You Found Me.

Capítulo 22.

Brian.

John y yo íbamos camino a Howth, salimos aproximadamente a las diez de la mañana del sábado. Mamá insistió en cuidar a Olivia pues, mi hermana Kate estaría de visita en Holmes Chapel dónde mamá vivía, por lo tanto deseaba conocer a Livi.

Resulta que cuando mamá y papá la mandaron a otro país, fue en realidad a éste plano existencial. Residió un tiempo en Suecia, pero mamá la encontró mediante un sueño, así que recuperarían el tiempo perdido.

Deaky manejaba a toda velocidad, yo lo miraba agradecido, era el mejor amigo que haya tenido jamás. Nos detuvimos en una tienda de ferretería para comprar unos materiales pues yo tenía planeado construirle una tumba digna a mi amada Amelie.

—¿Te has comunicado con Dara? —Inquirió Deaky mientras le daba una mordida a su hamburguesa.

Negué limpiándome la boca los rastros de la comida. —No, no tengo el valor de mirarla a la cara.

—¿Acaso te hizo algo? ¿O por qué de repente no quieres verla?

—No me hizo nada, John. Es sólo que, como te dije, primero quisiera hablar con Amelie.

—¡Jeremy, está muerta! —Por primera vez John me llamaba por mi otro nombre y me estremecí.— No puedes hacer nada al respecto, le darás la simulación de una cristiana sepultura y está bien, pero de eso a ir a hablar con ella...

—Entiendeme, la sigo amando como un tonto, aunque hasta hace apenas un siglo y medio haya dejado éste mundo. —Dije con la voz entre cortada.

John, de manera condescendiente me miró asintiendo, sé que ya lo tenía desesperado con éste tema pero aún así siempre era mi cómplice. Pagamos la cuenta decididos a seguir sin parar el camino hasta Dublin.

Nos cogió el atardecer, decidimos hospedarnos en un hotel cercano al lugar. Me despedí de mi amigo y me encerré en mi habitación. El corazón me comenzó a doler, y solté unas lágrimas de desolación. Me recosté en la cama y cerré los ojos. A mi mente vino la primera vez que vi a Amelie, después nuestro primer beso. O cuando bailaba bajo la lluvia y era el ser más perfecto en el universo. Nuestra primera discusión cuando me vio hablando con Loretta, una de las mucamas.

—Pues vete con ella, Jeremy. Igual ella sí está a tu altura. —Espetó celosa y su comentario lejos de molestarme me causó gracia.

Me paré justo detrás de ella, abrazándola por la cintura a pesar de que ella ponía resistencia. Pasé un mechón de su cabello detrás de su oreja y susurré. —¿Estás celosa? —Me volteó a ver con la mirada fulminante y me dio una bofetada, su respiración agitada la hacían lucir sensual y hermosa al mismo tiempo.— Hazlo de nuevo. —Reté.

Sin dudarlo un momento volvió a abofetear mi mejilla, tomé su delgada muñeca y la besé con frenesí, pegando su cuerpo contra el mío, deseando cada poro de su ser.

Tal vez nuestro romance fue fugaz pero trascendió muchos años después. Yo la seguía amando.

Pero también amaba a Dara, y es que, cuando estaba por darme por vencido en ésta vida, apareció con un halo de luz alrededor de ella, indicándome que era un ángel que estaba dispuesta a salvarme. Un ángel que tal vez había mandado Amelie.

Abracé la almohada y me quedé dormido. Pasado un rato, unas cálidas manos acariciaban mi mejilla, abrí los ojos lentamente y me topé con los iris café del amor de mi vida.

—Amelie... —Susurré con sorpresa.

—Mi amor. —Continuó acariciando mi mejilla y yo me frotaba contra la palma de su mano.— Viniste a buscarme.

Mi corazón latía a mil por hora, no lo podía creer, mi hermosa Amelie lucía más radiante que nunca. Con un camisón de satín blanco y sus hermosos rizos a la cintura que me volvían loco, y más mujer. —No sabes cuánto te he echado de menos. —Dije con las lágrimas a punto de brotar de mis ojos.

—Yo nunca he dejado de ver por ustedes, mi amor. —Secó mis lágrimas.— Olivia es una niña encantadora y eso te lo debo a ti.

—Lamento no haber llegado a tiempo. —Sollocé.

Amelie chistó mientras me abrazaba. —No sabías lo que pasaría, mi vida. Tal vez era lo que me tocaba vivir, tienes que volver a ser feliz con aquella chica que los ama tanto como yo.

—¿Con Dara? —Inquirí.

Amelie asintió. —Yo sabía que la encontrarías tarde o temprano. Ella es oriunda de Liverpool, y por azares del destino fue a parar a Leicester, dónde tú estabas. Si bien yo no tuve nada qué ver, sabía que se encontrarían a como diera lugar. —Me aseguró.— Así que te pido mi amor, déjame ir. Que me llores todas las noches no me hace bien. Te olvidas de mí por un momento sólo cuando estás con ella y es lo que quiero de ahora en más. Podremos estar juntos en otra vida si se puede.

Sus palabras eran como puñaladas para mí. —No quiero olvidarte nunca.

—No te estoy pidiendo que me olvides, Jeremy. Te pido que me recuerdes con toda la alegría que posees, que ya no llores por mí. Que me dejes descansar. Vive tu vida mi amor. Yo estaré bien, y estaré feliz de saberlos bien a ti y a mi hija.

Asentí con lágrimas en los ojos. Acercó sus hermosos labios en mi frente y me besó. Suspiré al recordar la sensación que sus besos producían en mí. —Te amo. —Dije con un nudo en la garganta.

—Y yo te amo a ti. Siempre te voy a amar, Jeremy. Ahora duerme.

Me recosté nuevamente pero ahora abrazado a sus piernas y cerré los ojos, ella acariciaba mi frente, confortándome. Yo no dejaba de sollozar, era tan real lo que estaba viviendo.

El canto de los pájaros me despertó, y mi corazón sangró al ver que Amelie ya no estaba más.

Todo había sido producto de mi imaginación.

Hasta que en la blanca almohada vi tres cabellos largos que no eran míos, cayendo en cuenta que eran de ella. Sonreí y los envolví en un pañuelo. Al final de cuentas lo que dijo fue cierto. Ella siempre estaba viendo por mí y por Olivia.

No quise hacer caso omiso a su petición. Ya era hora de dejarla ir.

Me di un baño con el fin de relajarme, salí apresurado ya que John estaba tocando la puerta como loco. Abrí ya vestido pero con el cabello aún mojado.

—Pensé que te habías muerto. —Entró.— Ya me cedieron el permiso para que construyamos la tumba en el monte de Howth así que tú dirás.

Sonreí de medio lado asintiendo. —Manos a la obra entonces.

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¿Les está gustando? Ya casi da fin. 🥺❤️ Gracias por leer.

-Dani.