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Capítulo veintisiete

Advertencia. Este capitulo contendrá escenas +18. Si eres de esas personas a las que no le gusta leer esto, no lo leas xd.

Gabriela.

Lo veo y no me creó. Después de días y horas. Los seis que estábamos, no podíamos dejar de ver el gran lugar. 

—¿A cuánto estamos de casa? —preguntó Bean.

—Cubrimos mucho terreno... —respondió Grizz—. Pero en circulo. Diría que solo estamos a una hora en línea recta desde aquí... —observo el lugar—. Si la tierra es buena... si encontramos un estanque cerca donde haya peces, tal vez podamos sobrevivir en este lugar...

—¿Que es eso? —preguntó un chico de pelo rizado—. ¿Son pavos?.

—Creo que se llama comida —respondió Gwen.

—Si, es comida —sonreí, corrí hacía esos pavos, deje mi mochila en el suelo para poder correr mejor. A los segundos escuchó como los demás también empezaron a correr detrás de mi.

Bean, Gwen y los demás gritaron de felicidad.  

Todos estábamos felices. Corríamos, gritabamos y brincamos de la emoción. Sonreí, miré a los chicos, correteaban a los pavos, miré sus caras una gran y linda sonrisa se les formó en sus labios. Miré a mi alrededor, el lugar es lindo, demasiado. Sentía una gran alegría, ¿cuando fue la última vez que me sentí así?, creo que fue la primera vez que pude andar sola en bicicleta o pude hacerme mi desayuno por mi misma. No, nada eso, siento esa alegría cuando estoy junto a Grizz.

Lo miré uno de los pavos lo correteaba, los chicos junto a mi nos reímos. Desde lo que paso hace unos días no hemos hablado como se debe. Y los chicos se habían dado cuenta de nuestro distanciamiento. 

Gabriela eres una grandísima idiota, tu y tu estupida actitud de mierda.

—Gabriela, no te quedes ahí parada —Bean me saco de mis pensamiento—. Ven a celebrar con nosotros —me sonrió.

—Si.

Corrí junto a ella, ambas reímos.

Sentí la mirada de Grizz. Lo volteé a ver, nos separaba unos cuantos metros. Al verlo, recordé las veces que fui un asco con él, las veces que él quiso arreglar las cosas. Nadie había aguantado mi actitud, todos se alejaban, pero Grizz, me acepto tal como soy y yo que en ocasiones soy una mierda. Lo extraño, realmente lo necesito.

—Lo siento... —susurré, mis lagrimas se hicieron presentes. Tape mis ojos con ambas manos, no podía contener las lágrimas.

Sentí unos brazos cálidos y grandes. Grizz me estaba abrazando, más lagrimas salieron.

—Lo siento... —volví a decir, Grizz me miraba confuso pero a los segundos, esa sonrisa, esa sonrisa que me producía tranquilidad se hizo presente. Con su pulgar limpio mis lagrimas.

—Todo está bien —me dijo, lo abrace, hundí mi cara en su pecho mientras más lagrimas salían. Grizz tomo mi mentón, junte nuestros labios, me apego a él, lo abrace por el cuello hundiendo mis dedos en su cabello.

Al terminar de besarnos, junte nuestras frentes, mi respiración se agitó.

—Te extrañe... —dijimos por igual.

Ambos nos reímos. Unos gritos nos sacó de nuestro momento de ''pasión''. Un pavo correteaba a Bean mientras ella gritaba asustada. La escena fue muy graciosa hasta para ella. Grizz me tomo de mis caderas y me alzo por los aires para así dar vueltas.

Me reí, por un momento sentia que podia volar, si es algo estupido, pero eso es lo que sentía.

[...]