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- HyungWon...

HoSeok jadeó el nombre del hombre que lo estaba acorralando contra una de las paredes del prostíbulo bajo la luz del sol. Estaban en medio de la calle, pero era lo que menos importaba cuando lo único que deseaba era que sus cuerpo se pegaran aún más. Sentía unas manos recorriéndole entero mientras los besos en su cuello lo marcaban. Él solo se dejaba hacer, era lo único que podía hacer si quería una recompensa. Suspiros era lo único que salía de su boca sin poder controlarlos. MinHyuk tenía razón, podría acostumbrarse a esa vida.

Se había sorprendido al verlo entrar al prostíbulo aquella noche, recordaba su rostro a la perfección, al igual que sus fríos dedos clavándose en su nuca. Sin duda le había dado una bienvenida amigable. Quiso ignorarle bailando para otros hombres, pero al verle caminar directamente hacia él supo que no habría escapatoria. HyungWon lo había fichado, y esa noche iba a ser solo suyo. Cuando sintió su mano alrededor de su cintura, una pequeña sonrisa surcó los labios de Hoseok, quizá podría divertirse un poco. Un par de copas de un vino barato y ya lo tenía a sus pies. Sino podía escaparse, lo disfrutaría cuanto fuera posible.

- WonHo...

Escuchar sus voz ronca sobre su cuello le puso los pelos de punta. WonHo, así se había presentado al sentarse a horcajadas sobre sus piernas, tomándole el rostro entre sus manos. Sus ojos negros no dejaban ver mucho más allá del deseo y eso, lejos de asustarlo, prendió una llama que hasta entonces había estado apagada en su interior. Se dejó llevar por la curiosidad, quería ver hasta donde podría llegar antes de quemarse. Le provocó, moviéndose sobre él lentamente hasta que dejó de tener el control de la situación. HyungWon lo dominó en apenas unos segundo, eso le gustaba.

Los finos dedos empezaban a juguetear con el cierre de su pantalón cuando algo llamó la atención de ambos. Las luces azules de la policía brillaban del otro lado de la barrera. La pocas personas que andaban por las calles se escondieron al ver a los oficiales armados, y ellos no fueron la excepción. Con rudeza, HyungWon lo jaló del brazo hasta esconderse en un pequeño callejón al lado del prostíbulo. Los gritos de los oficiales empezaron a sonar en medio del silencio, al igual que sus respiraciones agitadas. HoSeok lo tomó por la nuca, forzándolo a juntar ambas frentes, y cerró los ojos en un intento de tranquilizarse.

- Disculpen señoritas - otra voz apareció detrás suyo, sobresaltándolos. La voz del hombre era dura al igual que su expresión, sus ojos rasgados parecían analizar cada detalle de su cara. Luego de unos segundo, una sonrisa decorada por dos profundos hoyuelos se hizo presente, y dándole una última mirada, se giró hacia HyungWon. - Cayó la yuta, el jefe nos quiere en la entrada.

Sin darle tiempo de contestar, tomó a HyungWon del brazo y lo arrastró consigo, dejándole solo en el pequeño callejón. A los gritos de los oficiales se le sumaron otros, el jefe estaba dando la cara por el Clan. Quería ver qué ocurría, pero al sentir el primer disparo su cuerpo retrocedió lentamente hasta que comenzó a correr hasta la entrada trasera del prostíbulo. La mano le temblaba al tomar el picaporte, y solo se permitió relajarse cuando el candado estuvo cerrado. Su respiración seguía agitada mientras intentaba acomodar sus pensamientos. Si quería quedarse allí, debía acostumbrarse. Sus pasos seguía siendo inestables aún después de unos minutos, pero tuvo que tragarse su angustia al ver a MinHyuk mirando hacia afuera a través de la persiana.

- ¿Qué tanto miras? - al escuchar una voz más gruesa que de costumbre, MinHyuk pegó un pequeño salto en el lugar. Cuando escuchó la risa de HoSeok, no dudó en darle una cacheteada, haciendo que las risas se apagaran al instante.

- No es broma esto, parece que otra vez un botón llamó a la policía.

- ¿Botón? - HoSeok lo miró confundido mientras intentaba ver las calles por la persiana. Las luces seguían, al igual que los gritos.

The Clan // ShowHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora