Capitulo 81

2.8K 227 77
                                    

La mujer lo observó sonriente.
- ¿aún te rehusas a usar tus anteojos?– Samael sonrió, su corazón latía con fuerza–
- yo...yo no los necesito. ¿Qué haces aquí?–
- La universidad envío a algunos profesor a los seminarios de Cambridge– explicó– Quería verte así que...estabas a unas cuantas habitaciones. No sabía si aún estabas en el mismo lugar–
- En el mismo lugar– susurró– me alegra verte después de tantos años...¿seis años han pasado?–
-tal vez cinco. ¿Cómo estás?–
- Bien– asintió con una sonrisa– voy a casarme– sus ojos brillaron–
- ¡Eso es fantástico! Me alegro por ti, Sami– aquellas palabras soldados por el hombre que alguna vez la amó le habían roto el corazón—
- Gracias, ¿y qué hay de ti?– se sentó y le señaló una silla frente a él para que hiciera lo mismo, la chica obedeció–
- Sin compromisos, aún estoy tratando de crecer en mi carrera– suspiró– Es tan difícil–
- Ana, me hace feliz volver a verte, espero Francia te esté tratando bien–
- Lo hace, tu carta de recomendación hizo mi titulación más fácil...quería mandarte las gracias, pero después de...– apretó los labios, nerviosa soltó una risa– ya sabes...no quería molestarte–
- Un gran error, Ana– Samael negó. Ambos quedaron en silencio por un minuto– Estaba por irme...–
- Lo siento, no te quitaré más el tiempo– Ana se paró de inmediato–
- Realmente iba a proponerte ir a cenar–
- Eso es muy amable, Sami, pero no quiero causarte problemas en casa, deben estar esperándote–
- Tienes razón. ¿Qué tal mañana?–
- salgo del seminario a las cinco...—
- entonces a esa hora podemos irnos– comenzó a recoger sus cosas–
- ¿cómo está Oliver? Debe ser un niño muy lindo– Samael paró en seco sus movimientos por unos segundos–
- Lo es– carraspeó– ¿y cuánto tiempo estarás aquí?– se dirigió a la puerta para que ambos salieran–
- Aún no lo sé– Samael cerró tras salir– Creo que voy a estar una o dos semanas–
- Tendrás tiempo para visitar viejos amigos, disfruta tu estadía– le extendió la mano, ella la tomó extrañada– Nos vemos mañana–  sin otra cosa más que decir comenzó a caminar–
Sus piernas temblaban, estaba atónito, nunca pensó volver a verla. Lo recuerdos venían a su mente uno por uno, recuerdos que había puesto muy al fondo de su mente.  
No quería sentir nada pero eso era imposible, el corazón no olvidaba fácilmente, mucho menos si lo habían roto en miles de pedazos. 
Ahora, se encontraba arrepentido por haber invitado a su ex amante a una cena, pero sólo quería hablar con una amiga que no veía hace años.
.................
Los días pasaron, el estreno de la obra había llegado, Samael veía sentado en la cama a su prometida ponerse los pendientes.
- Te ves hermosa– comentó–
- Gracias– sonrió, al terminar se dirigió a él– Y tú te ves muy apuesto– le pasó las manos por los hombros– 
- ¿eso crees?– la tomó de la cintura—
- Como no tienes idea– lo besó– solo quiero que esto termine para tenerte conmigo–
- Eso me agrada– pronunció pícaro– la tomó de la cintura–
- Sam...¿puedo contarte un secreto?–
- Claro, yo se cerrar muy bien la boca–
- lo sé, pero resulta que uno de tus amigos está involucrado–
- Ahora vas a tener que decírmelo porque ahora con mucha más razón quiero saber– ambos rieron–
- María está embarazada–
- ¡¿qué?!–
- Shhhh– le tapó la boca, los ojos de Samael estaban muy abiertos– No puedes decirle nada a Tomas– lo dejó libre–
- ¿por qué no le puedo decir nada?–
- porque no quieren que lo sepan, aún no–
- pero tú lo sabes, y ahora yo lo sé, ¿por qué me lo dijiste? Eso es un gran secreto–
- Sam, tranquilo– rió– solo olvídalo–
- bien bien ¿y qué hará Maria?–
- Ehm, aún lo está pensando. No sabe cómo reaccionarán sus padres–
- ¿cómo sucedió?–
- Veras, los dos se enamoraron...– 
- Ell, no me refería a eso– rió–
- el condón se rompió...que salvajes—
- Si te soy sincero, creí que nosotros seríamos los primeros en tener un bebé–
- Yo también, pensé que ese error solo los cometían los inexpertos como yo–
- ¿le dijiste que seremos los padrinos?–
- claro que si– dijo obvio– Espero y decidan tenerlo, tiene mucho tiempo que no veo un bebé–
- bien podrías tener uno, pero no quieres–
- Que Dios me libre–
- ¡Eleanor!– reprendió–
- Es broma– giró sus ojos–  Ya hay que irnos– Se separó de él para tomar su celular–
- creo que el sastre no tomó bien las medidas del cuello– se dirigió al espejo, trató de estirar la tela–
- Quítatelo después de entrar– le acomodó el moño– Vamos—
..............
todos leían los diferentes periodos donde habían críticas sobre la obra.
-malditos– Sila arrojó el periodo doblado a la mesa–
- tranquilos, las cosas mejorarán, ya lo verán– Alexander consoló–
- Iré con Piero al centro comercial, después me suicidaré– Eleanor tomó su pequeño bolso– llego antes de las ocho– 
- Cuídate, preciosa–
- Lo haré–
Veinte minutos más tarde, Eleanor se encontró con Piero en la biblioteca de la universidad. Pasaron ahí un poco más de una hora buscando libros que Samael le había pedido.
- ¿cuántos no encontramos ?–
- cuatro– respondió leyendo el papel–
- tendré que buscarlos mañana en algunas de las bibliotecas de los colegios–
- si quieres te ayudo a buscarlo en la biblioteca del Mío, si encuentro alguno lo prestaré–
- Eso sería perfecto, gracias, Elli– besó su mejilla– Le dejaré estos libros y nos vamos–
Subieron vacilando hasta el privado de Samael. Piero al creer que su profesor no estaba por el horario, abrió la puerta sin tocar.
Un gran error.
Piero se vio obligado a empujar a Eleanor y cerrar de inmediato la puerta.
- carajo– Musitó Piero– tienes que irte, si sabe que viste eso va a matarme, vete por favor– suplicó. Eleanor asintió, su rostro estaba pálido. Salió de ahí con rapidez, se encerró en el auto de su amigo tratando de procesar lo que había visto. Cinco segundos bastaron para partirle el corazón. No podía llorar, si lo hacía Piero sospecharía algo. No podía saber que ver a una hermosa pelirroja boca abajo sobre el escritorio del profesor Ryman siendo follada por él le afectaba. 
Sus manos temblaban, sus corazón dolía, su cabeza daba vueltas, todo su cuerpo pedía gritar. 
No pasaron más de 20 minutos para que su amigo hiciera presencia. Ambos guardaron silencio. Piero encendió el auto.
- ¿pero qué carajos?– Eleanor fingió una sorpresa con diversión. Piero lloriqueó–
- Ya se, el profesor Ryman es más sociable de lo que parece. Tú no debiste ver eso, gracias a Dios él no te vio–
- ¿pero quién es Ella?–
- No lo sé, lo mismo que ha pasado ahorita me ha sucedido como tres veces más , es como si fuera el único lugar donde se ven–
- espera un momento...¿sabías que se acostaba con alguien y no me lo dijiste? –
- primero que nada ¿por qué te interesaría?–
- No me interesa, pero es una buena conversación, se llama chisme, dah–
- buen punto, pero la primera vez que los sorprendí el profesor me hizo jurar por todo lo sangrado existente que no se lo comentaría a NADIE– movió los brazos haciendo negación absoluta– Desde ese entonces me trata bien, nada de regaños, gritos, me ha quitado trabajo ,además, me deja salir antes, por eso he podido salir contigo. Realmente me incomoda la fingida amistad que comenzó a tener conmigo–
- pensé que eran amigos–
- lo somos, pero solo amigos...de un rato, es complicado. En verdad le preocupa que nadie sepa que se esté tirando a esa chica —
- Dios mío, acabo de ver a mi asesor teniendo sexo, no podré volver a mirarle de la misma manera– Eleanor rió– no podré borrar esa imagen en mucho tiempo, trauma– bromeó con la verdad–
- Ni me lo digas– Soltaron carcajadas– No le vayas a decir a nadie, Ell–
- lo juro– levantó su mano–
Durante toda la tarde fingió estar bien mientras su mente estaba en otro lado. Vaya dolor que tenía.

MY DADDYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora