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- ¿Qué es esto?

Había pasado poco tiempo desde que Shownu se había ido prometiéndole que irían a liberarlo, y así fue. HyungWon apareció en el lugar con la cabeza gacha, evitando hablarle o siquiera mirarle a los ojos. Los mismos alambres que lo mantuvieron preso durante horas, fueron cortados en segundos. Sus piernas dolieron luego de tanto tiempo dobladas y las heridas en sus muñecas seguían sangrando, el metal había dejado una huella muy profunda en su piel. Levantó la cabeza para ver a su alrededor, pero toda su atención se centro en el paquete que HyungWon le arrojó con despecho.

- Tú solo entrégalo - su mandíbula apretada apenas dejaba salir las palabras. - A media noche, aquí de nuevo. El jefe quiere verte.

- ¿Para qué?

- ¿Y yo qué mierda voy a saber?

Su enojo le sorprendió, y más al recordar que tan solo un par de días antes gemía su nombre desesperado. Cauteloso, HoSeok se acercó a él, dejando el paquete en el suelo y acariciándole una de sus mejillas. Se sorprendió al ver que HyungWon no se apartó. Ambos se miraron, ninguno sabía lo que el otro pensaba.

- ¿Qué es lo que te pasa, Wonnie? ¿Por qué me tratas tan mal? - su voz era melosa, casi un ronroneo.

- Solo te trato como lo que eres, un zorra. La nueva puta del jefe.

- Puede que esa una puta... - lo besó con deseo sin apartar la mirada en ningún momento. - Pero yo ya tengo dueño.

Una sonrisa se hizo presente en el rostro de HyungWon. Notó que sus manos bajaron por su abdomen, acariciando varias de sus heridas. - Maldito hijo de puta.

- Sabes quién me acusó - No hizo falta preguntarlo, era obvio. Las palabras de HyungWon no fueron más que un susurro, pero eso bastó para escucharlo claramente. Él lo sabía, sabía quién lo quería muerto.

- Solo entrega el paquete, cumple con tus órdenes.

Sin decir más, se fue del lugar. Miró su cuerpo, los golpes, la sangre, todo era igual y tan diferente a la vez. Volvió a sentarse en el suelo mirando su pecho desnudo, ya no había nada. De repente, su corazón se quebró en medio de la soledad. Intentó tomar con su mano el lobo de su hermano, pero no lo encontró, su mano seguía vacía. Rasguñó su propia piel hasta que se tornó roja, y los rasguños comenzaron a sangrar. No pudo evitar que las lágrimas llenaran sus ojos al caer en la cuenta de que lo había perdido. Le robaron lo único que le quedaba y ya nada se lo devolvería. Sin molestarse en secar sus lágrimas, tomó el paquete. No era grande, solo una pequeña caja cubierta de un papel marrón con un pequeña nota. La sacó leyendo un nombre.

Yoo KiHyun

***

Abrió la puerta trasera del prostíbulo, todo estaba oscuro. Tratando de ser lo más silencioso posible, la cerró con seguro y caminó dentro del local. El silencio comenzaba a ponerle nervioso, todo parecía abandonado.

- MinHyuk... - llamó por lo bajo mientras se movía el oscuridad. Nadie contestó. - MinHyuk... ya volví. ¿Estás aquí?

Las luces se prendieron de repente, dejando ver al chico detrás de la barra. Se miraron por unos segundos antes de que MinHyuk corriera a sus brazos, igual que un niño aterrado. HoSeok sintió las lágrimas en su cuello y no dudó en abrazarlo más fuerte. El cuerpo entero de MinHyuk temblaba mientras pequeños sollozos llenaron el aire. Lo separó unos segundos de su cuerpo para mirarlo.

- Tranquilo - susurró secando sus lágrimas. - Ya pasó.

- Estaba tan asustado... - débil, su voz temblaba con cada palabra - pensé que ya no te vería.

The Clan // ShowHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora