SILVER SPOON - HYUNJIN (현진)

XXVII

El sonido de una bocina alertó a mi padre quién luego de ver por la ventana me avisó que era Hyunjin.

Un poco descolocada salí a su encuentro, ahí estaba él con una gran sonrisa en aquel rostro aún con ligeros moretones y con un regalo en sus manos.

—Feliz cumpleaños, Laurine. —Le di un abrazo y me pasó el regalo en mis manos— Te estuve mandando mensajes pero no me respondiste ninguno.

Sorprendida revisé mi celular y efectivamente.

—No quería que pensaras que me olvidé o algo por el estilo. —Le sonreí, no podía ser más tierno.

Pidió que abriera el regalo así que aquello hice — No sabía mucho qué te podría gustar por eso opté por algo básico... —¿Básico? Frente a mis ojos se veía unos aretes de plata, me encantaron.

—Están preciosos, Hyunjin. Gracias. —Le sonreí.

Él me quedó mirando con una sonrisa un momento hasta que habló.—Noté que no ocupas ni collares ni pulseras y cómo la otra vez tenías aretes pues me quedé con ellos.

—Ah, genial.... Muchas gracias, no debiste de. —Le sonreí— ¿Cómo estás?

—Mejor, ya no me duele tanto el rostro y no me hablo con mi padre. Pero mi mamá si me habla y eso me tiene contento, al final era lo único que quería.

—¡Genial! ¿Y cómo?

—Cuando llegué el domingo por la noche, tenía miedo de que me fuera para siempre. Así que me habló, me dijo que lo sentía así que ahora estamos reconciliados.

—Increíble, era justo lo que necesitaba oír.

—¿Y tú? ¿Cómo está el colegio sin Hwang Hyunjin?

Reí, ya me estaba acostumbrando a sus chistes egocéntricos.

—Normal, ni se nota tu ausencia. —Bromee y él puso la mano en su corazón dolido— Mentira, igual se te extraña, feo.

—Me agrada escuchar eso. —Sonrió— Ya estoy organizando lo del partido, Hansen. No creas que me olvidé de ti.

Suspiré sonoramente recordando la escena previa.

—¿Qué pasó? —Preguntó preocupado, me apoyé en el auto e hice una mueca.

—Parece que Minho está con alguien más. —Decirlo en voz alta era tan horrible como en mi mente.

Hubo unos momentos de silencio, mientras el pelinegro se sentaba a mi lado en el capó del auto.

—¿Por qué lo dices?

—Lo vi. —Sonreí sarcástica y lo miré a sus ojos. Hyunjin se veía preocupado y le expliqué toda la situación a medida que iba avanzando en la historia, sus ojos cambiaron.

—¡Puede ser su amiga! ¿No dijiste que también estaba con otros chicos? —Asentí sin ganas— Si un chico quiere estar con una chica lo estará solo con ella y no con sus amigos también.

Uhm, tenía un punto.

—¡Ánimo, Hansen! Te aseguro que eres mucho más bonita que ella.

Reí y él se levantó y se puso enfrente de mí.

—No lo creo, ella es muy delgada. —Hyunjin hizo un pff con su boca. Puso sus manos en mis hombros y comenzó a moverlos intentando animarme mirándome directo a los ojos, comenzó a hacer caras hasta que finalmente me hizo reír.

Jamás había visto a Hyunjin hacer esos rostros tan chistosos.

—Oye, me vas a dejar sola mañana. —Hyunjin se detuvo y me miró confundido— Es el ensayo del baile.

Él se alejó e hizo una mueca —Verdad, el baile...qué vergüenza no nos sale ni coordinado. —Estallé en risas porque era verdad.

—Ay, sí. Nos saldrá horrible.

Aquella noche, luego de que Hyunjin se fuera. Me puse esos aretes que habían significado tanto para mí, no porque fuesen de plata o algo así. Simplemente porque el gesto de venir a mi casa sólo para eso, y para marcar su presencia y sus deseos de cumpleaños realmente habían tocado mi corazón.

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