Si las estrellas se enamoran © [editando]

CAPÍTULO 9

Capítulo nueve

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Definitivamente pasaba más los días en la preparatoria que cualquier otro sitio.

Ya estaba por entrar a la última clase del día y me dirigía hacia mi casillero a cambiar los libros que tenía, por los de la asignatura que me tocaba.

Al cambiar los libro estaba revisando mi celular, aún faltaban 10 minutos antes de la última clase así que con lentitud cerré mi casillero y al cerrar mi corazón dio un salto y mi cuerpo reacciono y dio dos pasos hacia atrás de la impresión

No podía creer lo que tenía a centímetros de mi, en mi campo de visión entró un cuerpo perfecto uno de esos modelos que podías aclamar fácilmente y mi cuerpo empezaba a hiper ventilar.

—Tan feo soy que en vez de hacer que botes baba, te asustes como si hubieses visto al mismo demonio? — dice el chico nuevo con aire bastante juguetón y con mucha confianza como si me conociera de años y yo no había podido reconocerlo.

— Pues demonio no eres, pero feo...—dejé mis palabras en el aire mientras lo veía con un aire de superioridad como si tuviera el control de todo, la realidad era que estaba nerviosa, quería llorar de nervios, pero no sé porqué tenía la impresión de que lo conocía de algún lado.

El me dio una sonrisa de medio lado y la verdad no me había derretido porque eso científicamente no era posible,  era un chico bastante atractivo, su cuerpo era de esos que forman los militares, su cabello era negro azabache con las facciones masculinas a medio formar, sus labios se tornaba un color rosado intenso cada vez que pasa su lengua por ellos, sus brazos estaban bien marcados y sus clavículas se pronunciaban bastante bien por encima de el uniforme deportivo.

Tenía un aire a Anton, aunque Anton era diez veces más guapo, y tenía todo lo que un chico no.

Quizás no era correspondido para mí, tal vez me gustaba y no lo quería admitir o tal vez en el fondo apreciaba tenerlo más como amigo que como otra cosa.

Sacudí mi cabeza, yo no tenía porque comparar a ningún chico con Anton

—No habíamos tenido el momento para presentarme, mucho gusto, mi nombre es Roderick, y estoy cursando el último año de la preparatoria, igual que tú —El extendió su mano y definitivamente se me hacía bastante conocido, pero no tenía idea de dónde, así que no quería sonar demasiado entrometida y no tenía ningún tipo de confianza con el para preguntarle algo, estiré mi mano haciendo que hicieran contacto y me limité a darle una sonrisa de boca cerrada.

—Definitivamente o soy demasiado guapo, o ves demonios en mi cara que te hipnotizan y no te dejan hablarme—dice mientras agita nuestras manos rodee mis ojos rompiendo el contacto de nuestras manos

«Este chico esta obsesionado con los demonios o es uno de ellos»

—Creo que llegarás tarde a tu clase de ciencias de la tierra, ahí te van a aclarar que la tierra no gira alrededor de ti, y las chicas tampoco con permiso —le di una palmada en su pecho y apreté bien fuerte mis libros, proseguí a caminar mientras me dirigía a mi respectiva clase.

«Es idiota» pensé

—Me gusta — me respondí

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Al salir de clases iba dispuesta a encontrarme con mamá para elegir algunas cosas para mi fiesta, incluyendo de primera opción el vestido, luego los pasteles, tema de la fiesta, invitados y demás.