Capítulo 29

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Sasuke POV

Tomó dos meses descifrar un mensaje que encontré en mi viaje a otra dimensión durante mi cumpleaños. Pudimos determinar junto a Sakura un extracto sobre una leyenda en el bosque cercano al país del dulce, se menciona una roca que tendría información sobre unos antiguos seres poderosos y extraños que llegaron al planeta, inmediatamente lo relacionamos al posible momento en que arribaron los Otsutsukis. Las últimas cuatro semanas hemos estado en el lugar buscando la roca del relato, pero aún no tenemos suerte.

— Sasuke-kun puedo hacer una pequeña llama. —dice con entusiasmo mientras mira con mucha concentración el espacio entre sus palmas.

Me pidió hace un par de semanas atrás ayuda para poder entrenar y utilizar el elemento fuego. No comprendí la causa de decidir aprender aquel elemento específico, pero no le cuestioné, decidí ayudarla con esta labor si así lo deseaba, además sería práctico en caso de no contar con iluminación en la noche durante una misión en que debiésemos estar separados.

— Lo noto. —me interesa más aquella mirada y sonrisa que tiene su rostro, que la pequeña llama entre sus manos—. Debes seguir entrenando para que no requiera tanto esfuerzo. —con mi mano retiro unas gotas de sudor en su frente.

— Creo que descansaré un poco. —deja de concentrar chakra en sus manos y se recuesta en el césped, ha estado entrenando todos los días y se aprecia su desgaste físico.

Me siento a su lado, ella aprovecha de recostar su cabeza en mi hombro. Ha sido otra búsqueda insatisfactoria, estoy muy frustrado de no encontrar nada aun cuando hemos invertido bastante tiempo en algo que no debiera ser complejo de encontrar. El sol comienza a esconderse, será mejor que comamos algo y regresemos a la cueva.

Percibo su respiración tranquila a mi lado, con cuidado la miro y me percato que está dormida. No creí que estuviera tan cansada, ella posee mucha resistencia ante un entrenamiento. Con delicadeza acerco mis dedos para mover su cabello más largo. Es extraño, pero su piel se siente levemente más cálida a lo usual, aunque puede ser a causa del elemento fuego o el calor del clima de hoy, prefiero recostarla sobre mis piernas y apartar de mejor manera el cabello de su rostro y cuello para que se refresque. Pasados unos quince minutos abre sus ojos, está aturdida al ver el cielo sobre ella.

— Lamento haberme dormido.

— No te preocupes de eso, parecías cansada. —toco su mejilla y aún mantiene la misma calidez—. Tu temperatura está un poco elevada. —sus ojos se abren de sorpresa e intenta disimular ese gesto con rapidez, algo me oculta.

— Oh, debe ser por el entrenamiento. —sonríe de forma nerviosa, se levanta con lentitud en conjunto a mí—. Ya está oscureciendo, lo mejor será volver a la cueva y comer algo. —asiento y nos dirigimos a nuestro refugio—. Ya revisamos todas las zonas del bosque, y aún no hemos encontrado la roca, hay algo que hemos pasado por alto.

— Sí, tendremos que revisar nuevamente cada parte del bosque.

Al adentrarnos en la cueva me acerco desde su espalda para abrazarla. Percibo como mueve mi mano hacia otra zona de su cuerpo, al pasar por su cintura mis dedos son redirigidos hacia sus caderas. No me molesta esa decisión, aunque lo considero inusual. ¿Había hecho esto antes? ¿Hace cuánto tiempo no acaricio su abdomen? Sin duda que ha pasado algún tiempo. La beso e intento otra vez acercarme a esta parte, pero con agilidad y cuidado nuevamente mi caricia va en otra dirección. Ahora puedo darme cuenta de que ella ha estado haciendo esto de forma consciente y con tanta sutileza que ni siquiera lo noté hasta este instante.

— Sakura, ¿qué ocurre? —me alejo y la observo, parece tensa como si ha sido descubierta en su misión de espionaje—. ¿Qué ocultas?

— Ven cariño. —suspira, toma mi mano y percibo que tiembla—. Necesito un poco de aire. —salimos de la cueva y nos sentamos a observar las estrellas.

La luz de la primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora