Si las estrellas se enamoran © [editando]

CAPÍTULO 32

Capítulo treinta y dos

NO EDITADO.

Viaje para justificar el PADU. Día de regreso a la ciudad.
24 horas antes de la cita.

RODRERICK

El sol me pega en la cara quemando mis mejillas, mi cuerpo está sudando y el calor me fatiga, la resaca amenaza con arrancarme la cabeza, me giro y me encuentro con su lindo cabello castaño.

Reparto besos por su cuello mientras despierta y me da una mirada tierna.

— ¿Que hora es? —pregunta somnolienta.

— 14:02 pm— contesto dejando mi celular en la mesita de noche.

— ¿Qué? —se levanta rápido y toma su vestido la veo caminar de un lado a otro buscando sus pantis, toma su zapatillas y comienza a arreglarse

—Pero si tú mamá es la rectora de la universidad Shey, ¿de qué te preocupas?

—Mamá es muy responsable con su trabajo Rodrerick. Levántate tienes la última firma hoy.

— ¿Qué? no me digas que si pudiste hablar con ella— me levanto y tomo mi toalla mientras me acerco a ella y tomo su cintura— eres la mejor, ¿lo sabes?

—Lo sé—presume— métete a bañar ahora o no respondo de mí.

— ¿No tengo que venir más? — indago.

—No, bueno al PADU no— aclara—, a verme si debes.

—No me lo pierdo por nada.

La nalgueo mientras me giro para introducirme en la ducha. El agua cae en mi cabello y se desliza por mi cara hasta llegar a mi dorso, se desliza por mi abdomen trazando la forma que este le da, para finalmente pasar por mi V, desviarse por mis muslos y finalmente caer a pies como todas.

—Oye muévela—exclama.

—Tercera vez que entras— me río—, yo creo que disfrutas verme desnudo.

—Si lo disfruto, pero apresúrate faltan 20 minutos.

—Listo, salí— tomo la toalla me seco y la enredo alrededor de mi cintura.

[...]

No había tenido la oportunidad de conocer el interior de la universidad, era muy hermosa y grande, a pesar de no tener todos los lujos es bastante preciosa.

Mi suegra, la rectora de la universidad se adentra a la oficina principal con su cuerpo administrativo conformado por dos mujeres, una de ellas lleva una agenda en una mano y un café Starbucks en el otro, y la otra lleva una carpeta con un bolígrafo, ambas bien vestidas y elegantes.

Segundos después de entrar reparo la oficina y la madera pulida resalta mi reflejo haciendo que se vea no con tanta nitidez pero si distinguible, un hombre elegante vestido de negro cierra la puerta y puedo reconocerlo.

—Avancemos por favor, ya estoy aquí.

Es el que hizo los trámites legales para el traslado y permisos de los baños y las remodelaciones.

—Firma aquí Johnson—indica la rectora.

Le pasa el papel al señor que yacía a su lado y este firma dando por finalizado todo.

—Bien Rodrerick, damos por finalizada su justificación en nuestra universidad. Me encantaría celebrar pero aún faltan 4 semanas para entregar la justificación. Tu pequeña acción aquí lo ha valido y te agradecemos por todo.