis segundos al enfrentarse. Fue absurdamente incómodo, fue raro y también fue tenso. La densidad del ambiente se podía cortar con un cuchillo.

Alastor desconfió casi de inmediato, tratando de reaccionar de una manera que era propia de si mismo. Anthony era el hombre que lo había estado acosando sin compasión desde el principio y no se esperaba ninguna otra forma de actuar ni mucho menos ninguna muestra de pudor. Retrocedió tratando de cubrir su pecho y torció una mueca de disgusto notable.

—No empieces con tus-

Para su sorpresa, el rubio le cerró la puerta en la cara con todas sus fuerzas. Y esa reacción fue... Inesperada. Lo descolocó, él no era la clase de persona que se sentiría cohibido ante algo así. Pero aunque no era de esa forma, tenía que admitir que lo estaba evitando mucho desde hace un tiempo. La forma en como había cerrado la puerta era propia de todos sus demás comportamientos recientes.

No entendía qué era, pero algo había estado muy cargado en el ambiente, el cambio era agobiante y sobre todo, notable. Alastor se quedó de pie, sin poder moverse, demasiado pensativo y perdido en esa cuestión. El rubio debería estar lanzando comentarios ácidos y fuera de lugar, tratando de tocarlo con esa sonrisa burlona y arrogante. No extrañaba eso ni mucho menos, sin embargo, le inquietaba el cambio. Se estaba comportando así desde hace casi un mes, particularmente desde que volvieron del hospital luego de la extracción de las balas de su torso.

Evitaba su mirada, se quedaba callado por mucho tiempo y la imagen que siempre se repetía en su mente era la de tenerlo allí, quieto y mirando el exterior del ventanal de la sala. Su silueta marcada por los rayos del sol... El brillo de su cabello rubio y desprolijo. Su rostro limpio sin maquillaje, sus pupilas enfocadas en la nada misma, la ternura de su piel blanca y sus labios cálidos.

En todas esas semanas casi no salieron, se estaban tratando de establecer estrategias dentro de la organización y los blancos más buscados eran los miembros de sangre de la familia Cacciatore. Hasta que su protección no estuviera establecida en cada rincón de la ciudad y no se terminara de crear el plan que iban a implementar, debían mantenerse refugiados el mayor tiempo posible y no merodear mucho por las calles.

Anthony apenas y le hablaba y era muy fácil de percibir porque se la pasaban encerrados más tiempo de lo habitual. Era tan irreal, hubiera dado todo porque así fuera desde el día uno. Pero Alastor estaba quizás más perturbado y tenso que su propio compañero por la falta de motivos. Le molestaba, era preocupante. Que evitara su mirada, que pareciera hasta tímido cuando estaba presente. No estaba siendo él mismo.