Maura y Richard Kruspe llegan a casa, antes de lo previsto. Cuando entran a la sala de estar principal, Sophie se encuentra sentada en el gran sofá gris, cruzada de piernas, acariciando el abultado vientre que revela su embarazo.
—¿Cuánto quieres por tu silencio? —dice Maura, desafiante.
Sophie se levanta del sofá, tiene frente a ella a los padres del que fue su primer amor.
—¿Te parece que me hace falta dinero? Maura, yo no voy a descansar. Me alejé de él por tanto tiempo, pero sólo era una adolescente asustada. Ahora te estoy dando la oportunidad de decirlo frente a ti, para que puedas disculparte por esto también.
—¿Padres? No los esperábamos hasta mañana —dice Richard, dentro la bata de la ducha, con el cabello mojado mientras Gwen aparece de la misma forma.
—¿Bri? ¿Qué haces aquí? ¿Pasó algo? —pregunta Gwen, acercándose a la chica.
Ella no despega sus ojos de Richard, quien también la observa intrigado. Sabe que es modelo, la ha visto en revistas, televisión, anuncios, comerciales. Él sabía que ese rostro lo conocía, pero al tenerla frente a él, a unos cuantos metros, es como si el rostro de aquella adolescente se revelara ante él, aún no logra hacer la conexión. Diez años en la penumbra opacan ese rostro.
—Nada está bien, yo lamento lo que voy a hacer.
—Chicos ¿por qué no van a vestirse? Mientras tanto pediremos el desayuno —dice el señor Kruspe.
Ellos no comprenden lo que sucede, aún no. Richard se acerca a Gwen, toma su mano y la lleva de nuevo a su recámara, cruzando esa gran habitación blanca. En cuanto ellos se dan la media vuelta, Brianda comienza a llorar, ellos desaparecen y ella habla.
—¿Vieron la forma en que me veía? Él aún me ama.
Esa no puede ser Sophie, su novia había muerto, era obvio, él vio como la sepultaban, Richard vivió el dolor de ver como su amor era enterrado con ella, haciéndolo polvo, dejándolo en la ruina y dando paso a ver a todos esos entes, llevándolo a hospitales mentales por más de diez años, hasta hace dos meses, pero un escalofrío recorría su cuerpo al ver esos ojos.
Gwen comienza a anclar todo, los Kruspe se veían preocupados. Ella no sabía que Brianda y ellos se conocieran, sabía el secreto de Sophie entonces ¿su amiga era Beltz?
En cuanto terminaron de vestirse ambos se dieron una sonrisa triste.
—Te amo Richard.
Él da un pequeño beso en las comisuras de sus labios, y enseguida la abraza.
—Yo también te amo, Gwen.
Y salen de nuevo. Ahí sigue Brianda y sus padres, discutiendo. Pero en cuanto los ven aproximarse dejan de hacerlo.
—Lo mejor será que nos sentemos —dice Maura con una sonrisa forzada.
—¿Qué pasa aquí?
Gwen se siente incomoda por la forma en que Brianda se mantiene atenta a Richard, no le gusta para nada, sin embargo su novio está atento a sus padres.
—Cuando apareció la esquizofrenia, todos nos preocupamos por ti. Sophie estaba ahí, trataba de alentarte, pero las cosas cada vez se hacían más complicadas —Richard se tensa, y presiona con fuerza la mano de Gwen—. Ella se sentía terrible por lo que pasaba contigo, hasta que un día ella se acercó con sus padres. Dijeron que no podían soportar más la situación, ella estaba pasando por crisis de ansiedad y depresión, al verte tal mal. Ella no tuvo la valentía de terminar contigo, así que su familia armó un gran teatro para hacerte creer que había muerto. Se mudaron del país y se cambiaron el nombre, Sophie Beltz es Brianda Starkey.
Richard tiene lágrimas en los ojos, los ve a todos con odio.
—Ustedes tres son una bola de putos mentirosos —es lo único que puede susurrar.
—Richie ¿recuerdas cuando te decía así? —habla Brianda llorando y sacando un trozo de papel, enseñándolo—. ¿Recuerdas tu promesa? La escribiste aquí, dijiste que no importaba con quien estuvieras, o aunque pasaran 50 años, estarías esperándome. Yo te amo y...
—¿No has tenido suficiente? —dice Gwen, llorando—. ¿No sabes cuando parar? ¿No eres consciente del daño que haces? ¿A qué costo has hecho todo esto?
—Cometí un error, lo sé. Cuando mi padre chocó el auto a propósito yo estaba desesperada. La muerte de aquella mujer no fue nuestra culpa, estaba deprimida y con ataques de ansiedad, debía salir a cualquier costo—Brianda llora.
—¿Qué mujer? —pregunta Gwen en un susurro.
—Su nombre era Hilde, no quise saber más sobre ella, le arrebaté la vida pero fue por mi bien.
—¿Qué día pasó eso? —dice Gwen a los Kruspe.
—Primero de abril, de 1983 —contesta el señor Richard.
Gwen se siente aturdida, son demasiadas coincidencias como para ser sólo una casualidad.
—¡Tú mataste a mi madre!
Gwen olvida que Brianda está embarazada de Till, sus puños quieren desquitarse. La chica comienza a gritar mientras la psicóloga está cegada por la irá, el rencor y dolor.
El señor Kruspe la detiene y la separa.
—¡Gwen, basta ya! No vale la pena, ya no. Esto no traerá a tu madre de nuevo.
La chica rompe en llanto.
—Sólo vete de una puta vez Sophie, no sigas haciendo más daño.
La chica toma su bolso y se levanta.
—No Sophie, no te vayas —dice Richard. Nadie ahí puede creer lo que pasa, ni siquiera Brianda.
—Esta mujer te dejó sólo Richard, abre los ojos, en verdad piensas escucharla.
Zven ignora a Gwen, sólo observa a Brianda, ahora no sabe como llamarla, como él la conoció o como lo que es ahora.
—Estás tirando dos meses de relación Richard, dos putos meses. Pero dos meses comparados a diez años no son nada para ti.
La chica se suelta del agarre del señor Kruspe, y sale de la mansión mientras la voz de Richard grita su nombre.
—Espero que no te arrepientas por esto, Richard. Yo lamento lo que te hice pasar, no hay justificación para hacer una mentira tan grande, pero yo si me arrepiento de corazón —dice Maura, saliendo detrás de Gwen mientras limpia sus lágrimas.
—Vamos a mi habitación —dice Richard mientras Brianda lo sigue.
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El Nuevo Mundo // Richard Z. Kruspe
FanficLas personas son historia, siempre lo he pensado. ¿Qué pasaría si el mundo pudiera conocer todas y cada una de ellas? ¿Las personas llorarían de tristeza o querrían renacer para saborear la gloria de la vida? Yo soy Gwen, tengo la fortuna, o desgra...