Capítulo 5.

98 17 33
                                    

Brian llegó a su modesta casa de un piso con cerca de madera color blanca. Olivia iba dormida en los brazos de su padre, Ruth, su abuela, los estaba esperando ansiosa en la puerta, ayudando a su hijo a meter a la pequeña niña.

—¿Cómo les fue? —Inquirió la señora mientras arropaba a la nena.

Brian llevó una mano a su sien mirando a su madre. —De maravilla, mamá. —Le sonrió en complicidad.

Ruth asintió dándole palmadas en el hombro a su hijo.

°°°

A la mañana siguiente Dara despertó muy animada.

Fue una velada maravillosa con Brian y Olivia. Preparó desayuno para llevar y lo acomodó meticulosamente en un tupper.

Aún no daba la hora para que se duchara por lo que decidió limpiar su departamento rincón por rincón. No había tenido tanto ánimo de hacer nada hasta que conoció a Olivia...

"Boba mentirosa, admite que te entusiasmó haber salido con Brian y saber por fin su nombre" Una repentina voz sonó en su cabeza, negó y continuó con lo que estaba.

El timbre sonó, y ella con una cuchara con mantequilla de maní en su boca abrió la puerta, pensando que serían Freddie, Mary o Claire.

—Roger —Se sobresaltó y arregló su melena rizada como pudo. Bajaba hasta cubrir parte de sus piernas la camiseta de su pijama, pero era inútil.

—Lindas piernas. —Dijo Roger relamiendo sus labios.— ¿Puedo pasar?

—Adelante, disculpa la facha, pero estoy ordenando. —Abrió paso al rubio y éste entró inspeccionando el lugar.

—¿Por qué ordenas? —Se acercó a ella.— De todas maneras vamos a desordenar cada rincón del lugar.

Dicho eso quitó lentamente la cuchara de su mano y entrelazó sus manos en las de ella, la besó y de repente algo inundó por completo su ser, ella le siguió el juego mientras él metía sus manos en su camiseta, la cargó y la sentó en la barra de la cocina, Roger se quitó la camiseta y continuó besando cada rincón del cuerpo de ella.

—Tengo que ducharme —Le dijo la joven entre besos.

—Bien, te acompaño —El hombre siguió besándola hasta que llegaron a la regadera, mientras caía el agua la metió y continuaron con la caliente sesión de besos.

Dara aseguraba que la mejor manera de iniciar su día era haciendo el amor con el hombre que más amaba.

—¿Roggie?... —La joven acariciaba el pecho sudado del rubio.

—Dime, preciosa. —Roger contestó mientras con su mano alzaba su rostro.

—¿Qué somos? —Le preguntó mientras acariciaba los vellos de su pecho y aspiraba el olor de su cuello.

—¿Que qué somos? —Dara asintió mordiendo su labio.— Vaya, ni yo mismo lo sé.

El semblante de la joven se volvió duro y lo miró a los ojos incorporándose poco a poco.— ¿Cómo que no sabes?

—Volveré a Dublin en unos días, no creo que podamos llegar a ser algo en concreto, disfruto mucho estar contigo, y tú también lo haces, pero el amor a distancia no funciona para mí y lo sabes.

Dara negó con lágrimas en los ojos. —Wow... —Se levantó de la cama y se puso lo primero que encontró.— ¿Qué quieres de mí, Roger?

You Found Me.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora