Capítulo 17, [Jeremy]

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Mi nombre es Jeremy Irving.

Nací el 19 de julio de 1823. Mis padres son inmigrantes de la Isla de Lewis, en las Islas Hebridas Exteriores de Escocia, contrario a lo que se cree, se fueron de casa por voluntad y no por haber sido desterrados, arribando todos a Inglaterra cuando yo tenía un año de edad, y mi hermana menor llamada Kate, quién iba aún en el vientre de mi madre.

Llegamos a Clovelly después de que mi padre, Harold May fue acusado de herejía, brujería y otras atrocidades más por parte de Christopher Miller. Era un rencor enorme el que ese hombre me guardaba.

La historia fue así:

Papá era granjero en la casa de los Miller, en donde yo lo ayudaba en los establos y con los animales, lo que mejor sé hacer. Y mi madre era curandera, lo cuál antes era mal visto, porque ella no curaba con medicinas, sino con remedios naturales, por lo tanto lo relacionaban con la brujería, en caso de que tu mal desapareciera al poco tiempo que mi madre hacía la curación, que era prácticamente el noventa por ciento de probabilidad que así fuera.

Ernest Miller y Rose, su esposa nos acogieron bien en su hogar. Nos dieron una cabaña en la cual nos acomodamos perfecto, mamá ejercía su trabajo con normalidad y mi padre lo mismo, Ernest nos ofreció educación a mi hermana y a mí. Estudié astronomía y física mientras que ella decidió querer dedicarse a la enfermería.

Todo marchaba relativamente normal, hasta que Christopher llegó a nuestras vidas y dio un giro repentino.

Se mostró desde un inicio interesado en mi hermana. Ella estaba enamorada de alguien más, alguien que no le correspondió. Un día, detrás de la granja de los Miller donde se encontraba un ático abandonado, descubrí a Christopher intentando abusar de ella. No pude contener la rabia y me abalancé sobre él y lo golpeé hasta donde mis fuerzas me permitieron.

—¡Te vas a arrepentir! —Recuerdo que me advirtió mientras yo arropaba a mi hermana con mi chaqueta.

A partir de ahí todo se nos vino abajo.

1845, octubre siete, Christopher mandó por mis padres con sus guardias, al descubrir ciertos artefactos de los que ni mi hermana ni yo sabíamos que poseían.

Para entender un poco la situación, mi abuela materna tenía ciertos dones que le heredó a mi madre, y mi hermana y yo los heredamos también, dones que heredarían nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. Entre esos dones estaba el de la sanación.

Mi madre, un día como cualquiera, había atendido un parto y el bebé nació muerto, a los pocos minutos ella le devolvió la vida. Y no, no fue con su don, aplicó medicina básica.

Christopher se aprovechó de eso, alterando las cosas a su favor y a nuestra contra. Mi padre al haber escuchado las acusaciones contra mi mamá, y con el miedo de perder al amor de su vida, se acusó a sí mismo, alegando que él había sido quien le mostró a mi madre todas esas maniobras, haciendo que Christopher corriera la voz en todo el pueblo, llevándose sus guardias a mi padre como si fuera el peor criminal de la historia. Destrozaron todo lo que había en la cabaña, y nos obligaron a ver cómo mi padre moría en la hoguera. Fue un sufrimiento enorme el que vivimos mi madre y yo al verlo ahí, pero más nos dolía ver a toda la gente que le gritaba incoherencias y lo insultaban, cuando meses antes él era un hombre respetable.

Hasta el día de hoy no puedo superar tal acontecimiento.

Meses antes de la tragedia mis padres decidieron sacar a Kate del país, o al menos es lo que yo tenía entendido, pues su vida corría peligro con Christopher rondando.

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