Herd - Omegaverse

SEVEN. Capítulo XXXI

Aquella noche JungKook estuvo de un lado a otro por la casa, volviéndose loco, hasta que al final se tumbó y media hora después, TaeHyung llegó. No era tarde, apenas eran las diez y media cuando TaeHyung entró por la puerta y en el momento que entró al dormitorio, el olor propio de MinJae inundó la habitación y JungKook se puso en pie.

- ¡No quise despertarte!

- No he dormido esperando que vengas… pero tú estabas ocupado con MinJae…- dijo con los celos impregnando cada sílaba.

JungKook abrió la puerta de un armario y sacó su mochila, metió una muda, un pijama y TaeHyung, horrorizado, se acercó a él y comenzó a sacar las cosas de la mochila.

- ¿Por qué?

- ¿Llegas apestando a otro omega y esperas que me quede?

- ¡Yo sólo le presté mi chaqueta!- dijo TaeHyung y no pudo evitar llorar porque era evidente que a JungKook le pasaba algo y no sabía el qué y no poder solucionarlo le mataba- ¡No me dejes!

Ver a su marido llorar hizo que su lobo interior comenzara a recriminarle, algo que hacía tiempo que no sentía. Se llevó una mano al pecho y se sentó.

- JungKook…

- No me iré… pero dormiré en el sofá…

- ¿No quieres dormir conmigo?- preguntó TaeHyung, intentando tragar el nudo en su garganta.

- No.

Algo en JungKook se rompió y no fue el único.

- Tú duerme en la cama- dijo TaeHyung- yo dormiré en el sofá, pero no te vayas.

JungKook se quedó un par de horas sentado en la cama, primero escuchó la bañera, luego a su marido en el sofá y luego nada… el sonido de sus propios pensamientos… ¿Qué le estaba pasando? Recordó las palabras de JiMin. ¿Y si MinJae había usado la chaqueta de TaeHyung para provocar esto? Recordó las palabras de su madre “ten siempre presente la versión de los hechos de tu alfa”.

Se bajó de la cama y se fue al salón, se sentó en el sofá y acarició la cara de TaeHyung, el chico estaba despierto y llorando.

- ¿Qué pasó en la cena?

- Él me pidió la chaqueta porque la suya se rompió, cenamos y hablamos, te lo juro, no pasó nada.

- ¿Es toda la verdad?

- Sí… yo no he hecho nada con él. Sólo te amo a ti.

- Mañana no voy a ir a trabajar- dijo JungKook- quiero ir a ver a mi madre… no sé lo que me pasa… y ella es una omega…

TaeHyung le abrazó y JungKook lloró.

- No sé que está mal en mi.

- Nada hay malo en ti, mi amor.

- ¿Puedes volver a la cama conmigo?

Fueron al dormitorio cogidos de la mano y TaeHyung tuvo un rayito de esperanza de que aquella noche pudieran darse más que un casto beso en los labios, que pudieran estar frente a frente tumbados y abrazados. Pero no, JungKook se tumbó del lado derecho, dándole la espalda y él se tuvo que contentar con pasarle una mano por la cintura. Al menos estaba a su lado, pensó.

A la mañana siguiente JungKook llamó a JiMin para decirle que no iría a trabajar que estaría con su madre y, si salía pronto, iría al campo de entrenamiento. TaeHyung, por su parte, subió a las montañas, pero pidió estar de vigilante.

- Es aburrido… estarás muy desaprovechado ahí…

- Hoy no me encuentro bien- reconoció TaeHyung.

- Tenemos órdenes estrictas de que a los que luchasteis os dejemos vía libre para no trabajar hasta que estéis completamente recuperados, puedes irte con tu omega.

- Él ahora está en una reunión con su madre, no podré verle hasta pasada la hora de comer.

“Y aunque le viera, me ignoraría” pensó con pena.

- Bien, vete después de comer, no hace falta que avises.

- Gracias.

JungKook, por su parte, se dirigía al despacho de su madre.

- ¿Puedo pasar?- preguntó el chico- ¿molesto?

- Nunca molestas, pasa mi niño, estaba haciendo té. ¿Quieres?

El chico asintió y se sentó. La mujer sirvió dos tazas de té y se sentaron en un sofá.

- Te veo muy delgado- dijo la señora Jeon- ¿cómo estás?

- No estoy bien- dijo sin tapujos.

La señora Jeon le miró como sólo una madre podía hacerlo.

- Si estás hablando conmigo y no con el doctor Bang, es porque no te encuentras mal físicamente.

- Creo que estoy perdiendo la cabeza- dijo, llorando.

La señora Jeon dejó su taza en la mesa y miró a su hijo, preocupada. Éste también dejó la taza y la abrazó.

- Estás con mamá, cariño- dijo la señora Jeon- sea lo que sea que te pase, lo solucionaremos, ¿de acuerdo? Dime, ¿qué te ocurre?

- Desde que esa loca me hizo aquello… ya sabes… desconectarme de TaeHyung- su madre asintió- todo ha cambiado.

Su madre suspiró, de pronto parecía mas calmada, algo que alivió a JungKook y, al mismo tiempo, le puso de mal humor.

- ¿Te sientes, como decirlo, bipolar con respecto a tu alfa?

- ¡Sé que le amo! Pero…- se tapó la cara, muerto de vergüenza, ¿cómo podría decirle esto a su madre?- pero… él ya no me toca.

- ¿Hace cuánto que no tenéis relaciones?

- Más de seis meses.

- Pero TaeHyung… ¡su celo fue hace poco!

- Lo sé y él se fue a los bosques y yo no se lo impedí. Me dijo que acababa de recuperarme y que no me iba a exponer a eso.

Su madre se puso en pie y empezó a caminar.

- Sé que otro omega va detrás de él- dijo JungKook- MinJae. Cada vez que TaeHyung está con él, viene a casa apestando a él, sé que es la forma que tiene MinJae de decirme que mi alfa acabará siendo su alfa- lloró- no puedo perderle.

- ¿MinJae? ¿El Líder del Ejército del Clan?

- Sí…

- ¿Cómo se atreve? Hablaré con tu padre…

- ¡Quiero a MinJae lejos de mi alfa, no lejos de su trabajo!- dijo JungKook- y yo quiero recuperar la vida que llevaba con TaeHyung- le miró con los ojos anegados en lágrimas- no puedo sentirle, mamá- lloró con más fuerza- antes daba igual la distancia que nos separaba, podíamos incluso hablar telepáticamente… ahora no siento a mi alfa…necesito a mi alfa.

Su madre se acercó a él y reparó en su demacrada cara, la piel de sus brazos que se había vuelto pellejo pegada a sus brazos. Frunció el ceño, tocó las piernas de su hijo y, con horror, notó que ya no eran musculosas y anchas sino delgadas.

- Escúchame bien- dijo la señora Jeon sujetando a su hijo por la cara- tienes que poner todo de ti…

- ¡No hables como si fuera un mal marido!- dijo JungKook, enfadado.

- ¡SIÉNTATE Y OBEDÉCEME!- rugió la señora Jeon.

Ella era un omega, sí, pero sabía muy bien lo que TaeYeon le había hecho a JungKook y porque se lo había hecho y, si no lo reparaba, las consecuencias serían catastróficas.

- Sé que te he educado para no ser frágil, para no demostrar tus sentimientos, para luchar, para ganar. Pero querido, a veces no está mal ser frágil delante de tu alfa, a veces no está mal decirle a tu alfa lo que te molesta… o lo que te gusta de él- JungKook la miró- no hay nadie más en este mundo que conozca a TaeHyung mejor que tú. Es posible que TaeYeon haya roto vuestro lazo, pero vuestro lazo no existía cuando os conocisteis, vosotros lo creasteis, si pudisteis hacerlo una vez, ¿por qué no dos?

- Pero yo… es que él…

- Quizás él esté esperando el mínimo movimiento de tu parte para poder besarte, hablarte, abrazarte… haber pasado solo su celo, sin ti, debe haber sido muy doloroso, eso terminó de romper vuestro lazo. Ve a casa y reconquista a tu alfa. A fin de cuentas, mi niño, en eso consiste el duro trabajo del matrimonio, en conquistar a tu alfa todos los días de tu vida. Pero él siempre te lo va a agradecer.

JungKook asintió y se fue al campo de entrenamiento, pero una vez allí, JiMin le mandó a casa porque el chico se sentía muy mareado.

- ¿Estás comiendo bien? Estás demasiado demacrado…

- Estoy bien…

JiMin frunció los labios, preocupado, le tomó el pulso y la temperatura.

- Hazte un chequeo- pidió.

Aunque sabía lo que le pasaba, no dejaba de confiar en que el señor Bang pudiera hacer algo, darle un milagro médico mientras lo suyo con TaeHyung se recuperaba.

- Estoy bien.

Mientras tanto, la señora Jeon iba al despacho del señor Jeon.

- ¿Puedo pasar?- preguntó la mujer, tratando de guardar las apariencias.
En el momento en el que el señor Jeon la miró supo que algo iba mal.

- JungKook… ¿Él te ha dicho qué le pasa?

- Se muere, JungKi, él se muere…

El señor Jeon la abrazó y la señora Jeon le contó lo sucedido.

- Así que lo que suponíamos es cierto… es un hechizo.

- ¡Se puede arreglar!- dijo la señora Jeon- pero depende de ellos. Aunque podríamos ayudar…

La señora Jeon le contó todo sobre MinJae.

- Cambiaré de destino a MinJae hasta que se haya solucionado el problema. Voy a buscarle, yo mismo me voy a encargar de esto.

La señora Jeon se secó las lágrimas. JungKook era su precioso niño mimado. No podía estar pasándole esto.

El señor Jeon salió y, cuando fue a dirigirse al camino que daba a las montañas, vio a MinJae bajar, entornó los ojos y le vio dirigirse a la casa que su hijo y TaeHyung compartían. No lo consentiría. Antes le mataría. Corrió hasta la casa de JungKook y TaeHyung y allí se encontró a su hijo, llegando.

- Papá…

JungKook se acercó a él y le abrazó. Con gran horror, el señor Jeon notó las costillas de su hijo a través de su uniforme.

- Pensé que estarías con JiMin…

- Me ha mandado a casa, no me encuentro bien, sólo un mareo.

- ¡Ve a la enfermería! ¿Y si es por alguna de las cicatrices?

- No me recuerdes eso- dijo JungKook, evitando llorar.

El señor Jeon le abrazó y, al poco, escuchó unos pasos. Se separaron, era MinJae.

- Quería hablar contigo, JungKook, pero no tienes buen aspecto.

- ¡Y yo iba a hablar contigo!- dijo el señor Jeon, furioso.

- ¡Esto es más urgente!- dijo MinJae- se trata de TaeHyung.

- ¿Le ha pasado algo?- preguntó JungKook, alarmado.

- Le está pasando… y a ti también. Me di cuenta ayer.

- ¿Te dijo algo?- preguntó el señor Jeon, esperanzado.

- Yo… bueno… intenté besarle…

JungKook abrió la boca y sus ojos se anegaron en lágrimas. TaeHyung le había mentido, le había dicho que nada había pasado y resulta que casi besa a MinJae. Algo en su interior se encogió. Perdió el color y sintió como su corazón se ralentizaba.

- JungKook…- dijo el señor Jeon al ver a su hijo desfallecer- tú… puedes darte por muerto…

Cualquiera hubiera huido ante la situación, pero MinJae veía que a JungKook le quedaba poco tiempo. Días, tal vez. Se acercó a él y le sujetó de la camisa.

- ¡Suelta a mi hijo!

El señor Jeon trató de separarle, pero algo en la mirada de MinJae le hizo recular.

- ¡Tú sabes como somos los omegas, JungKook! ¡Eso lo tienes que recordar! ¡Podemos entrar en un bar lleno de alfas y, al momento los tenemos a todos a nuestros pies! Ellos no son como nosotros, ellos no tienen el control a pesar de que presuman de tenerlo. Somos nosotros los que ejercemos ese control sobre ellos. Y, joder, yo sé que recuerdas lo loco que TaeHyung se volvía por ti. ¡Recuérdalo, mierda!

- ¿Para qué?- susurró JungKook- ¿para qué me duela más el ver cómo te lo llevas?

- No… para que no mueras- dijo MinJae- le dije a TaeHyung que mi chaqueta se había roto para poder tener la suya, necesitaba su olor para tener un estímulo que amplificara el mío. Te juro que amplifiqué mi olor, te juro que utilicé mi voz más melosa, te juro que le susurré al oído como todo buen omega haría para seducir a un alfa y le acaricié…

- ¡Basta!

- Y cuando fui a besarle él dijo tu nombre- dijo MinJae y los ojos de JungKook se iluminaron por primera vez en mucho tiempo- era como que nada de lo que había pasado tuviera efecto en él. De hecho, es como si él hubiera estado en su propio “mundo de JungKook” mientras yo intentaba seducirle.

- ¿Dijo mi nombre?

- Dijo más que eso- dijo MinJae, soltándole- él me lo dijo, JungKook, me lo confesó. Está muy enamorado de ti, me dijo que, si te pasaba algo, él se moriría porque no puede estar en un mundo donde tú no estés. Está muy preocupado porque te pasa algo, no sabe lo que es y siente que se muere y es evidente que tú muy vivo no estás. Fue ahí cuando lo supe… cuando me di cuenta…

- ¿Darte cuenta de qué?

- TaeHyung me dijo algo de que TaeYeon había roto un lazo… bueno, lo que os pasa es magia muy antigua- dijo- he estado toda la noche investigando en la biblioteca del reino- sacó unos apuntes- ¿una bruja llegó a tocarte?

- Sí…

- Y fue ahí cuando dejaste de sentir a TaeHyung, ¿verdad?- preguntó- según lo que he averiguado, es magia muy antigua, sólo brujas muy fuertes y antiguas son capaces de hacer ésta clase de hechizos. Supongo que esa loca se dio cuenta de que no podía acabar con vosotros con armas y supo que tenía que destruir vuestro amor para mataros, no se equivocó. Pero… aun estás vivo. Vuestro amor aun vive. Sólo tenéis que revivirlo.

Todos se quedaron en silencio.

- Sé que has hecho todo esto por él y no por mí, pero gracias.

- Hay algo más que he averiguado…- dijo MinJae- TaeHyung me comentó que algunos de vosotros no os encontráis del todo bien, es por el hechizo, es por esa bruja… y a menos que enfrentéis lo que el hechizo provoca y lo hagáis pronto…

- ¿Qué quieres decir?- preguntó el señor Jeon.

- Que si JungKook y TaeHyung no se dan prisa en crear su vínculo morirán. TaeHyung me comentó lo que le pasaba a YoonGi y Hoseok. Si ellos no enfrentan la realidad, morirán. A menos, claro, que matéis a MiYoung. No existe otra opción, ella no va a levantar el hechizo y otra bruja no puede contrarrestar el poder de ella- MinJae le entregó los apuntes que había hecho a JungKook- ¿Puedo hacer algo más para que te recuperes?

- Salir de la vida de mi marido. Al menos hasta que yo esté bien.
MinJae tragó saliva y asintió.

- Puedes cogerlo como vacaciones- dijo el señor Jeon- quizás viajar te venga bien…

MinJae asintió.

- Tómate las vacaciones que desees, hasta donde tengo entendido, poco descansas…

MinJae volvió a asentir y, dirigiéndose a JungKook, le tendió la mano. JungKook se la estrechó.

- Eres un buen tipo, MinJae.

- Tienes que ponerte bien.

Y, tras aquellas palabras, MinJae salió y se dirigió a su casa, dejando a JungKook y al señor Jeon en casa de JungKook.

- ¿Y si no lo logro?

El señor Jeon llevó a su hijo al pie de la montaña.

- ¿Recuerdas cuando vi por primera vez a TaeHyung en tu casa?

- Él se lanzó encima de ti porque pensaba que me estabas atacando- dijo JungKook sin evitar reír.

- Eso es… y las siguientes veces que te he visto con él han sido en casa, cocinando, paseando por el reino, entrenando juntos… tratando de matar a JiHyun- ambos rieron-pero mi favorita fue cuando me dijisteis que estabais prometidos. Jamás te he visto tan radiante.

JungKook miró sus dedos, no se había vuelto a poner sus anillos y no entendía porque, amaba llevarlos y ahora que lo pensaba se sentía mal sin ellos.

- Recuerdo el día de la boda…

- Que NamJoon llegó tarde…

- ¡Y GaJoon quería matarle! Ese día tuve miedo…

- ¿Por NamJoon?- preguntó JungKook.

- ¡Por ti! Era tu primer celo con una pareja y no sabía como ibas a estar… pero él demostró estar a la altura…
JungKook llevó su mano a la marca, apenas visible, en su cuello.

- Alfa…- gimoteó JungKook.

El chico se limpió las lágrimas y se levantó.

- Os recuperaréis el uno al otro- dijo el señor Jeon.