CAPITULO 11

142 37 10
                                    

Capítulo once

-------» «-------

MARIAM

—305 en total

—Ahora si son todas?— hablé

—Todas— contesta Jun

—Hay que enviar éstas invitaciones cuanto antes — concluye Ley.

Respire hondo en señal de cansancio.

— Todo saldrá perfecto —dicen key y jun, mientras terminan de ordenar por mi algunas cosas.

Estaba histérica comiendo una bolsa de frituras en una pijamada en casa de Key y Jun, junto a Anton.

—Gracias por ayudar Anton— le hablé

— De nada, preciosura— respondió

Saqué la lengua

—Infantil — habla Jun

—Quién lo dice — ataque

—Ven acá, calma— dice Key mientras me señala sus piernas para que me recueste.

A veces (la mayoría del verano) nos quedábamos y veíamos películas hasta tarde, comíamos,  reíamos, hablábamos, lloramos, peleabamos y era un ciclo constante.

Escuchábamos los cuentos del Sr. Juanke durante la cena o cualquier momento del día.

Consentíamos sus mascotas, tenían dos perritos hermosos uno era adorable y el otro era una bestia.

Jun de pequeños los bautizo con los nombres "Auron y Princesa" según el desde pequeño siempre quiso tener perros llamados de esa forma. 

—Oye vamos tonta, despierta. —el contacto de unas palmas con mi frente hizo que despertara, para luego ver una sombra salir muy rápido de mi campo de visión.

«¿en que momento me había dormido?»

Voltee y solo escuchaba la voz de jun a lo lejos dando alguna indicación pero no sabía donde estaba, voltee mi cabeza a ambos lados y no estaban los demás.

«¿Dónde están todos, acaso esto es sueño?» escuchaba mi corazón latir en los oídos, no había tenido una pesadilla desde pequeña, ni me sentía tan abrumada así

*Flashback*

Estaba en mi habitación,  papá tenía dos días de haberse marchado de casa.

El día que se fue una tormenta azotaba la ciudad, las gotas pesaban y el sonido de ellas impactando con el suelo y lo techos retumbaba en mi cabeza.

Mamá estaban encerrada en su cuarto, sabía que esto le dolía, que esto estaba partiendo su corazón, pero ella no podía más, y yo también entendía eso, estaba cansada, pero se repondrá y saldrá de esta, darshel no sé encontraba en casa la tormenta la atrapo en casa una de sus amigas de la preparatoria y aquí estaba yo, sola a despedir a mi padre, ya no le vería mas por los pasillos, ni a la hora de comer, ni emocionado por ver a mamá cada que llegaba de viaje, ni mucho menos bailar en la cocina mientras el almuerzo se cocía en la candela

Salí de la habitación, baje las escaleras despacio, la casa estaba oscura con solo un poco de iluminación y la luz de luna se expandía por toda la sala de estar, sólo estaba encendida la luz tenue de la entrada de la cocina, e iluminaban algunas cajas y maletas que sabía que contenían dentro, sentía mi corazón romperse al ver a papá derramando algunas lágrimas en su mejilla, no quería irse, pero ya los problemas y la ausencia habían rebosado el amor, ya no podían estar en el mismo lugar sin discutir, o sin que mamá le sacara en cara su ausencia.

Si las estrellas se enamoran © [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora