십삼

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Respiró hondo al salir de la arruinada casa junto con Shownu, olvidando lo que acababa de pasar apenas unos minutos antes. La noche ya se alzaba cerrada en el cielo, y la brisa acarició su piel, sus manos entrelazadas. Caminaban tranquilamente bajo la atenta mirada de todo aquel que anduviera por allí. Aún vestía con los ajustados pantalones de cuero y esa camisa que poco dejaba a la imaginación. Su descanso había terminado, ahora debía volver a su realidad. Se quedó atrás, llamándole así la atención. No quería volver, mas nunca lo admitiría en voz alta. Solo se limitó a sostenerle la mirada con un leve puchero en sus labios. "Solo quiero venganza" se recordó a sí mismo al notar los nervios en su estómago ante la gentil caricia en su mejilla.

- Estás perdonado... - suave, su voz fue como una caricia al oído. Su cuerpo se relajó de repente, un peso menos sobre sus hombros - pero no puedo llevarte conmigo, hoy no. - bajó la cabeza, decepcionado. Un beso en la frente fue su único consuelo - Mañana, a la media noche.

Cuando volvió a subir la cabeza, su espalda alejándose fue lo único que pudo ver. Una tímida sonrisa asomó en sus labios mientras acariciaba el lugar donde el beso le había marcado la piel. Instantáneamente su ceño se frunció y la frialdad volvió a teñir sus facciones. La dura máscara ocultó aquello que se negaba a aceptar. "Un paso más cerca de la venganza" Él sabía que no era solo eso, pero se conformaba con tan solo pensarlo. Sentía su mano congelarse al apenas distinguirle entre la gente a la distancia, ya no había una calidez que la protegiera. Negó con la cabeza empezando a caminar de nuevo.

- Solo quiero venganza... - volvió a repetirse frente a las puertas del prostíbulo, forzándose a olvidarle. Notaba como los hombres se abalanzaban sobre los pobres chicos. Eran como animales que con sus garras dejaban más de una marca sobre el cuerpo de sus presas cada noche. Varios ya le miraban a través del vidrio. Abrió la puerta con resignación, la noche apenas empezaba.

***

Su espalda dolía, apenas podía moverse. Aún en el suelo, buscó sus prendas perdidas por el diminuto cuarto y comenzó a vestirse. El olor a marihuana mezclado con el alcohol le revolvió el estómago, agradecía que esa noche había sido bastante tranquila. Miró al hombre a su lado. Luego de terminar, el pobre cayó redondo, no sabía si estaba consiente, pero poco le importaba. Una vez vestido, buscó entre las ropas del hombre un fajo de billetes y se los guardó dentro del pantalón. Levantarse fue una tortura, un sufrimiento mudo. Tragándose sus lamentos, tomó el cuerpo del hombre y lo arrastró hasta la entrada, dejándolo tirado en medio del asfalto. Aún permanecía dormido cuando cerró la persiana. Suspiró con alivio, todo había terminado... al menos por unas cuantas horas.

Se sentó en una de las mesas, tomándose la cabeza con las manos. El vómito subió hasta su garganta, mas se obligó a tragarlo. El alcohol no había sido suficiente para hacerle olvidar, pero lo había distraído por un tiempo. Muchos sentimientos, tantas ideas, su cabeza dolía al intentar centrarse en tan solo una. Estaba inmerso en medio de un océano, completamente perdido. ¿Solo quería venganza? Esa pregunta rondaba por su mente en todo momento de la noche, ni siquiera cuando estuvo debajo de aquel hombre hediondo había logrado esfumarla. Debía odiarlo, debía odiar el lugar donde le habían arrebatado a su hermano, pero no podía. Aún cuando ponía todo su empeño, su cuerpo reaccionaba de forma distinta a su lado, su corazón latía cada vez más confundido. Su hermano dejaba de ser el centro de sus acciones, ¿No era por él que estaba metido en un enorme poso sin fondo? Ya no lo tenía tan seguro. Cada vez que lo recordaba, el dolor disminuía hasta desaparecer por completo. Quizás su hermano lo merecía, quizás él mismo había buscado la muerte.

- WonHo, justo ayer pensaba en darte algo que encontré entre la basu...

- Ahora no, MinHyuk. Hazme el favor de callarte y dejarme tranquilo. - Le interrumpió sin siquiera levantar la cabeza. No quería escucharlo, no ahora. No tenía nada que le interesase.

The Clan // ShowHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora