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- O sea...¿y por qué yo no puedo ser el marido?– Alexander tallaba el puente de su nariz con los ojos cerrados. Richard resultó ser difícil– no comprendo. Y déjame decirte que ella me mandó al carajo ayer–
- Rick...–
- Richard– interrumpió–Solo Eleanor me llama así–
- claro, Richard– Alexander tomó aire por la nariz– No puedes ser el esposo porque tú eres famoso. Y el matrimonio es una farsa, cosa que no puede estar por todos los medios–
- Claro. así que seré el amante–
- No, tú eres su novio a menos que ella decida dejarte–
- ya comprendo. Cómo Samael es tu amigo, a él le aseguras su lugar y a mi me dejas como el simple amante– molestaba con chistes—
- Pero serás un amante oficial–
- ¿qué? ¿ Ahora seré Bolena?–
- Mira que impresionante, sabes historia–
- Sabes, Alex. No estoy de acuerdo. Me estás pidiendo que vaya por ahí como el amante de la heredera Davies. Creo que no lo pensaste bien, pero si el mundo sabe que Eleanor tiene dos amoríos, será llamada puta–
- quién llame de esa forma a mi hija, le cortaré la lengua. Así que no te preocupes por eso– Richard sonrió–
- No lo sé...–
- ya dime qué quieres, Richard– Lo interrumpió irritado–
- Nada, ¿que podría querer de ti? Te recuerdo que no eres el único millonario en este mundo. A Samael lo puedes controlar, pero creo que conmigo te equivocaste–
- Richard– se mofó– tú no sabes...–
- ¿con quién estoy hablando? ¿Metiendo?– rió– se que te has metido en donde no te llamaron. Encontraste solo lo que yo quise que encontraras– Alexander se cruzó de brazos–
- Que hijo de perra eres Greene–
- Gracias. Yo aceptaré ensuciarme las manos, solo si me das el 20% de lo que gane, y de todos los negocios que me mandes hacer–
- ¿es en serio? Todo lo que hagas será para Eleanor, no para mi. Es su industria– explicó molesto–
- A ella no,te lo estoy pidiendo a ti. De haberme puesto como el esposo, lo hubiera hecho gratis. Pero tomaste una mala decisión, Davies– se levantó– Piénsalo, amigo. Soy un excelente jugador de póker. Si hubieras sido un mejor investigador...no, espera– su sonrisa cínica apareció–si yo te hubiera dejado saber, supieras qué tengo una gran red de casinos. ¿Como se llama a ese donde van tus amigos ricos? ¿Me lo recuerdas?–
- Nigthfall...–
- si, ese excelente club– sonrió arrogante– Sería una tragedia que ya no los admitieran– Alexander lo miró–
- tú no eres el dueño–
- ¿no?– su sonrisa pícara dejó la duda en Alexander–   Elli no va casarse con Samael a menos que aceptes darme el pago. Ese es mi precio–
- Richard, son negocios millonarios, millones que van a la riqueza de Eleanor–
- Yo no voy a recibir ni una libra de Eleanor, será de ti. Así vas a aprender a no usar a tu hija como objeto de producción– Alexander negó, ellos eran los objetos de producción, compraría a Richard, lo vería como una inversión–
- Está bien, te daré lo que quieres–
- Ves, nosotros nos entendemos–
- Si Ell no te perdona es tu problema, ya estás dentro, Richard–
- Si no me perdona, mi lindo y adorable suegro va a intervenir. Bonito día, Alex– antes de salir se giró– por cierto, desearía que le quitaras a esos dos horribles perros guardianes–
- Imposible, Eleanor se hizo amigos de ellos, ya no son fieles a mi, si no a ella–
- Debe ser una broma— salió –De haber sabido que se le revelaría, a él lo pondría en el lugar de Samael.
....................

Eleanor terminó el martirio con sus abuelos y padre. Ahora se encontraba leyendo un libro cerca de la piscina.
Cuando uno de sus guardaespaldas trajo su pedido, se acomodó para ingerir la pastilla. La sacó del empaque sin prisa.
- Buenas tardes, señorita Davies– Intercambió la caja por un vaso de agua. El hombre llevó aquella caja de color rosa dentro de su saco con naturalidad, era un secreto que el novio de su jefa no podía saber.
- Richard–
- ¿qué tomas?–
- Que te importa– llevó la pastilla a su boca, enseguida tomó un gran trago de agua. Lo dejó a un lado de ella–
- Lo siento, no creí que te molestaras– Eleanor hizo una mueca. Le dio pena la actitud amable del hombre, sintiéndose mal por contestarle de esa manera–
- Aspirina, me duele la cabeza– mintió–
- ¿podemos hablar?–
- Estamos hablando, Rick– Richard miró a los dos hombres y después a ella–
–a solas–
- James, Merle ¿creen que deba hacerle caso al tipo que me gritó?–
- No,señorita–
- en lo absoluto–
Los dos hombres le dieron la razón.
-No debes ser cruel, lo que yo te dije no fue ni lo mínimo que tú, nos insultaste,a ambos–
- Discúlpame. ¿Feliz? Ya puedes irte–
- si piensas que me iré, estás equivocada, eres mi novia–
- Fuimos novios por dos semanas, supéralo, Greene–
- Vamos, Ell, no es necesario tanto drama– Eleanor lo ignoró, regresando a su libro– ¿ahora vas a ignorarme?–
- Rick, soy una niña malcriada, no me molestes o le dire a mi papi–
- Deberíamos poner horarios– La presencia de Samael molestó a Richard—
- Que Dios me salve– Susurró la joven tratando de ponerle toda su atención a las páginas del libro–
- Eleanor, no se si ya lo sabes, pero Oliver tiene la ceja abierta—
- lo sé. El doctor está en camino–
- ¿y ya? Deberías estar cuidándolo—
- Yo le curé la herida pedazo de estupido, y sequé sus lágrimas. ¿Tú dónde estabas?— cerró el libro con fuerza–Samael guardó silencio– ¿no lo sabes?–
- Por ahí...– Richard dio un paso hacia atrás–
- Entonces deja de molestarme–
- Eleanor, no puedes dejar a tu hijo tanto tiempo solo, ahora mismo deberías estar con él, no con este idiota–
- Oye– se quejó Richard–
- ¿en serio vienes a reclamarme?–
- Claro que si, de estar cuidándolo no tendría esa herida—
- Genial. James, dile al señor Ryman dónde estaba cuando sucedió el accidente–
- Señor, la señorita Davies...—
- No voy a escuchar a uno de tus perros...–
- ¡No lo interrumpas!– exclamó– James, prosigue–
- La señorita Davies se encontraba junto con el niño Oliver, señor. La lesión ocurrió por una travesura. El Niño deseaba un juguete de una repisa que no alcanzaba, este cayó sobre él–
- Me distraje un minuto, Samael. Mientras, tú disfrutabas del placer francés. Al parecer Beverly logró meterse entre tus piernas, o tú entre las de ella, da igual–
- ¡Que hijo de Perra!– Richard rió– ¿no es muy temprano para vino francés?–
- ¿De qué estás hablando?– Fingió no saber lo sucedido–
- James– Eleanor llamó–
- Señor Ryman, usted y la señorita Beverly estuvieron...–
- Yo...–
- Sam, te dije que no interrumpieras– Abrió su libro–
- Usted y la señorita estuvieron en una habitación a solas...Teniendo actos carnales. injustificables, por lo que sus reclamos hacia la señorita Davies son totalmente inadecuados e irrelevantes. De este modo, se le pide su retirada–
- Ell, yo puedo explicarlo–
- Ya oíste a James, retírate—
- No me acosté con ella...–
- Señor Ryman, se le pide de manera amable que se retire–
- No puedo creer que ahora me espíes¿qué te sucede? – negó. Antes que los dos hombres traen Eleanor se acercaran a él, se fue–
- ¿qué hay de mi? ¿Igual me haces seguir? Yo mismo puede decirte que hice durante todas estas horas–
- Richard, no voy a permitir que otro venga y me grite, te agradezco que termináramos. Quiero relajarme y descansar, vete por favor–

MY DADDYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora