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Respiró todas las veces necesarias para calmarse. Cerró las dos puertas con seguro y se dispuso a recoger todo lo que había tirado. Acomodó los objetos en los lugares que él creía estaban. Maldijo al notar romper algunas estatuillas, recogió cada pedazo y los tiró al contenedor de basura.
Los libros abiertos en el suelo regresaron al escritorio, los papeles desordenados fueron apilados y devueltos a sus lugares. Metió algunas carpetas a los cajones para depurar el lugar. Uno de ellos no pudo abrir. Intentó varias veces hasta que se irritó, tenía tanto en ese momento que el apartado bajo llave era su última preocupación. Revisó una última vez todo el estudio, al asegurar que todo estaba en su respectivo lugar, o al menos acomodado. Se dispuso a salir como si nada hubiera pasado.
Después pensaría en cómo decirle a Eleanor que el hijo de la mujer con la que le fue infiel sería parte de sus vidas.
A paso lento se dirigió al comedor, pero ahí ya no había nadie. Preguntó con el servicio sobre el paradero de su familia, descubriendo que se encontraban cerca del lago. Caminó hasta el lugar relajándose.
Toda la familia habló y bromeó sobre cosas nada relevantes. Cambiaban de tema constantemente haciendo el ambiente ligero. Para las cinco de la tarde, los sacerdotes se marcharon. Henry no comentó nada y él tampoco.
Se tragaría todos sus sentimientos al respecto el tiempo necesario, o tal vez para siempre.
Después de una hora, todos se encontraban esperando la novia de Michael. Alexander era un gran empresario, y ser socio de los Ivanovic era el sueño que aún no se le hace realidad. Todos ahí, se alarmaron de la falta de presencia de un hombre alegre.
- Alex ¿dónde está Henry?– cuestionó Nicky—
- No sé–
- ¿discutieron? Porque si te soy sincero, siempre he creído que los padres gay no discuten– Sila metió a su boca una de las gomitas de su mano–
- Las parejas homosexuales discuten igual o peor que las heterosexuales, Sila– Alexander resopló– deberías de saberlo—
- No, Alex, dime qué no lo arruinaste.¿sabes lo tan populares que somos por ser hijos adoptados de una pareja gay? Nos seden lugares por creer que nos sentimos discriminados– Michael comentó–
- Uff, Ni que lo digas, es fantástico– asintió Eleanor—
- me alegro que mi orientación sexual sea beneficioso para ustedes–
- No te enojes, Alex, mejor dinos qué sucedió— Eleanor se enredó a su brazo apoyando su mejilla en él–
- una tontería. Aún no estoy acostumbrado a hacerlo parte mi, de nosotros, y eso le molestó...y terminamos con otra cosa...ya saben...cosas– suspiró– dudo que regrese después de todas las cosas que dije—
- No te preocupes, Alex. Piero y yo siempre estamos discutiendo por estupideces, lo arreglarán–
- ustedes son jóvenes, no es lo mismo– Carraspeó– hablando de Piero ¿qué está haciendo?–
- En Milán, regresa en un par de días–
- Sila, enamorado, deberíamos celebrar– Molestó Nicky–
- No estoy enamorado– golpeó en la cabeza a su hermano– Solo nos divertimos. Piero ya me dejó muchas veces en claro que no está seguro de esto, y lo respeto—
- muy enamorado– susurró Eleanor–
- ¿por qué estamos aquí? ¿Quién viene?— Richard tiró su cigarrillo y lo aplastó con su zapato—
- Mi novia, una perfecta y preciosa mujer que parece un ángel esculpida por...–
- si s, ya entendimos, Shara es bonita, punto– Nicky interrumpió a su hermano–
- Shara viene de una familia rusa muy prestigiosa, y Michael se hizo su novio de alguna manera– explicó Eleanor–
- Sigo sin entender—
- solo le damos apoyo moral a Mich y recibimos a una amiga–
- Creo que ya está aquí– Samael anunció al ver a lo lejos las luces del auto. Un par de mundial después, una camioneta peligrosamente negra, se estacionó frente a ellos. Shara no tardó en hacer presencia.
- ¡buenas noches a todos!—
- Linda– Michael rendido a sus pies se acercó a saludar.
Las sonrisas por ver a un miembro de la familia feliz, desaparecieron al notar la otra puerta abrirse, fruncieron sus ceños al solo poder ver los zapatos de la persona. Un joven algo disgustado por ser encomendado a cuidar a su hermanita, hizo presencia. Sus cabellos completamente negros, piel blanca,ojos tan oscuros como la noche, alto y de complexión delgada, deslumbró a todos–
- Buenas noches, Davies– Levantó su mano en forma de saludo, todos le respondieron de la misma manera. Todos observaron cómo del maletero bajaba un par de equipajes, al terminar lo cerró. Con ambas maletas en sus manos, caminó hasta ellos y las dejó–
- No necesitas quedarte–
- Lo sé, Shara, pero...– sonrió– De seguro Bambi me tendrá ocupado—
- si yo...si...ya sabes...– Eleanor balbuceó—Claro– Samael miró confundido a su esposa–
- excelente. Por cierto, creo que he sido muy descortés, mi nombre es Hedeon– con eso, entendió todo–
- ¿el exnovio de Ell?– Sila soltó una carcajada– esto será muy divertido–
- ¿ex? No no, Bambi y yo solo somos viejos amigos–
- Antes que esto se Vuelva más incómodo ¿qué tal si entramos? Vamos, rey, te llevaré a tu habitación—
- bien– todos entraron sin percatarse que Samael, Richard y Dorian se habían quedado atrás.
- ¿rey?¿le dijo rey?–
- si te soy sincero, hasta yo le comenzaré a decir así– Richard tomó aire–
- aquí viene una oleada de celos enfermizos— Dorian negó. Samael lo miró mal—
- pues te equivocas. Aunque deseo hacerle un numerito, no puedo– gruñó dejando a sus amigos afuera–
Para las 1o de la noche, Eleanor le había entregado una frazada y almohada a Samael.
- ¿en serio?–
- Te acompañaré a la puerta–
- Ell, hace frío, voy a enfermarme– le siguió el paso – Cariño, sabes lo tonto que soy con la tecnología, y lo tan perezoso para borrar cosas de mi celular. Yo te juro que olvidé la existencia de esas fotos. Se guardan automáticamente en mi galería–
- Te creo– Samael sonrió–
- Gracias, amor. Yo en verdad no quiero que de nuevo terminemos–
- No vamos a terminar, pero tú duermes en el patio– le abrió la puerta principal–
- al menos déjame en el sofá–
- Nah, en el patio. Si quieres puedes ir al establo de los perros–
- Si me enfermo, tendrás que cuidarme–
- No, cariño. Lo hará B. Te encantará tener una enfermera como ella– Samael resopló–
- jamás me ha gustado, lo sabes muy bien. Solo me gustas tú–
- Tengo sueño, ya vete–
- Ell, no es necesario que discutamos, mejor vayamos a nuestra habitación y te cumpliré lo que quieras ¿si?– susurró pícaro–
- Por dos razones no haremos nada. Una, estoy enojada contigo, dos, tengo mi periodo, así que no insistas– Al escuchar aquello Samael hizo una mueca de dolor y sus ojos se entristecieron–
- entonces...¿no estás embaraza?–
- No, te lo dije varias veces– Frunció su ceño confundida por su reacción– parece que no te alegra...creí que estabas enojado por pensar que tendría un bebé de otro hombre, me lo hiciste saber muchas veces–
- Lo estaba...yo hice mi tarea, investigué y del único hombre que podrías tener un hijo era de mi...así que...pensé qué tal vez después de reconciliarlos, tendríamos un bebé– se sinceró a un decepcionado, segundos después comprendió que él tenía la culpa por hacerse ilusiones–
- ¿y cómo llegaste a esa conclusión, Sam?– se enjarró–
- Bueno, Richard tiene la vasectomía y siempre usaste protección con él, es imposible. Así que lo pensé muy bien, y conmigo no siempre la usas...y el día del baile fue nuestra última vez...supuse que no tomaste la pastilla o no habían servido...perdón– soltó aire–
- Eres muy tierno cariño, pero te costará más amarrarme con un bebé– Bromeó, causando una leve sonrisa en su novio— Buenas noches ¿si?– lo hizo caminar de espaldas un par de pasos–
- No, Ell. Está ahora también es mi casa–
- ¿ a sí?¿quién lo dice?— se detuvieron–
- Un acta de matrimonio y las recapitulaciones matrimoniales que firmamos– Sonrió ampliamente al ver a Oliver pasar con su pijama completa, unas pantuflas de Lobo y en su mano un vaso de leche– ¡Oli! Ven hijo– El Niño resopló, se dirigió a sus padres con pesadez– y lo más importante, te di un hermoso y Perfecto hijo–
- ¿si?— Oliver los miró–
- Solo míralo, ¿no es tan lindo? Que te lo haya dado me da el derecho de dormir aquí– Eleanor giró sus ojos–
- un momento ¿se están divorciando? ¡No!–
- Claro que no mi Ángel, solo papi hizo algo malo y debe de dormir en el patio, es todo, solo serán un par de noches–
- ¿¡un par de noches!?– Protestó Samael–
- Oli, ya ve a dormir–
- No, si yo me voy, él se va conmigo–  le quitó el vaso de leche de las manos al niño para  entregárselo a Eleanor– Vamos, hijo–
- No seas tonto, vas a enfermarlo–
- iremos a un hotel– lo cargó– Nos vamos a divertir, servicio a la habitación, piscina–
- ¡Si!
- Bien, llévatelo, él se pierde la visita a Disney Land—
- ¿a si? Pues yo lo llevaré a Londres– Salió de la casa– ¿quieres, Oli?–
- Papi, si quiero, pero mami no se ve muy feliz–
- No la mires– Le jaló el rostro con su mano– 
- ¡Si ese niño se enferma, juro por Dios que te irá muy mal Samael Eliezer Ryman Salvandy!– se detuvo un segundo al escuchar aquello, pero no podía ceder. Se armó de valor–
- ¡NO LO HARÁ!– Exclamó aún caminando a su auto estacionado a unos cuantos metros– No vayas a enfermarte, por favor– Susurró preocupado al niño–
- La última vez que dijo mi nombre completo me puso contra la pared por tres horas...mejor detente, papi–
- tranquilo, no pasará nada– lo hizo entrar al auto–
- No vas a llevarte a mi bebé ¿oíste?–
- Pues lo haré a menos que me dejes dormir en casa– Eleanor gruñó. Samael y Oliver no convivían lo suficiente, así que era buena excusa para que estén solos y pasen tiempo de padre e hijo–
- Está bien, llévatelo. Yo estaré ocupada–
- ¿qué? ¡No!– Eleanor se despidió agitando su mano, por otro lado Samael estaba pasmado, atónito. Su plan era que Oliver fuera su boleto de entrada—
- Que se diviertan. Pero si veo un rasguño en él– negó– Te la verás conmigo–
- ¡BIEN! ¿Sabes algo? Nos vamos a divertir mucho, y cuando regresemos, me querrá más a mi. Es más, si nos divorciamos, él querrá irse conmigo–
- ¿no me digas? De no tenerlo ahí encerrado ya estaría aquí. Prácticamente lo secuestraste—
- Dije cuando volvamos– La miró con sus ojos entre cerrados– Ah, y déjame decirte otra cosa, después de recibir mi castigo, tú te la verás conmigo respecto a ese ruso pretencioso ¿oíste?—
- ¡Bien!—
- Genial. Adiós—
- ¡Adelante!—
Subió al auto molesto.
- ¿en serio me dejó contigo?–
- por su puesto que si. Tu padre es el que manda– arrancó el auto. Oliver no tuvo equilibrio cayendo entre los sillones–
- ¡papi!–
- Carajo, dime qué no te hiciste daño–
- Creo que no– susurró tallando su cabeza–
- bien, ponte el cinturón de seguridad y quédate quieto, no quiero que los guardias le digan a tu madre que sucedió algo–
- Bien— obedeció– ¿al menos me llevarás a Londres?–
- Si, claro. Mañana– Oliver frunció su ceño, conocía ese tono, su padre no lo llevaría–
- si no me llevas le diré a mamá que me golpee la cabeza con la ventana— miró sorprendió por un segundo a su hijo en el asiento de atrás– Y la vez que me persiguieron los patos. Y le encantará saber que me perdiste en el supermercado, y en el parque—
- ¿qué? Jamás te he perdido en el parque, Oliver–
- Y la vez que me dejaste en el auto solo. Tengo muchas más...y las que sucederán. Ya se, la noche que me dejaste en un bar–
- ¿¡qué!? ¡Jamás te he llevado a un bar!–
- ¿y a quién le va a creer?–
- ¡Oliver! ¡Soy tu padre!–
- pero ella me quiere más a mi, lo siento, papá–
- Impresionante. Mejor duérmete–
A medio camino, la leche que había ingerido le había hecho daño. Así que, a mitad de la oscuridad y con solo la lámpara de su celular,  supervisaba como su hijo se deshacía de la cena. Por un instante él también tuvo ganas de vomitar todo.
- ¡No hagas eso!– Oliver se limpió los labios con la pijama–
- perdón perdón— se tapó la boca y cerró sus ojos un momento– ¿te sientes mejor?–
- Eso creo–
Regresaron al camino. Eleanor desaprobaría totalmente que viajara hasta Londres a media noche con su hijo, pero ella no estaba ahí para regañarlo, así que el hotel en donde se hospedaron, fue en uno de Londres–
Con Oliver dormido en brazos como un pequeño chango, se registró en el hotel. Al llegar a la habitación, lo dejó en la cama con dificultad, pues el infante no quería soltar su cuello. Cuando lo logró, le quitó las pantuflas y lo cubrió con las sábanas. Cansado, él se quitó lo incómodo y se metió a la cama junto con El Niño.
Mañana sería un largo día.
.........
Como si de un solo pestañeo se tratase, el sol alumbró toda la habitación. De esperarse, Oliver fue el primero en despertar con toda la energía que su pequeño cuerpo podía tener. 
- ¡Papi! ¡Papi!¡Papi!¡Papi!– Brincó hincado despertando a su padre– ¡papaaaaaa!– lo movió muchas veces hasta recibir como respuesta un gruñido–
- Solo un minuto más, Oli. Deja a papi dormir un rato más–
- Papi,ya es tarde— se tiró encima de él dejándolo sin aire, de inmediato de su boca salió un quejido, sin contar el ardor de sus lastimadas en su espalda– Tengo hambre– con un solo ojo abierto miró la hora en su reloj–
- Oli, son las 7 am. Ni tú te levantas a esta hora– regresó a dormir–
- ¡pero estamos en Londres!– dijo animado. Al notar que de ninguna manera el mayor se despertaría, él decidió en sumergirse en su imaginación mirando al techo, en pocos minutos, de nuevo se durmió.
Siete horas más tarde, al fin despertó. lo primero que hicieron fue ir a comprar un nuevo celular, donde obviamente Oliver se aburrió por una larga hora.
Al salir de la tienda le compró un helado para entretenerlo mientras él le hacía saber a su esposa y amigos que nuevamente tenía móvil.

Hola, amor. Se que ahora estás enfada, pero para ser un niño bueno, te hago saber que compré un nuevo celular. El chico de la tienda me dejó el mismo número¿tú sabías que se puede hacer eso? Creí que después de destrozado el chip, ya no había vuelta atrás.
Te amo.
Pd. Acepto mi castigo, pero no debías hacerlo con Olí, sabes que nuestro hijo me detesta. Dudo que la pase bien conmigo.

Sam_

Varios minutos más tarde, hubo una contestación.

Estaba preocupada, gracias por avisar. Diviértanse en Londres.
Y Deja de pensar que no le agradas a nuestro hijo, recuerda que es idéntico a ti.

Pd. Richard está enojado porque no le avisaste de tu partida. Si tienen que decirme algo, es el momento.

Rió con lo último.

¿Como sabes que estamos en Londres? Y no, Oli no es igual a mi, de ser así, estaría muy preocupado, no espero que ninguno de nuestros hijos sea como yo.
Sam_

Lo sé porque eres un alcahuete. Y lo otro lo hablaremos después. Te dejo. Disfruten estas vacaciones sin mi. Ah, y no se te ocurra quitarte tu anillo.
Ell.

No me quitaré nada, espero y tú tampoco. Recuerda que tenemos una discusión pendiente. Te amos. Te mandamos besos.
Sam_

Ya no hubo contestación, así que el día en Londres se puso en marcha. Compraron ropa para ambos, visitaron varias tiendas y en ocasiones se paraban a ver a los artistas callejeros.
Cuando vio a Oliver reír con él y tomarlo de la mano por miedo a perderse, entendió que en verdad necesitaban más tiempo a solas. Ellos muy rara vez hacían cosas juntos, con trabajo y miedo a regresar a los tiempos que era llamado profesor, le enseñaba piano.
Si Eleanor no hubiera llegado a sus vidas, Oliver jamás le hubiera llamado papá, o dicho alguna palabra de cariño. Estaba muy arrepentido de no ser un padre lo suficiente amoroso para él. Su hijo ahora vivía con él, y debía ser lo que un niño a esa edad merece, un padre que no solo lo regañe, si no también su amigo y cómplice.
Siguieron caminando por las calles de la ciudad hasta las diez de la noche. Ambos al dormir hasta tarde no tenían sueño, pero ya era momento de regresar al hotel y estar seguros. Rentaron unas películas, compraron golosinas, y como él y Eleanor solían hacerlo en sus primeros meses de noviazgo, se sentaron en el suelo frente a la cama para ver el televisor.
- ¿ya pensaste que vas a querer para tu cumpleaños?–
- Si– ambos sonrieron–
- Bueno, dímelo–
- quiero una fiesta de dinosaurios. No tengo muchos amigos, pero...eso quiero–
- Bueno, dinosaurio, tendrás una– le revolvió sus cabellos. Oliver rió, su madre solía acariciarlos cuando hablaba con él, mientras, su padre los desacomodaba–
- papi– Hizo una mueca, de su cabeza no salía aquella discusión que había escuchado—
- Dime– Samael comió un par de palomitas–
- si tengo una hermano...¿dejarás de quererme?— su padre lo miró extrañado por la pregunta, tragó las palomitas para comenzar a hablar–
- Oli, te diré un secreto– se limpió la garganta– Tú, dinosaurio, eres la personita más importante en la vida de nosotros. Y nadie, ni siquiera otro hermano va a quitarte ese lugar. Tú no solo eres nuestro hijo, eres nuestro ángel, ¿a qué crees que va que tú madre te diga así? Tú eres la razón por la que mami y yo seguimos juntos. Vivimos por ti, Hijo. Si a ti te llegara a pasar alguna cosa, si tú llegaras a faltarnos, mami y yo morimos, no tendría sentido nuestras vidas sin ti– sonrió– pase lo que pase, yo voy a amarte tanto como amo a mami. Jamás y nunca voy a dejar de amarte–
- ¿lo juras?–
- Claro que si, hijo. No se a qué va tu pregunta, pero no vuelvas a pensar que voy a dejar de quererte. Eso jamás– suspiró– ven aquí– satisfecho con la respuesta, Oliver abrazó al mayor– perdóname por ser malo contigo, y tal vez ahora no lo entiendas, pero papi aveces no piensa muy bien las cosas– besó su mejilla– he trato de hacerte Perfecto, pero tú, dinosaurio, ya naciste así–
- Te amo, papi– Oliver lo besó y abrazó fuertemente. Él recibió más que alegre la acción, acarició su cabeza disfrutando el momento que en 5 años nunca habían tenido. Tomó aire para que sus lágrimas no salieran. Era lo que necesitaba saber para ser feliz, ahora tenía en cuenta que su hijo no lo detestaba como creía.
...................

Ya casi termina TODA la historia. Habrán más capítulos, muchos creo yo. Pero vamos a darle un respiro a la pareja antes que se metan a lo del Cáncer.
¿Cómo creen que Samael reaccione cuándo se entere?
La verdad tengo muchas ideas después de que toda la familia lo sepa.

Oh, y TAL VEZ, haga otro libro, de hecho, ya tengo algunos borradores. Pero no les cuento más.

Se les quiere. Mañana otro cap.

MY DADDYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora