Freddie estaba preparando todo para la última sesión de regresiones. Dara se sentía sumamente inquieta ya que Brian estaba presenciando todo también, y él le había encomendado una tarea que le resultaría difícil averiguar, y no por el simple hecho de que no pudiera darse cuenta sino porque, sería traumático para ella ver a Amelie morir.
El hombre tomaba la mano femenina, la de él se sentía fría y tenía un poco de sudor, y ella estaba más nerviosa que la primera vez.
—Ya sabes qué hacer cielo. —Le dijo Freddie a la vez que ella cerraba los ojos.
Dara sintió los delicados labios de Brian presionar los suyos.
—Buen viaje, amor mío. Vuelve a salvo. —Le dijo mientras ella asentía.
Volvió a cerrar los ojos contando del quince al cero. No sabía por qué le estaba tomando tanto tiempo el despertar.
Pero lo hizo.
Unos fuertes dolores en la parte baja de su espalda la despertaron, estaba en el cuerpo de Amelie, y al parecer estaba en trabajo de parto.
—¿Estás lista, querida? —Le inquirió la que al parecer era la matrona.
—¿Lista para qué? —Le contestó en pregunta.
Separó sus piernas tocando su entrada con dos dedos. —Tu bebé ya coronó, está a punto de nacer.
Su mente comenzó a llenarse de incertidumbre y miedo. Asintió, tal vez ella, Dara, no iba a traer al mundo a Olivia pero sí Amelie, y si ella estaba viviendo todo en la perspectiva de Smith, pondría todas las fuerzas de su alma para que fuera un nacimiento rápido.
Pujó hasta que sus fuerzas le permitieron y una sensación de alivio se apoderó del cuerpo de ella, un alivio sumamente indescriptible.
Geillis, la matrona, limpió a la hermosa bebé de cabellos rizados, idéntica a Amelie con rasgos de Jeremy.
—Aquí está tu hermosa bebé, cielo. —Le dio a la bebé y la puso directamente en su pecho.
Lágrimas invadieron sus ojos, no era su hija pero su alma fungía como su madre. Christopher entró ansioso a conocer a quien creía era su primogénito.
—¿No es un varón? —Inquirió colérico.
—No, pero es una preciosa niña. —Dijo Susan quién le quitó a Amelie a la bebé de los brazos entregándosela a él.
Christopher la miraba con el ceño fruncido, aparentemente buscando algo en ella.
—¡Lárguense! —Ordenó.— ¿No escucharon, criadas? ¡LARGUENSE YA!
Lucy y Susan asintieron saliendo de inmediato junto con Geillis.
Christopher, cuán león enjaulado, caminaba de un lado a otro con la bebé en brazos. Acercándose a Amelie propinandole una fuerte bofetada.
—¡Esa niña no es mía! —Sin importarle que se trataba de una recién nacida, la aventó a la cama.
Amelie la cogió como pudo y con sumo cuidado, la pegó a su pecho tratando de consolarla.—¿Estás demente? Es una bebé. —Reclamó con lágrimas en los ojos.
—Esa criatura no es mía. No tiene la marca de nacimiento de los Miller. Además, si yo fuera el padre habría resultado varón. ¿Con quién más te revolcaste, maldita ramera?
Negó con la cabeza, el miedo se comenzaba a apoderar del ambiente. —Con nadie, tú fuiste el único.
—¡No me mientas! —Se acercó a Amelie tomándola por el rostro.— No creas que no me di cuenta que ya estabas usada cuando te tuve por primera vez.
—¿Entonces para qué preguntas algo que es obvio? Ésta niña no es tuya, yo ya estaba embarazada cuando me casé contigo.
Christopher, rojo de ira, la levantó de la cama, no sin antes Amelie poner a Olivia en la cama.
—Eres una puta. Sin mí no eres nada, ni tú ni tu maldita hija bastarda.
—No me importa ser nada de ti. Prefiero ser la esposa del padre de mi hija.
Dispuesta a irse, comenzó a guardar cosas esenciales en un bolso, Christopher la tomó del codo, tirándola a la cama.
—Si me vas a abandonar, primero te mueres.
—No te atreverías.
—Me atreví a culpar a un hombre que era inocente, tú dime.
Puso sus manos al rededor de su cuello, ahogándola. Amelie luchaba golpeando a Christopher, pero era imposible, se subió en ella poniendo todo su peso, dejándola inconciente.
La acomodó en la cama, cargó a la niña, y cuando estaba a punto de cometer un crimen atroz ahora en contra de la pequeña niña, Lucy entró para encontrar la más horrorosa escena jamás vista.
—Dios mío, ¡Amelie! —Se acercó corriendo hacia ella.— ¡Susan! ¡Ven, te lo ruego!
Susan entró como alma que llevaba el diablo. —¿Qué pasó? —Se acercó con lágrimas en los ojos.— Sir Christopher, ¿qué le ocurrió?
—De repente se desmayó, afortunadamente tenía a la niña en los brazos. Me temo que no soportó la labor de parto.
—Deme a la pequeña. —Imploró Lucy.
—Deshaganse de ella, no es mía y no la criaré yo. —Tan frío como el hielo el hombre salió sin mostrar algún sentimiento hacia Olivia o hacia el cadáver de Amelie.
Al cabo de unos minutos los hombres de Christopher llegaron por el cuerpo de la joven, llevándosela rumbo a Clovelly.
O eso les hizo creer a las jóvenes hermanas.
La noche se acercaba, estaban cerca de Howth, a las afueras de Dublin. Christopher iba frente al cadáver envuelto en una sábana. De repente, la blanca tela comenzó a moverse, llenando de terror al hombre.
—¡Clarence, detente! —Ordenó.
El carruaje se detuvo justo en la orilla del monte, y mientras Clarence, el chofer, llevaba al caballo a pastar, Christopher cargó a Amelie quien seguía moviéndose.
—¿Dónde está mi hija? —Inquiría llena de terror, puesto que estaba cegada debido a que estaba aún envuelta en la sábana.
—Está muerta, y pronto tú también.
Christopher, luchando contra Amelie quien se movía en afán de salvarse, la aventó al mar, sacudiendo sus manos y dejando como testigo a Clarence quien, si se atrevía a abrir la boca, él y su familia correrían el mismo destino.
Amelie intentando descubrirse con la sábana, gritaba bajo el mar llenando sus pulmones de agua, suplicando a todas las divinidades del cielo que se apiadaran de ella, pero todo fue en vano.
Amelie Smith murió a los veinticuatro años, y no murió de amor.
Murió asesinada, dejando huérfana a su pequeña hija.
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-Dani.
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You Found Me.
Roman d'amour¿Y si un día descubres que puedes tener una regresión a tu vida pasada?