The Clan // ShowHo

십구

Se apoyó el lavamanos, dejando que todo su peso cayese sobre sus brazos. Las piernas le temblaban, juraba que en cualquier momento el cansancio acabaría con él. Por un momento se perdió en el sonido del agua corriendo, en cómo se escurría por el desagüe y terminaba por perderse cayendo en los caños. Como si de algodón se tratase, juntó un poco con suma delicadeza y mojó su rostro. MinHyuk levantó la cabeza, quedando cara a cara con su reflejo. El agua logró quitar el poco maquillaje que aún quedaba, pero nada podía quitarle las oscuras ojeras que habían aparecido hacía años ya. Rio levemente al recordar, al sentir su cuerpo pesado y exhausto. Por más que pasara el tiempo, cada noche allí se sentía como la primera. El miedo, la incertidumbre, todo seguía allí cuando se paraba frente a un nuevo cliente, solo que aprendió esconderlo. Debía mostrarse confiado, seguro, todo aquello que deseaba ser.

Colocó la cabeza debajo del agua, empapando su cabello y dejando que el agua helada terminase por despertarlo. Lo peinó hacia atrás sin dejar de mirarse en el espejo, aún cuando su mente estaba anclada en otro parte. Esa noche hubo más gente que de costumbre, todos preguntando lo mismo "¿Dónde está WonHo?" Deseaba tener una respuesta, ya que él también tenía la duda carcomiéndole desde días atrás. Aún después de haber despertado con un fuerte golpe en la cabeza y las manos marcadas en su cuello, no pudo evitar sentirse culpable. Quizás lo había llevado muy lejos, lo había provocado y tenía que afrontar las consecuencias. Luego de eso, no supo sobre él. Ni por las calles ni de la boca de nadie, simplemente... desapareció. El jefe había salido aquella noche. ¿Lo habrá llevado con él? Suspiró apartándose del espejo y saliendo de una vez del diminuto baño.

El local estaba vacío, el sol había salido hacía varias horas. Empezó a limpiar, recogiendo las botellas vacías. Si se fue ¿Por qué no le avisó siquiera? Un atisbo de angustia apareció en su rostro al mirar hacia la calle con la vaga esperanza de verle, pero fue en vano. Resignado, bajó la persiana. Se acercó a la barra, limpiando la madera. Definitivamente algo había cambiado, él no era el mismo HoSeok que había llegado indefenso a su puerta pidiéndole un laburo, una guía. Era triste la comparación, tal vez había encontrado su rumbo en este lugar. MinHyuk solo quería protegerlo, pero resultaba cada vez más difícil. Unos golpes en la persiana le hicieron salir de sus pensamientos. Tenía que dejar de meterse en la vida de las personas.

- MinHyuk abre, sé que estás adentro. - la voz de JooHeon sonaba imponente aún detrás de la lata. Sintiéndose acorralado ante sus palabras, no tuvo más opción que obedecer.

Apenas se vieron, ambos se dedicaron una pequeña sonrisa. Apoyado contra la camioneta negra, JooHeon paseó sus ojos descaradamente por todo su cuerpo. Por un minuto, MinHyuk se sintió desnudo ante él, aún cuando llevaba un enorme abrigo encima. En ellos brillaba la lujuria, pero había algo más que no lograba descifrar, algo que lo ponía nervioso.

- ¿Qué necesitas JooHeon? - se recostó contra la vidriera - Es raro verte a esta hora.

- Tenemos algo para ti, algo que puede interesarte.

Sin decir más, solo se giró y volvió a entrar a la camioneta. Ahí fue cuando cayó en la cuenta de que JooHeon no estaba solo. Cuando HyungWon bajó, su cara denotaba que estaba incluso más nervioso que él mismo. ¿Qué estaba ocurriendo?. Abrieron las puertas de la parte trasera del vehículo, pero por más que intentó espiar sobre qué se trataba, el cuerpo de JooHeon se lo impidió.

- Será mejor que entres.

El cansancio le había quitado las ganas de discutir por lo que, arrastrando los pies, volvió a entrar al local. Se sentó en la barra, mirando sus pies que no llegaban a tocar el suelo. Se sentía como un niño regañado, con miedo del castigo si llegaba a desobedecer. Frunció el ceño a la vez que sus puños se cerraban al borde de su abrigo. A veces deseaba gritar, quitarse de encima a todas personas que no hacían más que ordenarle, mas siempre bajaba la cabeza. Prefería seguir las reglas antes de sufrir las consecuencias.