Fue la primera noche en que Sasuke durmió con absoluta confianza y tranquilidad desde que era un niño, estaba dichoso. Sakura estaba sorprendida de que no se despertara temprano como era usual en su actuar. Al reflexionar respecto a su última misión, sin duda que él no había descansado bien en las últimas semanas, estaba siempre alerta por el peligro que podría acecharla, ella aunque estaba alerta había podido descansar un poco más. Cuando se encontraban en la casa de Saki, el azabache tampoco descansó mucho, estaba atento a su recuperación, y lo había notado con cierta preocupación de su parte, hoy era consciente que había sido a causa de la planificación de la ceremonia y refrescar su propuesta ya realizada.
— Su cuerpo realmente necesitaba un descanso profundo. —al decir eso en voz alta, inmediatamente se ruboriza al recordar todo lo ocurrido antes de quedarse dormidos.
Con cuidado se separa de su abrazo, se coloca la bata y se dirige hacia la sala de estar. Abre la ventana para observar la tranquila naturaleza a su alrededor, escuchar el sonido de las hojas moviéndose, los pájaros cantar, y sentir el viento matutino en su rostro.
«Aún no puedo creer que estoy casada con Sasuke-kun. Estoy tan feliz, aunque un poco abrumada con lo sucedido en los últimos dos días, todo sucedió muy veloz para procesarlo correctamente. Si lo pienso bien, realmente no me propuso matrimonio anteanoche, pues fue hace más tiempo, pero yo no era consciente de esto. ¡Ay! Sigo frustrada con que él supiera esto desde antes de comenzar con este viaje».
Se levanta y hierve agua en la pequeña cocina de la cabaña para beber un té. Podía inferir por la posición del sol que no debían pasar de las diez, entonces inspeccionó por la cocina, no sabe realmente si tiene materiales para preparar el desayuno, encuentra algunos ingredientes básicos, aunque no son suficientes para cocinar. Mientras se sirve su té, llaman a la puerta de entrada, la pelirrosa se dirige allí y se encuentra con una mujer, quien baja la vista.
— Disculpe, no quería importunar su luna de miel.
La ojiverde entonces comprende que lleva solo puesta su bata, de una forma bastante desarreglada, muy avergonzada de su torpeza y aliviada de que haya sido una mujer quien fuese al lugar, se acomoda de un modo prolijo la prenda.
— Lo lamento. —responde con nerviosismo—. No quería incomodarla. —agrega con sus manos pidiendo disculpas.
— Venía a consultar si necesitaban que les trajéramos el desayuno, ya que no se nos ha solicitado.
— Oh, el desayuno, sobre eso quisiera consultar si existe la opción de acceder a más ingredientes. —alterna la vista entre el suelo y la mujer—. Me gustaría preparar el desayuno esta vez por mi cuenta. —agrega con timidez.
— Lo comprendemos. —responde la mujer con una sonrisa—. ¿Piensas en algo en particular?
— Un desayuno tradicional. —comenta con sus mejillas sonrojadas.
— Está bien. —se retira y regresa con los ingredientes necesarios para que la recién casada prepare su desayuno—. Aquí está todo lo necesario. —le entrega los suministros en una caja.
— Muchas gracias. —responde alegre.
— ¿Las demás comidas se las traemos en los horarios establecidos?
— Sí, por favor.
Cuando la mujer se marchó, la kunoichi se fue a la cocina a preparar el desayuno. Desde que era una niña enamorada siempre había soñado con el día en que estuvieran casados y ella preparara la primera comida para su esposo. El azabache ya había probado de sus preparaciones, y aunque consideraba que eso era un pensamiento infantil, sentía que hoy debía cumplir aquella ilusión a su pequeña interior. Sumida en su fantasía no reparó en que se retiró la bata y colocó el delantal sobre su piel directamente para preparar los distintos platos de un desayuno tradicional.
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La luz de la primavera
FanficEl frío invierno se derrite ante la inminente primavera, una época de sonrisas y nuevos inicios. Todo comienza con una misión que tiene como objetivo resguardar a una pelirrosa. Un viaje en el que se expresa el amor de un inexperto en el romance co...