The Clan // ShowHo

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A medida que caminaba, más caras se giraban a verle. Las calles inmersas en una densa penumbra le daban escalofríos. La gente se acobijaba bajo pequeños techos de edificios en ruinas luchando para conseguir un poco de calor del fuego. El bullicio era insoportable. La música, lo gritos, las risas, las voces, se escuchaba todo y a la vez nada. Eran solo dos calles, pero parecía algo eterno. De los edificios entraban y salían todo tipo de personas que buscaban lo mismo, algo de diversión. alzó la mirada a uno de los edificios más altos, forzándose a ver entre la oscuridad una silueta. Se paralizó al ver que esa silueta sostenía un arma y apuntaba a hacia las calles, a la gente descaradamente. Su temor creció cuando cayó en la cuenta de que no era solo uno, sino que en todos los edificios había más de ellos. Parecían examinar toda la zona desde el cielo, nadie estaba solo en ningún momento. Quiso sacar el cuchillo, no se sentía seguro en medio de esas calles pero... ¿De qué serviría? Solo conseguirían que lo maten.

- Muévete antes de que caigan encima.

La voz en su oído y un brazo alrededor de sus hombros terminó de alterarle. Sin pensarlo, golpeó a la persona que tenía al lado. El alivio y culpa le invadieron al darse cuenta de que había golpeado al muchacho que lo guíaba. Estaba tan inmerso en lo suyo que no le sintió llegar. Trató de ayudarle, pero antes de que pudiera decir palabra, un golpe en su cara le dejó en el suelo. Sintió que lo tiraban de la capucha, cortándole la respiración y levantándolo a la fuerza.

- ¿Qué mierda haces? - su voz se escuchaba baja, pero clara. - La próxima no voy a ser tan bueno.

- ¿Quiénes son ellos? - las palabras de HoSeok fueron apenas un susurro mientras trataba de seguirlo.

Miró a su alrededor, varias personas tenían los ojos sobre ellos. Un hombre salió de su grupo y sacó una faca de su bolsillo, mirándolo fijamente. Sin embargo, cuando se estaba acerando, con una movimiento de cabeza el chico le hizo alejarse. Obedeció a regañadientes, pero sus ojos seguían puestos en ellos, más específico en HoSeok. Ignorándolo, siguieron caminando a paso rápido.

- Hay muchas personas, cierra la boca y camina.

Bajó la cabeza y siguió caminando, el miedo del momento le dejó sin palabras. El chico parecía ser alguien respetado en el lugar, las personas le daban paso en cuanto le veían sin quejarse; y eso mismo pasó al llegar a la puerta de uno de los edificios. Era el más grande del lugar, y una gran cantidad de gente se peleaba por entrar, todos querían entrar al Código. Todas las paredes decoradas con dibujos infantil y sobre ellas, el nombre del lugar escrito con aerosol. La música que salía de allí era ensordecedora, y junto con el olor a basura, alcohol y pasta base terminaron por marearle. Como pudo, intentó no perderse entre la gente mientras el chico avanzaba hasta la entrada. Sentía los insultos a sus espaldas, pero su paso aparentaba ser firme. Al entrar, maldijo el momento en el que saltó las barreras. Personas inconscientes en el piso, la basura parecía comérselo todo, y a nadie le importaba. Volteó hacia las escaleras en el momento justo que dos hombres sacaban a un chico a rastras, con su rostro desfigurado por los golpes. Jamás sabría si estaba vivo o muerto, pero era mejor no meterse. Un apretón en su brazo le hizo reaccionar.

- Mueve el culo, nos vamos arriba.

Esquivando varios cuerpos, siguió al chico. La gente llamaba al muchacho, algunos para saludarlo y otros gritaban insultos que quedaban perdidos en la nada ya que ellos seguían con su camino. Con forme subían, todo se volvía más tranquilo. Los hombres que por allí rondaba caminaba con actitud amenazante, acompañado por al menos dos mujeres. Todas iban en ropa interior, pavoneándose para llamar la atención, aunque se notaba que eran jóvenes. "Muchas de ellas dejaron las muñecas para convertirse en una" pensó mientras negaba con la cabeza el ofrecimiento de una.

- Ya llegamos - paró frente a una puerta con la madera podrida. - bienvenido a la suite presidencial del Código.

Un par de colchones encimados en un piso cubierto de pprquería, con muebles viejos y los vidrios de la ventana tapados con diarios conformaban la lujosa habitación. Sus pasos resonaron entre las paredes. ¿Qué haría ahora? Estaba solo en medio de un infierno, no podía salirse pero tampoco avanzar. Si el chico se apiadaba de él y decidía ayudarlo, ¿Por cuánto tiempo duraría? La humedad en las paredes hacía que se cayeran a pedazos, al igual que el miedo estaba haciendo con él. "No confíes" se repetía en su cabeza. Cuando escuchó la puerta cerrarse supo que debía huir. Llevó su mano al cuchillo, pero antes de que pudiera tomarlo, el cañón del arma le golpeó la nunca.

- ¿Piensas que nací ayer? Como te muevas te vuelo la cabeza. Tira el cuchillo, ahora. - a penas las palabras salieron de su boca, el ruido del metal resonó contra el suelo. El chico guardó el arma a la vez que reía por lo bajo. - Eres igual a YoungSo.

Su sangre se congeló al oírlo - ¿Conocías a mi hermano?

- Como no hacerlo, lo conocía todo el mundo. - dejó escapar un suspiró. Con la cabeza gacha no parecía ser el mismo chico que imponía respeto en las calles. - Era muy especial, lástima que haya terminado acá. En cuanto vi el collar supe que eras su hermano, y no iba a dejar que te comieran allá afuera. - Por primera vez se miraron a los ojos. - Ahora me toca a mí preguntar. ¿Qué haces aquí?

- Venganza. YoungSo murió, a mi hermano lo mataron acá adentro y yo voy a matar a quien lo hizo.

- Va a ser difícil. Yo sé quién lo mató, y te digo desde ahora que no va a ser fácil llegar hasta él. - Buscó un sobre entre los colchones y se lo extendió. - Tómalo, es un regalo de bienvenida.

- No quiero nada - su voz era tajante.

- Todos dicen eso, pero siempre terminan cayendo. Acuérdate de lo que te digo, eres débil y vas a caer... igual que él lo hizo.

Esa gota fue la que colmó el vaso. Antes de que pudiera decir otra palabra, las manos de HoSeok se encontraban alrededor de su cuello y su espalda contra la pared. Iba a tolerar cualquier cosa, menos que se metan con su hermano.

- Yo que tú no sería tan violento con la única persona que tienes acá adentro. - poco a poco, lo fue soltando. El chico tosió un par de veces antes de volver a verle. - Si vas a quedarte, necesitarás un trabajo. No voy a cuidarte.

Cruzó la habitación hasta la ventana y sacó el papel dejando que el viento entrase. Se asomó buscando algo, y cuando lo encontró, volteó a verlo con una sonrisa señalándole el edificio que estaba en frente. Fantasía

- ¿Ves aquel lugar? Ahí trabaja un amigo mío, es seguro que te encuentran un lugar. - le abrazó por los hombros antes de dedicarle una sonrisa cómplice. - Puedes ir ahora mismo.

- ¿Cómo estás seguro de que me darán algo?

- Tú solo di que vas de mi parte y te darán lo que quieras. Vas a ver que I.M es un nombre que abre bastantes puertas... pero también cierra muchas otras.

***

Hermano de HoSeok:

Kim YoungSo (Hoppipolla)