La luz de la primavera

Capítulo 8

El escenario cambia nuevamente, se encuentran en un lugar muy conocido por el pelinegro, pero del que no tenía muchos recuerdos de sus detalles, pues cada vez que se encontraba allí solo prestaba atención si el profesor comentaba algo de su interés. Recorre toda la academia que ahora parecía ser más grande de lo que realmente es, parecía verse afectado desde los recuerdos de la infancia de la ojiverde. Opta por tomar precauciones y se aleja, se mantiene escondido, pues es muy probable que pudiese encontrar consigo mismo. En su expectación, comienza a sentir molestias en su brazo derecho, eso le confundió. El tiempo transcurría de una forma lenta en este genjutsu, parecía que habían pasado solo algunos minutos, ya que solamente había interactuado con Sakura cerca del río antes, pero era claro que en la realidad el paso del reloj es mucho veloz. Intenta salir según lo acordado, aunque no tuviese grandes avances y con frustración, había coincidido que no se mantendría mucho tiempo allí, pero para su sorpresa y gran molestia, no fue posible conseguirlo.

— Tsk.

En estos momentos es que sale a flote su ego y orgullo, considera deplorable que un enemigo fuese capaz de sobrepasar sus habilidades con el Sharingan, además considera peligroso hacer algo con su Rinnegan, aún no tiene certeza de cómo esto puede afectar la mente y recuerdos de la pelirrosa, por lo que opta seguir investigando del modo que ha hecho, aunque fuese más lento, más tarde se preocuparía por salir a informar a los demás.

Rápidamente su atención se posa en la kunoichi, le causa ternura verla nuevamente en su etapa inicial ninja y sonrojada, aunque luce otro peinado y ropa, es su mismo rostro y expresiones. Está junto a un grupo de chicas que mira a su versión infantil. Es extraño para el azabache observarse desde la perspectiva de ella, siente que sus facciones están alteradas desde su visión. Nunca fue alguien que reparó mucho en su imagen, eran asuntos triviales para un vengador como él, de todos modos había visto su reflejo en esa época, y no parecía tan perfecto como lo hacía allí frente a las chicas. Su mirada no variaba, la misma frialdad de aquellos años.

— ¡Sasuke-kun! ¡Sasuke-kun! —grita el grupo de preadolescentes al pelinegro, quien solo les devuelve una mirada con mucho desagrado—. ¡Es tan lindo! —murmuran entre ellas mientras se apartan de allí.

Llama su atención ver a la ojiverde mantenerse allí, tampoco había gritando anteriormente con la multitud, ella solamente lo miraba atentamente en silencio y a la distancia.

— ¿Cómo te sentirás Sasuke-kun? —susurra, y con cuidado lo sigue hasta el bosque.

El pequeño Uchiha realiza su usual entrenamiento con shuriken, con un constante resultado exitoso, también entrena taijutsu con determinación. La Haruno lo mira con profunda admiración, respira agitadamente de la emoción, y se mantiene muy quieta para no interrumpir bajo ninguna perspectiva el esfuerzo del chico, pero las cosas no se concretan como su plan. En un instante él resopla molesto y envía un shuriken en dirección de la chica, va directamente a ella, quien se encuentra aterrada por el trayecto de la herramienta ninja. Otro shuriken golpea a este, evitando el impacto.

— ¿Estás bien? —pregunta el de la capa negra a la chica, ella no responde, aún está asustada por lo que había pasado.

— ¿Quién eres tú? —grita su versión juvenil.

— No es de tu incumbencia. —se responde dándole la espalda, solo le da una pequeña mirada sobre su hombro—. Vayamos a otro lugar. —le tiende su mano a la niña y la ayuda a incorporarse.

— Gracias. —acepta su mano y se marchan de allí, ignorando completamente al chico.

Se dirigen al patio de la academia que ahora se encuentra vacío, ella se sienta en el solitario columpio y se balancea despacio, mientras el Uchiha mayor se apoya en el árbol.