Capítulo 18.

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2020

Dara estaba en su auto esperando que diera la hora de salida.

Intentaba ver a qué hora saldría John Deacon de la facultad de Historia de la Universidad de Leicester, Reino Unido.

Golpeteaba nerviosa el volante, mordiendo su labio pensando en todo lo que tendría que preguntarle, su teléfono sonó y era Brian, se llevó una mano a la frente pues, habían quedado en ir a comer a las tres en punto y eran las dos con treinta.

—Hola, cariño. —Lo saludó Dara sin dejar de ver al frente.

—Cielo, no creo que podamos ir a comer hoy. Livi tiene cita con el pediatra y lo había olvidado. —Dijo el rizado del otro lado de la línea.

—¿La niña está bien? —Inquirió preocupada.

—Sí, es sólo su chequeo mensual. No te preocupes, ¿sí? —Dijo Brian con voz calmada.

Dara sonrió aliviada y asintió. —De acuerdo, te veo en la noche de todas formas. Te quiero también.

Mordió su labio y colgó el teléfono. Realmente se sentía muy atraída hacia su novio y, hasta cierto punto ya estaba enamorada de él.

Justo en la entrada del campus vio al pálido hombre salir con un portafolios de piel y las llaves de su auto en la boca. Antes de que permitiera que se dispusiera a entrar a su vehículo, Dara bajó rápidamente dándole el encuentro.

—¿Dara? —Preguntó John enfocando la mirada.

—Sí, soy yo. Hola Johnny. —La joven lo saludó de beso en la mejilla.

—¿Qué haces por aquí? —Inquirió sorprendido guardando su portafolio en la cajuela del auto.

Dara lo miró desconcertada. —No te puedo mentir, Deaky. Necesito hablar contigo.

John asintió frunciendo el ceño. —¿Está todo bien? ¿Tienes algún problema con Brian?

—Todo está bien con Brian pero tiene algo qué ver con él.

—Bien, adentro del campus hay una cafetería, tienen un café delicioso y un pay de limón para chuparse los dedos.

—Suena maravilloso. —John le cedió el paso a Dara y entraron al campus.

Deacon se ofreció a llevar a la mesa los cafés y los pay en una charola, Dara se miraba las uñas empujando sus cutículas con la ayuda de su dedo pulgar.

—Dos cafés y dos pay de limón. —Se sentó el castaño frente a la joven.— Ahora sí dime, soy todo oídos.

Dara lo miró dubiditativa, realmente no sabía cómo comenzar a indagar.

—Seré breve, John. ¿Sabes algún dato sobre la vida de un joven llamado Christopher Miller?

John se quedó mirando hacia un punto fijo, obviamente sabía sobre la vida de ese hombre. Lo sabía todo.

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