Capítulo 23.

54 9 8
                                        

Roger.

Nunca me había enamorado.

O por lo menos no, hasta que vi a Dara por primera vez, en un aula del colegio donde estudiábamos juntos.

Llegó tan despistada como siempre, con esa amplia sonrisa que iluminaba su rostro, sus mejillas coloradas y su cabello hecho un desastre. Desde ese momento hicimos click.

Pero algo muy dentro de mí no entendía el por qué la quería en mi vida todo el tiempo, pero no podía. Nuestro noviazgo era de idas y venidas, la herí mucho, y lo gracioso era qué, aún así, cuando yo la buscaba ella siempre estaba ahí para mí.

Cuando yo conocí a Julie ya llevaba un tiempo sin verla, sabía por ella mediante redes sociales pero jamás concretamos otra cita. Y debo admitir que a Julie la quiero, pero con Dara es distinto. Pensé que al volver a Leicester por un tiempo, podríamos retomar nuestro noviazgo, pero por azares del destino no se pudo.

Fue todo mi culpa, en parte. Debí terminar con Julie pero fui cobarde, John había amenazado con golpearme si me pasaba de listo, lo mismo me advirtió Brian.

Brian May.

Lo conocí trabajando en el periódico, y desde ahí nos hicimos buenos amigos. Una breve amistad que parecía que tenía años de antigüedad. Entre él, John, su amigo Freddie y yo nos íbamos de copas de vez en cuando, y congeniabamos muy bien, May y yo teníamos gustos similares, y entre esos gustos figuraba Dara.

Cuando vi la química que había entre ellos me dió un sentimiento de rabia, pero era rabia conmigo mismo porque Brian pude haber sido yo.

Pensé en inventar mil excusas para alejarlos, sobre todo cuando me enteré que formalizaron su noviazgo, pero sería muy egoísta de mi parte querer a Dara sólo para mí aunque no pudiéramos estar juntos. Debo aclarar que su ausencia me duele, y me duele verla amando a otro que no sea yo, tal vez porque ya no soy su centro de atención, tal vez porque ya no puede ni siquiera mirarme a los ojos. Y me duele que igual, perdí a un buen amigo por culpa de mis malas decisiones.

Decidí terminar mi relación con Julie, tampoco podía hacerle eso a ella. Siempre se portó muy bien conmigo, y se miraba realmente enamorada de mí. Pero yo no lo estaba, y pienso que mi karma llegó, porque cuando Dara me amaba, yo estaba enfocado en otras mujeres, y ahora que la amo y deseo con el alma tenerla a mi lado, ella ama a otro, con más intensidad de lo que me amó a mí.

Y me lo merezco por idiota.

Iba de camino a la universidad de Leicester a entregar unos papeles que John dejó en mi auto el otro día, cuando vi a Dara caminando bajo la lluvia, con una sudadera que le quedaba enorme, unos jeans rotos y zapatillas deportivas. Decidí bajar del auto e ir a su encuentro.

—Dara. —Me miró con desdén decidida a seguir su camino.— Dara, por amor a Dios, no me ignores.

—¿Qué quieres, Roger? —Me inquirió disgustada, me acerqué a ella.

—¿Está todo bien? ¿Brian te lastimó? Porque de ser así, yo...

Dara soltó una risa irónica y me miró de frente con sus hermosos e hipnóticos ojos marrones. —Créeme, Roger. Más daño que el que tú me has hecho jamás.

Asentí mordiendo mi labio por dentro, mirándola a los ojos. —¿Jamás me vas a perdonar?

Sus ojos se llenaron de lágrimas y negó. —Por más que desee nunca perdonarte, no puedo Roger. Te amé y abusaste de eso. Pero por alguna extraña razón, te perdono. Así que si me disculpas debo irme y te ruego que no estorbes mi camino.

You Found Me.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora