Sus dedos viajaron por la seda de las sábanas. Las luces bajas alumbraban su piel desnuda, la ternura de sus senos expuestos y el brillo de su cabello dorado. Su delgado cuerpo tembló cuando la mujer contraria abrió sus piernas y bajó su rostro hacia su pelvis.
Charlotte apretó sus labios y formó puños contra las sábanas, suspiró desbordada de placer, de lujuria. Y mantuvo sus ojos cerrados al momento que alzó sus caderas y Vagatha paseó la delicadeza de su lengua por su sexo expuesto, por cada lugar suave, tibio y mojado. Se hundió en su cuerpo, sumergió sus labios en su piel y lamió como una experta. Su pareja se retorció de placer y se arqueó, gimiendo agudo y cada vez más alto.
La morena separó sus labios un par de segundos, sus ojos viajaron a aquella expresión tan sensual y erótica. Porque Charlie era una mujer preciosa y la deseaba, la llevaba hasta el límite de su placer y amaba poseer ese control absoluto sobre su cuerpo. Vagatha le sonrió cruelmente, llevando su dedo índice a su pequeño clítoris y comenzando a masajear con mucho cuidado.
—¿Te gusta, dulzura?
Charlie sollozó de placer, se sacudió y su piel se empezó a perlar en sudor cuando la morena introdujo varios dedos en su ajustada y caliente abertura. Y la rubia gimió alto, levantó su pelvis y escuchó el sonido de sus fluidos emerger, los cuales se hicieron más sonoros y evidentes.
Vagatha se aprovechó de su debilidad, de su fragilidad y de lo propensa que era al placer que una mujer podía otorgarle. Separó sus dedos de su interior y subió hacia su cuerpo desnudo, regando pequeños besos húmedos en su pecho y llegando a su delgado cuello blanco. Suspiró contra su piel, Charlotte abrió sus ojos débilmente, aún temblando por las sensaciones.
—Eres mía. Solo mía.
Y la rubia se conmovió al escucharla... Porque la amaba. Y no necesitaba nada más que eso. Su dulce voz atravesó su alma. La abrazó y besó los labios de Vagatha, su amor era incontenible y su deseo incondicional. Ellas entrelazaron sus cuerpos desnudos, unieron sus pechos y la morena aprovechó esa cercanía para volver a bajar una mano y jugar con el sexo de Charlie, la cual solo pude gemir rendida ante esa clase de toqueteos descarados.
Vagatha contempló con grata satisfacción sus reacciones, la forma en como se estremecía y se mojaba cuando la tocaba. Sus expresiones delicadas eran propias de un ángel, su voz suave y femenina era provocativa y sensual. Sonrió perversa ante su dominación, enterró sus dedos en uno de sus senos suaves y blandos y la hizo gritar de lujuria ante ese brusco movimiento.
—Tranquila... Sé lo que te gusta. Conozco cada parte, Charlie. Haré que sientas lo que ningún hombre te hizo sentir antes.
La rubia percibió aquellas manos tan suaves deslizarse por sus pechos y sus muslos internos. Fue tan agobiante y caliente... Se perdió un sinfín de veces ante cada roce, lamida y beso húmedo. Vagatha hizo que cada orgasmo fuera más fuerte que el anterior, la locura de ese placer no parecía cesar, quería que fuera la única que pudiera hacer que sintiera eso para siempre.
Al pasar las horas, la morena tomó asiento sobre la punta de la cama y comenzó a vestirse a ritmo lento. Charlie dormía cubierta por algunas sábanas. Antes de terminar de vestirse, Vagatha le echó un vistazo.
Sonrió un poco porque la tenía solo para ella. Y podía apreciar toda su dulzura y cariño, ver más allá de su frialdad y de sus habilidades en su organización. La morena podía ver a través de todo eso. Y verla dormir con tanta pasividad, poder admirar su belleza... La hacía sentir especial. Era valiosa a pesar de que no se lo decía siempre. Su relación iba más allá de cualquier palabra.
Tocaron la puerta.
Esperaba esa interrupción y las noticias nuevas. Se puso de pie y recogió su larga cabellera oscura para acomodarla. Se miró por un par de segundos en el espejo de su habitación y acomodó aquel parche oscuro y agresivo sobre su ojo dañado. Entonces, se dirigió a la puerta y la abrió, uno de sus más fieles hombres estaba del otro lado para entregar la información precisa.
—La boda será en una semana.
La jefa de los De Simone le asintió con firmeza. Muy de a poco, estaban acabando con los hombres de la familia enemiga. Y su plan de romperlos se ejecutaba lenta y efectivamente. Su mirada seria se volvió despiadada, todo estaba fluyendo con la armonía que deseaba.
—Está bien. No den marcha atrás.
Su justo arreglo con la familia Pentious era mucho más fuerte y estricto que cualquier otro. Y la boda... La alianza, la supuesta alianza entre los Cacciatore y los Pentious, no era más que parte de su estrategia. Porque ella estaba diez pasos mucho más adelante que cualquier mierda que intentara hacer Heroin o sus hijos.
—Quiero a los Cacciatore muertos, quiero que sufran. Y quiero que me traigan sus cabezas. Exactamente como Don Cacciatore nos entregó la cabeza de mi padre.
Sentenció esa condena de muerte con toda la furia de su alma. Esa era la razón de su destellante odio. Principalmente hacia Heroin y sus redes que se extendían difundiendo veneno y malicia hacia cada rama de su organización.
Su empleado se retiró, ella cerró la puerta y cuando volteó, Charlie la observaba desde la cama, cubriendo su cuerpo desnudo con las sábanas y con una extraña tristeza inundar el brillo de sus ojos azules. Ella siempre probaba de ese veneno que la estaba ensuciando... Pero no significaba que quisiera que el alma de Vagatha se siguiera manchando con tanto odio y dolor.
Charlie amaba a esa mujer con todo lo que tenía y por eso mismo, deseaba que dejara de sufrir. Y temía que aunque cumpliera su cometido, eso no llegara a ser suficiente. Luego de que todo terminara, no estaba segura de que podría llegar a ser feliz. Lo único que la guiaba era la venganza. El vacío que sentiría luego de asesinar a los Cacciatore sería tan difícil de llenar... Tan imposible de soportar.
A esa altura de las cosas, Charlotte no se sentía capaz de poder llenar ese vacío. Su cuerpo y su amor no serían suficientes. Y eso dolía... Todo el tiempo.
—¿En dónde estábamos, querida?
La morena le sonrió con la misma perversión y lujuria que al principio. Y al llegar a su lado y tomar asiento sobre la cama, sujetó el mentón de aquella mujer y le levantó el rostro para que volvieran a mirarse a los ojos. Acarició su labio inferior con su pulgar, Charlie cerró sus ojos y se sintió indefensa como una muñeca vieja y rota. También sintió la resignación. No podía parar con eso ni con nada, solo dejarse llevar por el torbellino de amargos sentimientos que siempre desprendía Vagatha.
La jefa de los De Simone deslizó una mano por su cintura y depositó un beso sobre su quijada. Disfrutó de su aroma y de su piel, justo como siempre hacía.
—Quiero que pruebes el néctar de la venganza junto a mi, Charlotte. Eres mi princesa.
Bajó un poco para tomar sus labios, se besaron en una pura muestra de pasión, de excitación y deseo. El veneno fluyó por las venas de ambas y causó que el contacto íntimo fuera más doloroso que nunca.
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Born to Die [ RadioDust ]
FanficCaminando por las calles de la ciudad, ¿Esto es por error o decisión? Me siento tan solo, ¿Puedes hacerme sentir como en casa si te digo que eres mío? No me hagas sentir triste, no me hagas llorar. A veces el amor no es suficiente y el camino se tor...