CAPÍTULO 26

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Capítulo veintiséis

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MARIAM

Mira las estrellas. Ve su belleza. Y en esa belleza, mírate a ti mismo.

Draya Mooney

El calor del verano se hace presente en nuestra preparatoria, la estrella radiante nos penetra la piel con sus rayos ultravioletas causando mi estrés total, sí odiaba el sol a menos que estuviera en la playa.

La cita había sido genial dos semanas desde que salimos, la comida estaba buena, el lugar era bonito y especial. Creo que él no conocer lo suficiente a Rodrerick hace que no esté como quiero estar. Han pasado dos semanas donde solo hemos hecho salir, comer, ver algunas películas, he ido conociendo a Rodrerick y es un amor esta genial salir con alguien que no conoces o mejor aun que no tenga nada que ver o sea cercano con tus amigos.

Los alumnos transitaban por el pasillo y el calor de verano estaba en el aire, mi estrés aumentaba y no ayudaba mucho la materia que venía a continuación.

—Uf, ¿bajamos al infierno ya?

—Natassha, ¿qué palabras son esas?

— Ay déjame tengo calor, y me estoy preparando mentalmente para sudar como vaca en educación física con este calor.

— ¿Vaca?

—Sí, vaca — Reímos

Nos encaminamos a las canchas mientras el calor se intensifica junto con las ganas de que la tierra me trague y me deposité en las playas de Hawái, lucir un lindo bikini y tomar jugos ácidos que refresquen tu garganta.

Todos los de mi clase trotaban hasta adentrarse a la cancha y las chicas babeaban en una dirección específica. Sí, los chicos jugaban fútbol mientras que la clase daba inicio y ellos tenían el momento para presumir sus cuerpos esbeltos y tonificados

«A veces los hombres eran patéticos, lindos pero patéticos.»

—Ahora entiendo porque salir con Rodrerick— habla una de las morochas

— Está como Dios manda— le susurra Natassha.

— ¡NATASHA! — Reclamé

— ¡QUÉ!

—Esta bonito y tonificado... Bueno precioso.

—Y se le marca el...

— ¡NATASHA!

— ¿QUÉ?

— Eres una cerda.

Las morochas ríen y nos adentramos a la cancha.

— Oigan chicos, ya una clase va a entrar a la cancha deben retirarse en orden.

— y colocarse las camisas, no estamos en un club de nudistas jóvenes—hablo la profesora— Gracias Srita Valerotti por mantener el orden, pero hoy la clase será diferente.

— ¿Diferente? — La murmullos de los estudiantes eran audibles.

— Sí, hoy tendremos clases grupales y a ustedes les toca con ellos—nos señala a nosotros y luego a los chicos que se encuentran en el ala derecho de la cancha.

«¡Lo que me faltaba, pasar pena delante del que me gusta!»

Para nadie era un secreto que soy mala en Educación Física, pero otra cosa es ser mala en Educación Física delante del chico que te gusta, eso ya es otro nivel, un nivel que no de seguro no afrontaré.

Giré y su mirada estaba sobre mí, me da un guiño y me dirijo hacia la profesora.

— Hable de una vez Valerotti.

— Es que yo aun no puedo estar en sus clases, vine porque soy una persona responsable.

— Eso ha quedado muy claro, acá trajo los deberes y el reposo un chico, bien atractivo.

— Desde el hospital las enviaba con mi ma... Espere, ¿Qué?... ¿Un chico? — la confusión invadió toda mi mente, mi cabeza y sentía mi pecho apretado.

— Sí —Toma su carpeta y anota mi nombre como persona discapacitada— Aquí vino un chico porque tú madre no pudo venir y su padre no se encontraba en la ciudad. Vino y trajo el reposo y copias para cada profesor— Vuelve a revisar su carpeta— El nombre del chico es An...

— ¿De qué chico hablan? — pasa su mano por mi cuello pasando por mi hombro para finalizar en un abrazo.

— De ninguno, es sólo un chico que la profesora me está diciendo que ha faltado regularmente.

— Además eso no es su asunto caballero, ¿Cómo es su nombre? — me interrumpe la profesora.

— Rodrerick — extiende su mano y la profesora no la recibe.

— Ah el nuevo, andando, comenzaré la clase ya, y tú — me señala con su dedo— a las bancas sin mover un solo musculo de ahí, pasarás la lista ¿de acuerdo?

— De acuerdo.

A los varones se les hacía fácil el ejercicio, no todos tiene problemas con eso, excepto los nerds, alguno de ellos si tenían problemas con eso.

Preguntas que no me dejan dormir: ¿Por qué los nerds no pueden ser nerds y guapísimos hombres esculpidos por ángeles, tan difícil es ser guapo?

— Quiero creer que no estás pensando en mí, mientras colocas esa cara de confusión.

— Ja, ja, muy idiota siempre Rodrerick.

— Wau...

— Wau qué.

— No tengo ni 2 minutos en frente de ti y ya me insultaste.

— Es que a veces eres intenso, pero está bien... ¿Estás cansado?

— No, ¿por qué debería estarlo?

— Los ejercicios, aparte estas sudando como vaca.

— ¿Vaca? — se ríe mostrando sus relucientes dientes.

— Sí, vaca, lo escuche decir a Nat y bueno.

— Que graciosa — vuelve a reír.

— Wau...

— ¿Wau?

— No tengo ni 3 minutos de conversación contigo y ya me dijiste payasa.
— Eres fastidiosa con eso, ¿no?

— Fastidioso eres tú.

— En mi antigua preparatoria los ejercicios eran el triple de estos, así que estoy acostumbrado.

— ¿Sí?, ¿Dónde estudiabas?

— En una preparatoria cerca de por aquí.

— Oh, bien, entonces se te hace fácil...

— Sí, había venido para invitarte a comer un helado al salir de clases.

— Me parece bien

— De acuerdo — se gira y comienza a caminar de nuevo a dónde están sus compañeros.

[...]

Rodrerick dejo su auto en mi casa mientras yo dejaba mis mochilas y decidimos irnos caminando a la heladería, era sólo unas cuadras hubiese podido llamar a Darshel pero él no aceptó, prefirió que trotáramos y respiramos aire puro.

Ciertamente había sido una buena elección, hablábamos un montón y él nunca se quedaba callado, los vacíos y silencios no existían cuando de Rodrerick se trataba, era como una necesidad de siempre estar dando su opinión.

El aire fresco entraba por mi nariz y refrescaba mi garganta mientras mi cola de cabello se agita con el aire que azota los arboles mientras estos se mueven de un lado a otro; el aire recorre mis piernas y mis brazos causando frescura y el parque está muy colorido, ese verde haciéndose protagonista de él y causando energías positivas en las personas.

Observamos la heladería a lo lejos, el letrero está anunciando que estamos a pocos pasos, quizás no estaba vestida para la ocasión, el uniforme de deporte no era lo más bonito pero Rodrerick no me dejo cambiar, según él me veía diosa...

Mi preparatoria no usaba uniformes normalmente, solo las disciplinas extracurriculares si los requerían cómo: artes, deportes, club de jardinería, porristas, química etc.

Yo lucía el de deportes hoy, un short blanco que quedaba un poco ajustado a mi trasero y piernas y una camisa blanca con el logo de nuestra preparatoria, medias blancas largas y zapatos blancos; la idea básicamente era lucir como ángeles «el director tenía una obsesión grave con los ángeles.» Respiraba mientras Rodrerick comenzaba a correr a la heladería, era mala corriendo pero aun así deje que se adelantara. ¡Necesitaba respirar!

Si las estrellas se enamoran © [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora