The Clan // ShowHo

팔

La media noche inundó las calles cuando HoSeok subió por las escaleras de El Código. Pesados, sus pasos resonaban entre las paredes a medida que la música se perdía entre los pisos. Muchos voltearon a verle, y no pudo evitar sonreír. Le reconocían, no le molestaba en absoluto. Con cada escalón que subía, su confianza aumentaba, la máscara cargada de arrogancia se volvía más sólida cuando la noche caía. Sin embargo, los recuerdos seguían en su mente. Debajo de la desgastada camisa que MinHyuk le había dado apenas salieron del prostíbulo aún dolían los golpes, los cortes, su debilidad. Todavía estaba en lo más bajo, pero no tardaría en subir. Estaba aprendiendo a vestirse con el traje del hombre más poderoso del mundo, y mostrarse indefenso ante quien debía. Cada partida era más interesante que la anterior, se estaba volviendo adicto al juego.

Cuando subió el último escalón, toda aquella máscara que había construido se derrumbó en segundos. Un suspiro resignado completó su disfraz. Levantó la cabeza mientras caminaba hasta el centro del lugar arrastrando los pies. Tal y como lo recordaba, Shownu le esperaba apoyado en una de las ventanas, con los ojos en las calles.

- Pensé que no vendrías. - habló sin mirarle.

- Ahora sirvo para usted. Lo que usted me pida, yo lo haré.

La luz de la luna bastó para dejarle ver una pequeña sonrisa. Quieto en su lugar, observó cómo se acercaba lentamente hasta quedar a un par de centímetros. Quiso tocarlo, solo bastaba con inclinarse un poco y podría sentir su cuerpo, mas se resistió. No se movería hasta no recibir la orden. Shownu le examinó por unos segundo hasta mirarle a los ojos.

- ¿Entregaste el paquete? - HoSeok asintió con la cabeza, manteniéndola baja hasta sentir una delicada caricia en su mejilla. - Muy bien, buen chico.

De su rostro, las manos vagaron hasta su cuello, delineando el borroso camino que había dejado la sangre sobre su piel. Sobre la remera, bajaron hasta colarse debajo de ella y, para sorpresa de HoSeok, la levantó. En silencio obedeció y dejó su torso al aire. Sus manos siguieron delineando cada una de su heridas que parecían no querer cerrarse. Cada toque era hecho con delicadeza, como quien acaricia los pétalos de una rosa. Aún en silencio, Shownu se apartó dejándole con la intriga a flor de piel. Sin embargo, solo bastaron unos segundos para que se regresaron con una botella de alcohol y un paño. Casi con ternura, las ásperas manos curaron todas su heridas. HoSeok solo se dejó hacer, evitando su mirada.

- ¿Por qué tan sumiso de repente? - Aquellas palabras le obligaron a levantar la cabeza. Apretó el paño sobre el tajo en su garganta y no pudo evitar que el dolor se reflejase en su rostro.

- Usted ordéneme, yo obedeceré.

- ¿Cómo sé que puedo confiar en ti?

Tímido, HoSeok juntó sus labios en un inocente beso, demasiado casto para ambos pero suficiente para transmitir más que cualquier palabra. ¿Declaración de guerra? Desde el primer momento en el que lo vio ¿Tregua? Juró jamás darla, no hasta vengarse. Conseguiría su confianza de cualquier manera, aún cuando eso significara perder la dignidad. Se separaron suavemente, ninguno quería romper la delicada burbuja en la que estaban envueltos. Volvió a bajar la cabeza, no debía enfrentarlo. Shownu le extendió su mano, no dudó en tomarla y dejarse guiar entre la soledad. Estaba completamente a su merced. La calidez de su piel lo distrajo todo el trayecto, no fueron más que un par de escalones que terminaban en la azotea de El Código.

- Váyanse

Los hombres obedecieron. Solo uno de ellos se paró frente a Shownu, tendiéndole el arma y yéndose en silencio. Pudo ver una sonrisa en su rostro al notar la AK-47 entre sus dedos. Aún sujetándolo lo llevó hasta uno de los bordes, ordenándole con la mirada que se asomase. Le soltó, pero pronto una mano en su cintura robó su atención, al igual que el peso de la cabeza de Shownu sobre su hombro.

- ¿Ves a todas esas personas allí abajo? - HoSeok volvió su mirada a las calles repletas de personas. En medio de la multitud, una pelea se formaba. - Solo con un movimiento decido si merecen morir o seguir viviendo. Ellos dejaron su vida en mis manos justo en el momento en el que cruzaron la barrera.

Con movimientos suaves, puso el arma en las manos de HoSeok. El calor en cada roce le hacía desear más, la respiración sobre su cuello amenazaba con volverlo loco. Ubicó el arma debajo del hombro y a través de la mira apuntó a cada uno de los rostros que caminaban por el lugar. La pelea se había formado ya, dos hombres peleaban a muerte en medio de gritos que incitaban el odio.

- Un solo un movimiento preciso y todo termina.

Con el dedo sobre el gatillo, HoSeok buscó a uno de los hombres dentro de la pelea. Con la mira fija en su frente, sacó el seguro. La adrenalina le recorrió entero, una sonrisa volvió a iluminar su rostro. El corazón latió en su pecho descontrolado, un movimiento y se llevaría una vida. Podía sentir a Shownu a sus espaldas, estaba seguro que también sonreía. Sin embargo, antes de que pudiera disparar, uno de los hombres ya había ganado la pelea. Con un navajazo en la garganta le había robado su presa. La pelea había terminado.

- Si me sigues... - su rasposa voz le acarició el oído. - todo esto puede ser tuyo. Solo déjame guiarte...

Quitándose el arma de encima, giró sobre si para quedar frente a frente. La oscuridad en sus ojos comenzaba a iluminarse por el deseo. Con duda acarició sutilmente el rostro de su jefe sin apartar la mirada. El brazo al rededor de su cintura, los ojos clavados en los suyos, un mismo deseo.

- Te necesito. - Volvió a hablar, ambos sabían que esas palabras tenían un doble significado. - Mañana hay que cerrar un negocio. Solo yo, KiHyun y tú. Serás mi perro guardián, no dejarás que nos toquen. Debes protegerme, debes protegernos... ¿Debo confiar en ti?

Sin resistirse, HoSeok se abalanzó sobre sus labios. Lujurioso, lleno de deseo, no hicieron falta palabras. El brazo en su cintura le acercó aún más, fundiendo ambos cuerpos. Luchaban por lo mismo y ninguno estaba dispuesto a perder.

- Confía en mí.