Si las estrellas se enamoran © [editando]

CAPITULO 13

Capítulo trece

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ANTON

El cumpleaños de Mariam ya se acerca, y el regalo es lo de menos, tengo los sentimientos hechos un lío y la verdad no sé como ir directamente a decirle.

Siempre he sido un chico directo pero con ella se me complica un montón. 

Así me amen sus papás, sus abuelos, sus hermanas, su amigas,  todos si ella no lo hace nada de ellos causara algo en mi.

Debía decírselo antes de que alguien más intentara ganar su corazón, aunque como decía mamá "rezar siempre es la solución" 

Amaba bastante a Mariam, por eso era impulsado a rezar a Dios por ella, quería que la apartara para mí en el tiempo que fuera no importando lo que tenga que esperar, mi corazón había hecho lo que hacen en esas películas de ficción donde el lobo se imprima en una persona lo describen como una fuerza más fuerte que el amor a primera vista. 

Nunca vi a mariam como una niña, aunque a veces se comportaba como una; lloraba por todo, caprichosa, odiosa, se veía inalcanzable, pero también era atenta, le gusta enseñar, tiene confianza con su mamá, es responsable, disciplinada, con un amor intenso por Justin Bieber y me tomaría un libro entero describir la belleza y lo puro que es su corazón.

—Yo, opino —cuando jun decía eso, es porque algo se trae entre manos— que le digas mientras bailas con ella en la fiesta, en la fiesta tendrás bastante oportunidades para decirle.

Lo que Jun decía tenía sentido, pero sería actuar apresuradamente, y no me gustaba actuar así, actuar así traía muchos errores, y no tenía tiempo para los errores, no me gustaba fallar. 

—Bien, lo que haré es esperar que cada cosa tome su curso, mariam es muy cerrada cuando me acerco, se que ella me ve como su amigo, y yo no debo romper eso bien? — dije cerrando el tema, dándolo por finalizado.

—Mamá ha dicho que ayudemos a asear los perritos, quieres ayudarme? — pregunte mientras jun hacia lo que sea que estuviera haciendo, el tema con mariam había hecho que me sofocara.

—Si así es por las buenas, no quiero saber como sera por las malas, andando.— Jun se levantó, tomo una toalla y mientras yo lo veia jun más que un primo era un hermano para mí, siempre estábamos juntos, para arriba y para abajo, era un chiste andante, sabía como calmar las emociones negativas con los demás y ayudar a superar obstáculos sin necesidad de intentarlo, así era Jun.

Estaba pensando bañar a los perritos más tarde así que tenía una idea mejor gracias al chiste de Jun.

Me apresure y lo detuve antes de que cruzará el umbral de mi cuarto.

--- Partida de play antes? — lo observó con una mirada juguetona pero el me recibe con una mirada de ¿enojado?

— No.... — si que estaba enojado, le había dicho que no a una partida de play, pero cuando fui a hablar el se apresuró— Lo dudes, andando, te pateare el trasero flaco y desnutrido que tienes — Jun se lanza al puf en forma de balón que tenía en mi habitación y seguidamente yo envuelto en una risa.

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Creíamos que sería 1 sola partida, pero a veces la venganza es peligrosa y envolvente.

La noche ya había caído y llevábamos alrededor de 15 partidas. Jun había ganado una sola, si así como ven el pateador de traseros flacos y desnutridos había ganado una sola vez en 15 partidas, Irónico cierto?

— Que trasero ibas a patear, eh? —dije con un tono de voz victorioso mientras movía mis dedos ágilmente por el control.

— El tuyo tonto. — respondió jun mientras su mirada seguía en el televisor. Está partida ya la tenía ganada y me aproximaba a dar mi paso ganador.

— ¡TOMA EN TU CARA, TE GANÉ Y NO SÓLO 2 VECES, 15 VECES!
¡AGARRA!  ESTE CULO DESNUTRIDO TE GANO, ESTE QUE VES AQUÍ — decía en su cara mientras reía y el me daba una mirada fulminante.

— Anton, que vocabulario es ese? ese no es vocabulario de un caballero. — La voz de mamá resonó por toda la habitación mientras me miraba con los ojos entrecerrados.

— Ajá anton que son esas palabras que han salido de tu boca, cochino. — Jun hablo y se puso las manos en la cintura imitando a mamá.

Mamá río y se adentro a la habitación.

— Pronto la cena estará servida, basta de tanto jugar, mañana deben lavar los perros por favor. Necesito que me apoyes con eso Anton. — Se acerco a mi mientras colocaba su mano cálida en mi mejilla izquierda.

— Y cero malos vocabularios, no acepto esos vocabularios en esta casa—concluyó mamá.

Mamá sé volteo en dirección a jun y le dijo.

— haces una muy mala imitación de mujer—concluyó

soltamos una carcajada los tres ante el comentario de mamá.

La vimos alejarse y comenzamos a ordenas algunas cosas que estaban en la habitación fuera de lugar.

Nos encontrábamos en la mesa. Mamá había hecho unos deliciosos panqueques y papá había traído unos café de starbucks, cenar con mi familia era tan agradable, no disfrutabas sólo la comida de mamá, disfrutabas todo el ambiente, la paz y los silencios que no eran nada incómodo, todo se combinaba en una sola armonía y explicarlo era imposible

—¿Que tal la pastelería hoy madre? — Pregunté a mamá mientras llevaba a mi boca un pedazo de panqueque a mi boca.

— Todo fabuloso, hoy entregamos alrededor de 5 pasteles a 4 diputados del país, la verdad nos está yendo muy bien tesoro. — Ver feliz a mamá era todo impulso para ser el mejor en todo.

— Me alegra tanto madre, eres la mejor.

Mamá sé levantó quitando los trastes sucios y ubicándolos en el lavabo.

— Má, déjalos ahí jun y yo los lavaremos.— Dije mientras miraba a Jun diciéndole que lo haríamos.

— Oh, no, no de ninguna manera, no lavare ningún plato — Dice Jun con cara de asco.

— Mira pequeño Jun te vas a callar y te vas a levantar a ayudarme a lavar los trastes ok? — Dije imitando la pose de la tía Eva tan sarcástica como la que el había colocado hace algunas hora en mi habitación.

— Si así es por las buenas, ok, levanta el trasero primero antes que me arrepienta. — Dice jun haciendo que mamá riera por lo bajito...

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La noche fría golpeaba las ventanas de mi cuarto y las estrellas adornaban elegantemente el cielo.

Mariam va, y mariam viene.

—No puedes dormir? — hablo Jun

—No —contesté

—Todo estará bien primate— espetó Jun

—Lo sé

—Tú qué? — hablé

—He estado hablando con una chica los últimos días, su nombre es marileya... Estudio en la misma preparatoria que tú...

—Si?— pregunté

—Si, es muy hermosa, y atenta es chinita pero no es asiática, sus cabellos son como un revoltillo, pero son hermoso es muy espontánea, mueve graciosamente sus brazos al hablar y creo que me gusta — dijo Jun

—Ya sabes lleva las cosas con calma si?, no quiero que te dañen— dije

—Eres el mejor bro— dijo

—Hermanos siempre, y por siempre— concluí

Mi puño se unió con el de él, y así nos dirigimos a dormir.

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