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Llevaba en sus manos La Paz. No estaba seguro en levantar bandera blanca. Sin embargo, era lo correcto. Sus creencias le prohibían vivir con odio y rencor.
Entró al lugar sin permiso.
- No te pares– ordenó Alexander– no es necesario– observó el privado. Era oscuro, Samael lo observó abrir las cortinas que siempre se mantenían cerradas. Entre cerró los ojos al grotesco sol. Alexander miró por la ventana, asegurándose completamente de lo que iba a hacer, llevó sus manos a su espalda–
- ¿desde cuándo visitas a los catedráticos–tembló al ver papeles en las manos de su ex suegro–¿Vienes personalmente a entregar mi renuncia?–
- Tu voz altanera no te servirá de nada, Samael– Eleanor me dejó en claro que eres intocable. Sabes, desde que tiene cuatro años le cumplí cada capricho. Quería un poni, tuvo su maldito poni, me jodí las manos trabajando para ese estupido animal, pero hubieras visto su cara cuando lo vio– Alexander aún miraba los árboles– Elli tiene esa costumbre de pedir lo imposible, yo hice posible casa deseo. Mi meta era hacerla tan caprichosa para que ella misma se diera cuanta que hombre valía la pena, así quien pudiera complacerla como yo lo hice, sería el correcto. Contigo me creí en segundo lugar,me equivoqué tanto, siempre he estado enfrente– su voz era serena– tú y ningún otro idiota será lo suficiente digno. Ninguno va a llegarme ni a los talones, estoy completamente seguro. ¿alguna vez te habló de Lucas?– Samael asintió–
- era un excelente estudiante de nuestra facultad hasta que se metió con ella. Ahora mismo termina su último año en una universidad sin prestigio con promedio que ni en sueños le permitirá estudiar una maestría. ¿Sabes cuál era su sueño? Ser un exitoso catedrático como lo era Jhon pierce. No lo hice expulsar de otras escuelas porque Jhon tenía más poder que yo, eso sin dudarlo, pero ahora que está a tres metros bajo tierra, sus amigos ahora son los míos– se giró– tú ibas a ser tan fácil de destruir. Te aplastaría tanto que tu pobre bastardo quedaría en la calle, ibas a ser un simple maestro de secundaria...si bien Te iba. Esas editoriales y tus secretas galerías no iban a ser de ayuda– tomó aire y sonrió– para tu suerte, pondré el deseo de mi hija sobre el mío de destruirte– le entregó unos papeles, quedándose con un sobre, realmente se los tiró sobre el escritorio– La universidad acaba de abrir nuevos presupuesto. Lamentablemente el campo de la medicina y física lo absorbieron casi en su totalidad, pero alcanzó para el nuestro. Logré darte una cantidad bastante buena para tus investigaciones. Lo dividí en dos, Para la literatura italiana y para filología, ya sabrás tú cómo administrarlo– Apretó los labios–Si no me apresuraba Derecho lo consumiría– Samael revisó las hojas sorprendido, creía que era una broma–
- ¿por qué me ayudas?–
- Amo la filología como tú– llevó sus manos a sus bolsillos– Mis principios no me dejan odiar a nadie, si me iré al infierno que sea por amar a un hombre, no por tenerle desprecio a un desgraciado como tú...– miró a la ventana–y eres mi amigo–
- yo...yo no se que decir, estoy confundido– le dió el sobre–
- Es invitación a una conmemoración de Jhon. Eleanor no quiso que fuera en Italia, así que...bueno, la dirección está adentro–
- Gracias...yo...–
- Será católico, ya sabes, habrá misa. Será algo íntimo, solo llegarán algunos colegas...¿recuerdas la fiesta de navidad? Pues será idéntica. Lo normal era que esto se hiciera el día que murió, pero respecto a esas cosas Eleanor ella elige–
- Gracias, Alex...yo no se como agradecerte por todo esto–
- Da igual– giró los ojos– ahora que ya estamos haciendo las pases...–
- Alex, yo jamás estaba en lucha contigo, realmente me entristeció que dejarás de hablarme–
- Si si si, como digas. ¿ cómo está Oliver?–
- Ehm, bien, rebelde. Odia a todos y a a pesar de ser un niño, sus palabras hieren–
- Eleanor me habló de lo sucedido–
- Una de mis tantas estupideces– Samael suspiró– Oli tiene razón de odiarme–
- Está molesto y triste, no te odia. solo ha pasado una semana, regresará pronto a vernos. Solo fue un castigo–
- Ehm no, Eleanor dijo que Oliver era solo mi problema–
- Pues eres un idiota, leer tantos libros te ha quemado el cerebro. Ella no dejará de verlo y seguirán en las mismas condiciones, solo que ahora ella no se meterá en los asuntos de educación—
- ¿y tú cómo sabes eso?-
- porque me lo dijo– habló con obviedad–
- Ah...–
- A Eleanor no le gusta la violencia, Sami, debes de saber el porqué. Oliver cometió una grave falta a nuestros principios familiares,como un Davies debió saber controlar sus puños. Se lo haré saber cuándo lo vea– Samael sonrió, al menos su hijo aún era considerado uno de ellos– Yo he roto ese juramento, pero él está a tiempo–
- Gracias, Alex, otra vez. Le encantará saber que pronto volverá—
- Dile que le extrañamos.sin otra cosa que decir, me iré–
- espera un momento– Alexander paró, se giró–
- ¿qué?– Samael carraspeó–
-¿ de Nuevo somos amigos?–
- siempre lo fuimos–
- espera– se puso de pie– Si Eleanor te cuenta todo...¿que te ha dicho de Richard?– Alexander giró los ojos, soltó aire–
- ¿en serio?–
- Solo quiero saber–
- ¿para que quieres tortura?–
- ¿así de mal está? ¿Me reemplazó tan rápido?–
- No vayas a poner a llorar, por favor – lo miró mal– Solo se que no son novios. El tipo trata de manipular al manipulador, así que sigo de tu lado a pesar de ser un cerdo infiel. Le dejé muy en claro que de este si no quiero ninguna cría–
- espera un minuto, ella y él...– las palabras no salían de su boca–
- ¿lo siento?– Alexander no sabía que decir– Desapruebo totalmente lo que hizo, pero juré ya no entrometerme–
- ¿y cómo estás tan seguro? No creo que ella te cuente...– Alexander hizo una mueca. Samael estaba triste– ¿ en serio te cuenta también eso?–
- No con detalle, obviamente, eso sería totalmente inapropiado, pero me dijo que inició su actividad sexual con el anciano. Supongo que está desesperada en olvidarte. Me sorprendí mucho porque después de meses fue que lo hicieron, al ver a Richard tan vulgar, pensé que...ya sabes.
- Estoy perdido- se dejó caer en la silla– Mi existencia ya no tiene sentido. La persona que amo se ha dejado llevar por la pasión corrupta de un ser despreciable como Richard Greene–
- ¿cómo te lo digo?– Alexander fingió buscar palabras– ¡vas a tener un bebé!– explotó–
- Tú no lo entiendes–
- pues la verdad no. Ella terminó contigo y después fue Richard, tú fuiste al revés. Si Eleanor te hubiera sido infiel, te juro que la hubiera mandado a un convento, ni yo se lo hubiera perdonado–
- ahora si ya no tengo ni un poco de esperanza, si Richard...–
- basta, creo que no puedo oír más de tus quejas sobre la sexualidad de mi hija. Soy mente abierta a un punto– interrumpió– y las esperanzas que tienes– con un gesto le hizo saber que no tenía muchas– Bien, como sea, no te atormentes. Y regresas al equipo de polo, tenemos partido el fin de semana, se puntual– sin déjalo responder salió del privado.
cuando iba a mirar de camino reaccionó, Eleanor lo iba a matar si el idiota de Samael le revelaba aquel intimo secreto que ella le tuvo confianza de compartir.
Samael por otro lado, se soltó a llorar. Pensó que siempre sería el único.

MY DADDYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora