Capítulo 12

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En la oscura noche caminaban cerca del otro, no existía nervio por parte de ninguno, estaban tranquilos. De vez en cuando Sasuke miraba de reojo a su compañera, apreciando solo algunas notas rosadas cuando la luz de la luna iluminaba la capucha de la chica. Sakura se alegraba de no tener su rostro al descubierto, de modo que el chico no podía ver su gran sonrisa mientras recordaba ese último despertar en la cueva. Ahora que ella no se sentía ansiosa y habían pasado un día juntos, consideró necesario poder conversar con él. Compartirían mucho tiempo más, y es consciente de que el fuerte de él no es precisamente comenzar las conversaciones. Evaluó la gran cantidad de consultas que tenía en su cabeza, y optó por primero realizar las que fuesen más generales con el anhelo de no recibir una respuesta breve o negativa de su parte.

— Sasuke-kun. —levanta su rostro para verle mientras caminan—. ¿Visitaste muchos lugares en tu viaje?

— Hmp. —corresponde por unos segundos la vista de su compañera, para fijarse en su expresión curiosa—. Visité todos los países.

— Debes haber conocido lugares realmente bellos. —se queda pensativa mientras imagina escenarios naturales maravillosos—. Envidió un poco que hayas podido visitar tantos lugares distintos. —sonríe con su mirada al frente.

Sakura realmente envidia esa experiencia, ya que había conocido solo lugares específicos por sus misiones, por lo que finalmente no pudo ahondar ni disfrutar de aquellos sectores. En general su vida se realiza en la aldea, y le hubiese encantado conocer bellos escenarios, retener en su memoria esas imágenes que no encontraría en Konoha. Al mismo tiempo se alegra mucho de que fuera él quien pudo acceder a esto, ya que había pasado gran tiempo de su vida sumido en la venganza. Poder recorrer el mundo y observarlo con una nueva perspectiva debió ser algo que realmente le ayudó a ser más feliz y sentirse tranquilo.

— Podríamos visitar algunos al terminar la misión.

— ¿De verdad?

No pudo aguantar su emoción, se detuvo y tomó del brazo al Uchiha para ver de frente su rostro, necesitaba asegurarse que fuese real lo que dijo. Sasuke considera divertido su entusiasmo ante la idea. Por su mente aparecieron recuerdos de algunas zonas que consideró serían muy bien apreciadas por parte de la pelirrosa, sería agradable disfrutar en compañía de los lugares en esta ocasión. Solamente se limitó a asentir y moverse suavemente hacia el frente para hacerle entender que siguieran caminando. Ella entendió el mensaje y lo hizo con una gran sonrisa en su rostro, aunque otro pensamiento vino a su mente: Si conoció muchos lugares así también pudo conocer a distintas personas. Su corazón se detuvo un momento imaginando que su peor pesadilla fuese real.

— ¿Conociste a muchas personas también? —pregunta con un tono casual, nuevamente agradecía que su capucha cubriera sus expresiones.

— Sí.

El pelinegro buscó en sus recuerdos los rostros de ellos. Sí, había conocido a variadas personas, pero no es que haya dedicado mucho de su tiempo y memoria todos, si usaba ese filtro no eran tantos al final de quienes tenía recuerdos que fuesen significativos como para retener sus nombres.

— Ah... —se lamenta por la corta respuesta, deseaba que explicara con más detalles aquello—. ¿Alguien o algunos con quienes hayas generado buenos recuerdos?

— Hmp. —se limita responder como asentimiento.

La ojiverde al notar que no recibiría más información sobre aquello, prefiere consultar por otras cosas que también le causan curiosidad, quizás en otro momento podría volver a retomar el tema de las personas que conoció.

— Nos ayudaste bastante con el asunto de las bombas humanas. —lo mira de reojo moviendo un poco su cabeza—. Debo admitir que fue un poco extraño saber que ayudaste a la aldea desde la distancia- —suelta una corta risa—. Pero realmente me alegré mucho aquella vez. —su voz se volvió más suave—. Me hubiese encantado verte. —suspira.

La luz de la primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora