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Richard salía de la farmacia con molestia en su alma. Algo le daba rabia, pero no sabía que era.
Tal vez era el hecho que entre las siete de la mañana y dos de la tarde, Eleanor y Samael podían verse.
él no entendía sus sentimientos, se desconocía totalmente.

Condujo con tranquilidad hasta la universidad, esperaría a Eleanor como habían acordado un día antes.
Cuando llegó al estacionamiento, salió del auto. Observó la vida universitaria. Prendió un cigarrillo. Miró la hora, no tardaría mucho para la aparición de Eleanor.
Cuando acabó el cigarrillo, prendió otro. Observó de nuevo.
- No se puede fumar aquí, señor Greene– La dulce voz de Eleanor hizo girarse–
- Es la universidad, claro que si– afirmó con una sonrisa–
- No es América– se lo quitó de los dedos, lo tiró al piso y lo aplastó–
- mi cigarrillo– Richard hizo un puchero— ahora tendrás que darme un beso frente a todos–
- si alguno de mis profesores me ve– negó– se lo dirán a Alex—
- No me importa– desprevenida la jaló del brazo hasta tener contactos son sus labios, Richard dio un paso atrás quedando apoyado en la puerta del auto– ahora todos sabrán que te tiras a un viejo– Eleanor se limpió la garganta, tomó postura–
- Aún no, aún no– se acomodó el cabello nerviosa–
- nadie me conoce aquí, no debe de importarte mucho–
- Rick, estás en la facultad de filosofía y letras ¿cómo esperas que no te conozcan?–
- Tengo lentes oscuros– los señaló con obviedad– Dah– Eleanor rió–
- vámonos, tonto–
- otro besito– se inclinó hacia adelante– ¿si?— Eleanor miró a todos lados. Lo miró mordiéndose el labio, Richard hizo subir y bajar sus cejas esperando el beso. Cuando lo besó, la apresó de nuevo. Eleonor soltó un pequeño gemido entre el beso–
- No hagas eso en la calle– Richard miró al cielo– Dame fuerzas, Dios–
- ¿y yo que hice?– Richard no dijo nada, caminó hasta la puerta del copiloto, la abrió–
- Te diré adentro–
- Eres extraño, Greene– subió, se acomodó esperando a Richard– ¿a dónde iremos?–
- Voy a secuestrarte– arrancó el auto– iremos a mi apartamento, comeremos ahí– Eleanor lo miró divertida– Y obviamente lo haremos–
- Que directo, pero ya te dije que no debe ser planeado–Richard le tomó la mano, la puso sobre su entre pierna–
- esto no era planeado–
- fue un beso, UNO– sonrió divertida– no me digas que fue ese diminuto gemido–
- No te burles. Es algo de hombres–
- tal vez no solo de hombres– apretó el bulto ocasionando un respingo y gruñido del mayor–
...................
- bienvenida–
- Wow– el sitio era moderno, minimalista. Tonalidades grises y negras. Era amplio, había un solo pasillo que llevaba a las habitaciones.
- puedes ponerte cómoda, pediré la comida–
- No tengo hambre–
- oh...entonces...–
- Vamos a tu habitación– acarició los bordes de  su chaqueta. A pesar de ser un hombre muy experimentado, tembló– ¿no quieres?–
- si yo...yo solo creí..–
- ¿estás nervioso?–
- No, claro que no– Su sonrisa arrogante volvió a su rostro–
- Entonces vamos a tu habitación– lo empujó contra la puerta, lo jaló de la chaqueta para besarlo. Richard estaba anonadado, pero recibió el beso con gusto.
Él se encargó de llevarla a la habitación. Eleanor le quitó la camisa dejándolo semi desnudo.
- yo voy arriba– susurró entre besos. Richard asintió. Fue aventado a la cama, la vía con lascivia. Eleanor arrojó su celular en la cama antes de subirse a él.
Eleanor besó su cuello y descendió hasta el cinturón. estremecía al hombre bajo de ella con cada beso húmedo que dejaba en su pecho y abdomen.
Se restregó contra su hombría.
- Rick– soltó en un gemido que retumbó en la cabeza del mencionado. Sintió un calofrió al tener la excitada respiración de Eleanor en su oreja– quiero que me digas todo lo que me vas a hacer– pasó su lengua sobre el cuello del hombre– relátame cada puto momento como lo harás con Samael–Richard se tensó– veamos que nombre grito más fuerte–
- Eleanor, yo puedo...–
- ¿explicarlo?– lo tomó de la quijada con fuerza – no necesito que me expliques nada. Sé como eres Richard Greene, eres un patán. Y eso no me importa mucho...me atraen hombres como tú–
- ¿nos escuchaste?– cuestionó–
- No– acarició su rostro– uno de mis guardaespaldas custodió discretamente a Samael hasta su auto. Ellos son los únicos que no son tus amigos, Rick, así que me dijeron todo lo que dijiste. Espero que no hayan omitido nada porque estarían en graves problemas– Le peinó los cabellos– No vuelvas a acercarte a él– lo besó– no le amenaces– le dió otro beso– no te burles de él. No le incomodes. No le insultes. No lo mires de mala forma y Rick, cariño– se acercó a su oído– no se te vaya a ocurrir ponerle una mano encima–
- ¿y si no qué? Tengo mayor poder que tú, Ell– Eleanor rió cínica–
- esa frase la escuché tantas veces. No quiero pelear contigo, Rick. En verdad me gustas, pero si no respetas a Samael– negó– esto no va a funcionar. Me pondré triste porque eres sincero conmigo, lo eres, me agrada, no lo arruinemos– Richard asintió–
- Si tan solo me dejaras...– el celular sonó interrumpiendo , Eleanor contestó–
- ¿sucede algo? – preguntó, era Samael. Richard trató de sentarse pero Eleanor se lo impidió poniendo una mano sobre su cuello, cayó de nuevo a la cama.No podía negar que estaba excitado por la rudeza que su joven amante portaba. Se quejó en silencio al sentir sus uñas incrustarse en su piel.
- Iré en un momento. No tardaré. Nos vemos ahí– colgó. Soltó a Richard– ¿me haces un favor?– se bajó de él y de la cama. Richard talló su cuello, ardía –
- a cómo estás de enojada, supongo que es una orden–
- Necesito ir al colegio de Oliver–
- Yo te llevo. ¿ qué pasa ?–
- Golpeó a un niño– explicó arreglando su ropa– creo que es grave–
- Son niños ¿qué tan grave puede ser?– abotonó su camisa en camino a la puerta, recogió su chaqueta del suelo y se la puso. Tomó sus llaves– vamos–
Estaba preocupada por su pequeño Niño. No sabía lo que le había pasado. Temía que estuviera herido.
- ¿vas a dejar que te explique lo que realmente pasó?– La miró por segundos para no peligrar–
- No, gracias. Los hombres son como perros. Solo falta que alguno me orine encima para marcar su propiedad. Pregúntale a Samael cómo le fue cuando intentó hacerlo–
- Creo que ya lo he probado, no hace falta. Y de todos modos no puedo hablarle, me lo has prohibido–
- Me alegra que hayas entendido el mensaje– Richard suspiró–
- Dos hombres maduros haciendo tu voluntad. Alex te ha enseñado muy bien. Cuánto te enojas tienes esa mirada fría, idéntica a la de él. Me excita tanto, has sacado mi lado sumiso niña linda, y ese vaya que no me lo conocía. Siempre fui quien azotaba, pero contigo...ja. Soy más fuerte que tú y me dejé como toda una perra– su voz era juguetona. Le gustaba.
Samael no elegía ser sumiso, él era así. Pero Richard tenía la opción de decir no, se había dejado dominar, tuvo una probada de lo que sería estar con Eleanor, le fascinó, quería más. Era su elección.
Esa elección era un medio de control, manipulación. Él sería totalmente sumiso para su bien, no de medio tiempo como lo era Samael. Richard no era estupido, todo estaba cuidadosamente calculado.

MY DADDYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora