•Soy Bambi Henderson, me enamoré perdidamente de Axel Foucande, mi crush. No sabía que iba a dar vuelta mi mundo en cuestión de instantes... prepárense para la intensidad (en todos los sentidos) ahora sólo les queda ver toda la historia.
DERECHOS D...
Puedo observarla con sus ojos vidriosos mientras Barbie la sube rápido al auto. Tiemblo de miedo.
— ¡Se la llevaron amor, se la llevaron!—lloro a la vez que corro en velocidad hacia donde estaba Bambi. Su celular se encuentra en el piso y no dudo en recogerlo. El susto sigue estando en mi corazón que late fuerte.
— ¡Hay un taxi acá!—exclama Alex. Doy media vuelta y él frena el auto— ¡Vamos Mich! ¡Podemos seguirlos!—entonces no hay tiempo para perder.
Subimos al taxi en desesperación y le indicamos al chófer que debe perseguir el auto de frente en lejanía. Observamos que no es tan lejos. Luego de unas ocho cuadras vemos con una notoria distancia el auto de Federico.
—Ahí lo tienes, no lo puedo creer—dice Alex. Yo tampoco puedo creerlo.
—Barbie llegó demasiado lejos y el estúpido de Axel no se da cuenta—agrego angustiada—sigamos.
—No amor. Es peligroso que nos vean, señor, nos bajamos acá— Alex saca de su billetera el dinero para pagar. Agradecemos y bajamos del auto.
— ¿Pero qué hacemos amor?—pregunto impaciente.
—Debemos pensar y actuar bien amor. Ahora vemos si hay algún movimiento—contesta intentando buscar una solución con el fin de salvar a Bambi.
— ¿Pero si le pasa algo?
—Amor tranquila. Bambi es fuerte, te vio. Sabe que estamos acá seguramente, si entramos debemos ser más y pedir ayuda ya que cualquier mínimo movimiento puede ser peligroso— prosigue fastidioso de la situación.
—Amor, voy a hacer un llamado, se ve que a Bambi le tiraron el celular o se le cayó, lo recogí en la calle—continúo.
— ¿Vas a llamar a Axel? ¡Es buena idea! Hacelo.
—Bambi me enseñó que los impulsos tienen que ser cumplidos. Yo siento que tengo que llamarlo. Él debe venir y saber sobre esta situación de mierda y sobre todo de su ex. Como vos decís, si somos más, mejor—finalizo para dar media vuelta y buscar en los contactos de mi amiga su número.
— ¿Bambi?—escucho desde el otro lado de la línea telefónica la voz curiosa de Axel.
—No. Soy Michelle. ¿Vos no te das cuenta lo enferma que está tu novia o lo que sea tuyo? ¿En serio te crees el cuento que te inventó, Axel? ¡Por dios! ¡Date cuenta! Bambi te ama y ahora nos necesita más que nunca. ¡Tu novia secuestró con Federico a Bambi! ¡Vas a pensar que estoy loca, como todo lo que piensas cuando escuchas que hablan mal de Barbie! ¡Compruébalo! Ven a su casa, creo que esta es su casa—Alex me señala con la cabeza que si—si, Alex acaba de confirmarlo.
Escucho un silencio mudo sobre el otro lado.
—Axel, si alguna vez amaste a Bambi ¡Ven y compruébalo! ¡No hay tiempo para perder! ¡Nos necesita, nos necesita!—finalizo la llamada.
—Ay, amor. Ojalá se dé cuenta para poder arruinar de una vez a esa víbora y que se vaya de vuelta—me arrojo ante sus brazos en fin de reconfortarme.
Ojalá la vida sepa actuar bien en los ojos de Axel y en lo que de verdad siente su corazón.
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