Punto de vista de Link
Una parte de mi frente se estaba hinchando, como resultado del"accidente" con la princesa en los pasillos del castillo. Sentía que enrojecía de nuevo con solo recordarlo. Ella se había comportado de manera extraña conmigo, como si yo hubiese hecho algo que le hubiera molestado. Quizá sí le hice algo y no me había dado cuenta.
Pensaba que era más amable: las pocas veces que la había podido ver siempre sonreía y era cálida con la gente, pero conmigo se mostró fría, y ni siquiera nos conocíamos.
Me obligué a dejar de pensar en la princesa; tenía que concentrarme en terminar de guardar todas mis cosas en la bolsa de viaje. Aún era temprano, si me daba prisa podría llegar a la aldea Hatelia al atardecer.
Mi padre se había vuelto a vivir allí un año antes de que yo obtuviese la Espada Maestra y me nombrasen caballero. Cuando él era capitán y tuvo que asentarse obligatoriamente en el castillo de Hyrule, yo estaba en la aldea Hatelia, cuidando de mi hermana pequeña Arwyn, que solo tenía diez años. Pero al empezar mis entrenamientos, mi padre decidió dejar su puesto temporalmente hasta que Arwyn fuera mayor y pudiera cuidar sola de sí misma.
La princesa iba a salir de viaje por todo Hyrule en busca de cuatro elegidos capaces de pilotar las Bestias Divinas, y mientras tanto a mí me habían dejado los días libres hasta que ella volviese y me mandara llamar. Yo estaba feliz, porque intentaba visitar a Arwyn y a mi padre siempre que podía.
Llevaba cuidando de mi hermana prácticamente desde que nació, un año antes de que nuestra madre muriese a causa de una enfermedad que se propagó por toda la región. Arwyn apenas recordaba algo de ella, pero yo sí. Recordaba sus ojos azules, como los míos, y las leyendas que me contaba todas las noches antes de ir a dormir sobre como el héroe y la princesa de eras pasadas sellaban al Mal. También recordaba su pasión por las flores, algo que Arwyn había heredado de ella.
Un año después de la muerte de nuestra madre, mi padre me dejó a mí a cargo de todo y se fue al castillo. Yo acababa de cumplir diez años y Arwyn tenía dos. Siempre había pensado que se fue para no pensar en mamá. Mi padre siempre se había culpado por pasar tan poco tiempo con Arwyn y por haberme dejado a mí a cargo de ella, de la casa y del resto de cosas. Pero yo ya se lo había perdonado tiempo atrás, cuando vino a hablar conmigo el día que decidió volver a la aldea Hatelia.
No le culpaba. Si hubiese sido yo quien perdió a su esposa, hubiera hecho lo mismo. Al principio, cuidar de todo fue difícil, pero, por suerte, nuestros vecinos nos ayudaban a limpiar, a cocinar y estaban pendientes de nuestro bienestar. Y nuestro padre venía a visitarnos casi todas las semanas. Yo trataba de hacerlo lo mejor que podía, y hacía enormes esfuerzos por no llorar cuando Arwyn me preguntaba que "dónde estaba mamá". Ella solo tenía un año cuando nuestra madre murió, y yo tenía ocho.
Al terminar de hacer la bolsa, me di cuenta de que aún llevaba el pelo suelto. Siempre lo solía llevar recogido en una coleta. Me llegaba casi por los hombros, pero a mí me gustaba así. De pequeño me crecía rápido, y cuando intentaban cortármelo, volvía a crecer aún más salvaje que antes.
Una vez estuve preparado, salí de la habitación. Era pequeña, con una cama, una mesa y una silla. Como yo era "el elegido", tenía el "privilegio" de poseer unos aposentos con baño propio. También habían varios libros en una estantería, pero a mí, al contrario que a mi hermana, nunca me había apasionado la lectura, así que prácticamente no los había tocado.
Me aseguré de que había metido los libros para Arwyn en la bolsa antes de subir a mi caballo. Siempre que iba de visita, cogía algunos libros de la enorme biblioteca del castillo y se los llevaba a la aldea Hatelia. Con el tiempo había aprendido cuáles eran sus favoritos y cuáles no le gustaban, y siempre procuraba no equivocarme al elegirlos.
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Hace 100 años
FanfictionEl reino de Hyrule se prepara para la llegada de Ganon, el Cataclismo. El rey nombra al elegido por la Espada Destructora del Mal escolta personal de la princesa del reino, la cual no está especialmente feliz por este nombramiento. Pero poco a poco...