CAPITULO 6

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Capítulo seis

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El fin de semana pasó muy muy rápido, entre labores de la casa, culminar deberes para la preparatoria y ayudar a mi madre en unos diseños sentí que hubo un interruptor y de repente ya estaba caminando de nuevo por los pasillos de mi nueva y mejorada preparatoria.

El ser una de las mejores de la preparatoria tenía sus ventajas y desventajas.

La ventaja es que eres popular, todos siempre quieren sentarse contigo en clases o estar en los trabajos.

La desventaja era que tenías a todos los nerd de la preparatoria detrás de ti, y la parte más fastidiosa, te elegían como comité de bienvenida para recibir a los que están de intercambio y a los que son nuevos cuando el año escolar ya ha comenzado, sólo porque eres «'un ejemplo del rendimiento académico perfecto de nuestra institución'» Casi pude escuchar a mi lado la voz de la coordinadora cuándo me lo estaba diciendo.

Me dirigía hacia la oficina de nuestro querido director, al parecer habían nuevos transferidos eran dos específicamente, un chico y una chica.

—Buenos días señorita Valerotti, lamentamos interrumpir su horario académico, pero como principal ejemplo de nuestra preparatoria debemos darle la respectiva bienvenida a los nuevo transferidos. — Asentí educadamente sin decir nada más.

El director hizo un ademan indicándome que debíamos irnos.

Habíamos salido de la oficina del director y nos encontrábamos en la entrada esperando a los nuevos alumnos de la preparatoria.

El auto llega y se estaciona en frente de nosotros dejándome a una distancia prudente de la puerta principal sin tener que caminar demasiado.

Los dos ingresos nuevos bajan del auto y el director se aproxima a darles la bienvenida mientras yo estoy como la sombra de él.

—Buenos días jóvenes, bienvenidos a nuestra preparatoria 'Angels Gold School" quiero que sepan que las puertas de nuestra preparatoria están abiertas para que dejen volar su imaginación, consigan el arte, y sean los mejores en cada una de sus clases. —Mientras el director daba sus palabras pude sentir la mirada del chico, una mirada penetrante, no podía negar que era bastante atractivo y que los rasgos físicos que tenía eran bastante llamativos.

—Señorita Valerotti— Al escuchar al director volví mi mirada a él, me estaba dando una mirada de confundido.

Sólo lo ignore y apresuré mis pasos a los nuevos que estaban esperando a que hablara.

— Hola chicos me presento, soy Mariam Valerotti — estiro mi mano y les doy un apretón de mano a cada uno y prosigo a hablar— Presidenta del comité de bienvenida y una de las mejores del todo el colegio, más tarde les estaremos enviando los reglamentos de nuestra preparatoria para que estén al día con las normas que manejamos a diario, sin más que decir síganme para mostrarles apartir de ahora su nueva institución y sus instalaciones.

El chico me veía fijamente, sus ojos hicieron contacto con los míos y un frío cruzó por mi espina dorsal.

Ese chico era bastante guapo.

el intenta intimidarme con la mirada y me siento chiquita

«no vayas a llorar»

«no vayas a llorar»

Me repetía una y otra vez, así que saqué fuerzas, aparté mi mirada esquivando la suya

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Que intercambien personas cuando hemos comenzado el ciclo escolar es tan cansón, es demasiado trabajo, dar los discursos, llevar los reglamentos y encargarse de que cada alumno nuevo tenga su horario, sus clases asignadas, y sepa claramente dónde está cada instalación en la preparatoria, es mucho trabajo pero es el precio que debes pagar por ser la mejor, y yo estaba dispuesta totalmente a pagarlo desde que comencé la preparatoria.

El timbre había sonado anunciando que la última clase había finalizado y traté de ubicar a Natassha ya que nuestra última clase no nos había tocado juntas. Saqué mi celular del bolsillo izquierdo de mi falda y me percaté que tenía dos WhatsApp.

Natassha mejor amiga💗: Tuve que salir antes, problemas rojos

Uy, con razón el buen humor del viernes..

Anton: Hola, sé que podrías estar ocupada con todos los deberes pero ¿qué te parece salir hoy a tomar un helado?

Mi corazón saltó al leer el mensaje de Anton, la verdad no sabía el porqué, quizás sólo porque era realmente guapo, el chico perfecto que puedes observar en cualquier serie de Netflix. Solo que Anton no era un fuck boy, idiota, rompecorazones.

Anton era de esos chicos que podías caer al vacío por ellos, ese uno del montón que se ganaba tu corazón en un instante con una sonrisa bastante perfecta, su ojos color miel, tez blanca, cabello marrón, nariz perfilada, labios rosados con forma de corazón y con sentimientos puros.

Mis padres lo amaban, mis abuelos lo amaban, mis hermanas lo amaban, todos parecían amarlo, y no me malinterpreten, yo lo amaba pero no de la misma forma que él a mi, Anton siempre estaba para mí y eso me encantaba pero nada más, intentamos algo pero yo no fuí clara con él.

Sigo sin creer que él se haya fijado en mí, y hasta ahora no haya conseguido a nadie igual a mí.

Había escuchando una conversación de Jun y Anton sin que ellos supieran y la verdad me había tomado muy de sorpresa, jamás esperé que él se fuera a fijar en mí tan realmente, era hermosa, tenía lo mío pero aún así seguía siendo niña, no fuí clara con él y lo lastimé.

Deslicé mi dedo por la pantalla de mi celular mostrándome el fondo tan perfecto de Justin Bieber.

Yo: Claro, justo hoy no tengo deberes así que podemos ir, ¿te parece a las 5 en la heladería?

Respondí mientras veía su en línea.

Anton: Coye vale que bueno, si va, nos vemos a las 5 en la heladería. Adiós.

Decidí dejarlo así. Nos veríamos pronto.

***

Faltaba una hora exacta para encontrarme con Anton y estaba ansiosa, el "porqué" no lo sé, pero lo estaba; al notificarle a mamá que iría con él a la heladería no lo pensó ni un segundo en decir que sí, incluso creo que se emocionó más ella que yo, me preguntaba qué usaría, qué haríamos, y qué sentía al recibir la invitación.

Quería verme hermosa, pero no tan formal, así que decidí colocarme un leggins negro con una franela estilo campana turquesa con unas zapatillas deportivas turquesa que hacia juego con la camisa, había lavado mi cabello y lo dejé secar haciendo que mi cabello tomará unas ondas fluidas pero marcadas dándome así un desorden prolijo pero atractivo un aire más natural y sofisticado.

Tomé una cadenita que mi abuelo me había regalado, estaba escrito en letras cursivas la palabra "Fugaces" amaba esta cadenita

Le lanzo un beso al espejo insinuando lo divina que me veo como siempre.

Iba a relajarme y disfrutar de la compañía de un gran amigo. Nada de que preocuparse.

Estaba lista. Era la hora ya...

Si las estrellas se enamoran © [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora